Red Eléctrica mantiene en Granada una inversión de 279 millones en tres líneas
La autopista eléctrica por el norte de la provincia estará para principios de 2022 y se replanteará el trazado del eje sur, ahora congelado
El «agujero más grande» en el mapa de las redes eléctricas de la península está en Granada. La provincia granadina está marcada –a nivel nacional– ... como un «punto negro» por su déficit de este tipo de infraestructuras y la Junta consiguió meter en la planificación que aprueba el Estado tres grandes líneas para sacar a la zona del olvido y que llegue el desarrollo energético.
Salvando los proyectos en las islas que son más caros, ahora mismo, es en Granada donde más se pretende invertir en redes eléctricas: 279 millones de euros en dos autopistas y una autovía y dos subestaciones eléctricas, una en Baza y otra en Saleres (pedanía del Valle de Lecrín).
Red Eléctrica de España (REE) es la empresa encargada de construir y operar estas líneas eléctricas. Tanto la línea de 400 kilovoltios como la de 220 han tenido tropiezos en su tramitación y mientras que la del norte de la provincia está construyéndose, el eje sur está ahora mismo en «un impás», congelado después de contratiempos en sus informes previos.
Jorge Jiménez, delegado andaluz de Red Eléctrica, indica que estas inversiones «darán respuesta a la necesidad de refuerzo, renovación y digitalización de las infraestructuras eléctricas en amplias zonas de Andalucía Oriental». «O haces algo ahora en Granada o se queda olvidada y no puede perder ese tren». Jiménez se refiere a la inversión en las tres líneas eléctricas que abrirán la puerta a que la energía se genere en la provincia y se desarrollen las renovables.
El delegado de Red Eléctrica expone que, si las líneas se llevan a cabo, existen proyectos cerrados de energías renovables para Granada que generarán 2.900 megawatios (mientras que ahora en la provincia se crean 600 mw). «La inversión será de 2.600 millones de euros y tan sólo podrá llegar si se tienen las líneas eléctricas que están recogidas en la planificación», apunta.
La línea 400 entre Baza y Caparacena se ideó en 2003 y comenzó a construirse en 2019, 16 años más tarde. Actualmente está en ejecución y aunque fue reclamada por alcaldes y empresarios para mejorar la capacidad eléctrica del norte de la provincia, ahora, cuando se están colocando ya las torres está despertando malestar entre vecinos afectados.
Jorge Jiménez defiende la necesidad de esta autopista eléctrica que se metió en la planificación nacional en 2008 y a la que afectó la crisis del sector (en 2013) que hizo que se la sacasen de esos planes en 2015, cuando ya se había empezado la tramitación medioambiental.
Al ser una línea de 400 kilovoltios es el Estado el que se encarga de la tramitación y el que concedió la declaración de impacto ambiental (DIA) en 2011 con caducidad en diciembre de 2019. Si no se empezaban las obras antes, se perdería esa licencia.
Así que desde REE tomaron «una decisión complicada» y comenzaron las obras en el verano de 2019 sin la Autorización Ambiental Unificada de la Junta de Andalucía –un segundo permiso medioambiental– para no perder la vigencia de la DIA.
Por comenzar las obras sin su permiso medioambiental la Junta multó a Red Eléctrica e impuso una sanción de 240.000 euros, un informe que han recibido en septiembre de este año. «No podíamos perder la DIA y no nos quedó otra que empezar las obras. El informe medioambiental del Estado es muy profundo y ya recogía todo lo que había que tener en cuenta a la hora de hacer la obra», explica Jorge Jiménez.
El delegado en Andalucía de Red Eléctrica de España señala que la oposición vecinal a la línea 400 «está contaminada» y que la Autorización Ambiental Autorizada de la Junta recibió «4.000 alegaciones que expresaban una misma idea». Ahora esta autopista está en obras y se calcula que podrá estar terminada para principios de 2022 junto con la nueva subestación eléctrica de Baza. Su segunda fase, otra línea de alta tensión entre Baza y La Ribina (Almería) está empezando a tramitarse ahora con la solicitud de la declaración de impacto ambiental. La primera parte de la línea tiene una inversión de 93 millones de euros y la segunda de 74.
Tramitación caducada
El eje sur, la línea de 220 kilovoltios entre El Fargue y Saleres se metió en la planificación de la red de transportes en 2015, antes que la línea 400 que finalmente se aprobó en 2018. Esta línea también se diseñó para reforzar las existentes en la provincia granadina que son totalmente «insuficientes». De hecho, esta también mejorará la distribución de la zona, según explica Jorge Jiménez. Con un enorme rechazo social, los vecinos del Valle de Lecrín se levantaron contra esta infraestructura que amenazaba su paisaje en un entorno turístico, según argumentaba la plataforma vecinal.
En septiembre de 2019 el procedimiento administrativo en el que se encontraba inmersa la línea caducó. La Junta archivó el proceso por el que la empresa Red Eléctrica solicitó la 'autorización ambiental unificada' del proyecto. También le llovieron las alegaciones.
Según expone Jorge Jiménez esta línea está «parada» y ahora se hará una «reconfiguración» que podría conllevar modificaciones en el trazado porque cuando se diseñó «la línea 400 no estaba» y ahora habrá que tenerla en cuenta. Desde Red Eléctrica resaltan la importancia de no perder la inversión de esta infraestructura de 105 millones.
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