Juan González Blasco (C’s), Raúl Orellana Vílchez (PP), María de los Ángeles Blanco (PSOE) y José Manuel Milán (Ganemos), posan en el patio central del Ayuntamiento de Órgiva

Que la Humanidad se acerque a la Alpujarra

Los candidatos de Órgiva apuestan por la declaración de Patrimonio mundial y por un enlace más cercano a la A-44

Daniel Olivares

Jueves, 21 de mayo 2015, 00:26

Órgiva reclama para sí la capitalidad comarcal de la Alpujarra. Si es que alguna vez el lugar de retiro de Boabdil tras las capitulación de ... Granada ha dejado de serlo, claro está. Su ubicación como puerta de entrada al paraíso de pueblos blancos y naturaleza que se despliega a las faldas de la cara sur de Sierra Nevada, su historia, su población y su declaración como cabeza de partido por disposición real en 1839 así lo certifican. Ese papel lo asumen el pueblo y sus vecinos con naturalidad. Y sus políticos entienden que un triunfo en la capital de la comarca es relevante más allá de los límites alpujarreños. Sus problemas y sus soluciones son también los problemas y las soluciones de gran parte de la Alpujarra granadina, una tierra que se debate siempre entre la protección de su entorno y el desarrollo económico y la prosperidad de sus habitantes.

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En esa diatriba radica en gran medida las dudas acerca de declaración de Patrimonio Mundial de la Humanidad sí o no, un proyecto que ha quedado en el cajón momentáneamente, pese al empuje de la Diputación Provincial de Granada, porque sus alcaldes no lo tenían del todo claro. Los candidatos de Órgiva, en cambio, no lo dudan. Quieren ese marchamo para la Alpujarra. Aspira a la reelección la actual alcaldesa, María de los Ángeles Blanco (PSOE). Y aspiran a arrebatársela tres hombres: Raúl Orellana (PP), que tras ser concejal hace quince años regresa ahora como cabeza de cartel; Juan Manuel González Blasco (Ciudadanos), que ha pasado a liderar el partido naranja después de encabezar la lista del PAen 2011; y José Manuel Milán (Ganemos), que es el único sin experiencia anterior en estas lides.

Líneas maestras

Entre la protección de la vega o su desarrollo sostenible

En la exposición inicial de las líneas maestras de cada programa, primer punto de la mesa redonda con los candidatos, José Manuel Milán (Ganemos) arranca apuntando los tres proyectos claves de su formación, si llegan a gobernar. El primero, «abrir el ayuntamiento a la población y construir entre todos el pueblo que queremos». En sintonía con la idea que manejan todos los partidos surgidos en los últimos dos años, Milán habla de la necesidad de «una regeneración democrática» de las instituciones. En segundo lugar, lo prioridad «fundamental» de Órgiva debe ser «crear riqueza y trabajo», para lo que apuesta, entre otros ejes, por el «fomento de los emprendedores». Y en tercer lugar, otro punto clave para Milán es la puesta en marcha del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).

En esto último coincide con el popular Raúl Orellana Vílchez. Esta maestro destinado en Santa Fe entiende que uno de los puntos de partida de la política del ayuntamiento ha de ser el PGOU. La creación de empleo se une un «cambio de rumbo» que observa necesario «si queremos ser referente comarcal», todo hecho de una «manera estructurada». A su juicio, Órgiva debe afrontar «un cambio profundo de funcionamiento de todo el ayuntamiento y del municipio», empezando por el servicio de limpieza.

Juan Manuel González Blasco (Cs) recuerda que la localidad soporta una tasa de paro del «35%», donde la población 700 personas se encuentran en situación de desempleo de las casi 2.000 que están en edad y disposición de trabajar. Y para ello, apunta en dirección sur. Bajo su punto de vista, la vega orgiveña esconde «una riqueza paisajística y un potencial» que debe convertirla en el «motor de desarrollo» del pueblo. La apuesta por la «industria agroalimentaria» ha de ser uno de los pilares de ese desarrollo, y aporta la idea de embotellar «aceite milenario», procedente de los olivos milenarios de la zona, un producto que en el mercado asiático «alcanza un precio de hasta mil euros el litro». En esa línea, considera que «todo está muy protegido» y aboga por «una desregularización total» y por una «menor intervención» de la administración. Y pone como ejemplo las zonas rurales de Francia, donde «se puede construir donde uno quiera» siempre que se respeten ciertas normas. Para ello, el PGOU «debe legalizar todo esto», aunque es consciente de que «va a ser muy difícil». Otra fuente de riqueza para González ha de ser «la cultura», que aporta «el 3% del PIB» en todo el territorio nacional. Y también, «rescatar el caso urbano y el pueblo para el turismo».

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La actual regidora y aspirante a la reelección, María de los Ángeles Blanco (PSOE), destaca tres puntos fundamentales de su programa: «Empleo y desarrollo económico, bienestar social y participación ciudadana». Su «máxima preocupación» es «el paro» y, por ello, las políticas del ayuntamiento ha de ir encaminadas «a mejorar el empleo y la economía» de un pueblo que presenta cuentas saneadas, asegura, y que posee capacidad de inversión. La apuesta por la agricultura ecológica, un proyecto ya iniciado, señala, debe ser uno de los focos porque hay «mucho campo baldío». También, la construcción de «un polígono a la salida de la Barreras» para permitir la implantación de empresas y fomentar la creación o el crecimiento de las locales en la localidad. Otra idea es «un polígono industrial en Tablones».

Política urbanística

Aprobación del PGOU y, a partir de ahí, todo lo demás

Desde Ganemos Órgiva, José Manuel Milán, el PGOU es necesario para saber «qué queremos». El proyecto de su formación pasa por un plan «que se sostenible» y que preserve «los recursos naturales, la vega. «No coincido con Ciudadanos en que hay que dejar libertar para construir en la vega. El desarrollo debe ser muy pensado», apunta. Al margen, el PGOU deberá recoger y especifica las «áreas industriales, de ocio y de conservación». Y a partir ahí, «decidir si queremos un pueblo industrial, turístico o de servicios». La configuración debe «decidirse entre todos», que «la población sepa a qué atenerse y las empresas de construcción sepan dónde se puede construir y dónde no».

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Para Raúl Orellana, la localidad necesita «un marco legal» que ampare todas las actuaciones. Por ello, «Órgiva debe aprobar el PGOU sí o sí» antes de que la Alpujarra sea declarada Patrimonio de la Humanidad, algo que cree que sucederá tarde o temprano, por lo que el pueblo debe estar preparado para ello. Considera que la declaración de Patrimonio Mundial introduce «una regulación más laxa que la de Parque Nacional» y que, por eso, el primer paso ha de ser «desempolvar el PGOU», que fue aprobado inicialmente, y «que se adecue a eso». «Hablarlo con los vecinos» será necesario, entiende, porque «habrá que adaptarlo y meter en ese PGOU todas esas zonas rurales y cortijos», o «incluso ese polígono industrial que llevamos veinte años sin hacer». Orellana cree que Órgiva «tiene que demostrar que es la capital de la Alpujarra y cada cosa que se haga se debe hacer teniendo en cuenta dónde estamos» ara evitar que se levanten «edificios de ocho o nueve plantas» en el municipio.

González Blasco (Cs) retoma su propuesta de construir en la vega y especifica que su planteamiento es que se exija un mínimo de 2.500 metros cuadrados de terreno al menos para levantar alguna vivienda o cortijo. «No hablo de edificios, sino de pequeños cortijos. El PGOU debe marcar el camino y fijar quién puede tener un cortijo y quien puede hacerlo. En Roma hay ciudades vergeles, con pequeñas casas», señala. Eso sí, además del ayuntamiento, aboga por la creación de un «comité de notables» que debata asuntos de interés general. Sobre el polígono industrial, asevera que le parece «perfecto el sitio» que marca la actual alcaldesa.

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Ángeles Blanco comprende que «todos soñamos con una Órgiva distinta», pero también resalta que «hemos conseguido que sea de verdad la capital de la Alpujarra» para defender su gestión. No obstante, no olvida que hay «infraestructuras necesarias» como «el hospital comarcal» y la «circunvalación». Introduce aquí una idea que todos los candidatos defienden, que Órgiva, y por ende la comarca, disponga de un acceso más cercano a la autovía A-44 para evitar el actual rodeo que obliga a bajar hasta Vélez Benaudalla. «Están los carteles, pero no la obra», recuerda. Sobre el PGOU, destaca que «tiene que ser participado por todos», y apunta que la aprobación inicial ya es una realidad y que actualmente está en el plazo de alegaciones. Aunque no esconde que el plan necesita actualizar algunos aspectos que se han quedado «anticuados», entre ellos, el proyecto de circunvalación. «Si antes iba por la vega, luego se le dio la vuelta e iba por arriba. Tenemos que darle la vuelta», detalla, no sin dejar caer que «un PGOU ordena el urbanismo, pero también hay leyes superiores que están por encima».

Patrimonio de la Humanidad

Una gran oportunidad que nadie quiere dejar perder

La declaración de la Alpujarra como Patrimonio de la Humanidad tenía que ponerse sobre la mesa para conocer el parecer de todos los candidatos orgiveños. La postura es unánime en este sentido. Los cuatro considera que ese marchamo debe figurar como apellido de la comarca. «Es una gran oportunidad. Sería muy bueno, porque atraería mucho turismo y generaría otros recursos de servicios. Podría generar riqueza y empleo», opina José Manuel Milán, de Ganemos, quien no comprende «las luchas internas políticas entre los dos grandes partidos» que, a su juicio, han impedido que el proyecto salga adelante este mismo año. Raúl Orellana (PP) expone su «sí incondicional» y critica que «la estrechez de miras» de algunos responsables políticos provocó «una traición en el último momento» para que la declaración quedase estacada en favor de «Medina Azahara».

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Juan González Blasco defiende su «apoyo incondicional» porque la «etiqueta» aportaría «un valor añadido al agua, a los jamones y a todos los productos de la zona». Finalmente, la actual alcaldesa se muestra «totalmente de acuerdo», aunque considera que hay que contar con todos los pueblos para «hacerlo bien».

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