Se disparan los poderes ante los notarios de Granada, que esperan un aluvión de pólizas de crédito

De ese incremento de poderes para poder hacer, por ejemplo, operaciones bancarias u otras transacciones en nombre de otra persona para que salga de su casa, da fe María Teresa Barea, que es notaria en Granada y vicedecana del Colegio Notarial de Andalucía.

En la notaría de Barea se ha notado un aumento de poderes «en general». Desde que comenzó la pandemia, han sido muchas las llamadas de hijos con padres septuagenarios u octogenarios, que están bien de salud y resguardados en sus casas y que, lógicamente, no quieren poner ni medio pie en la calle por temor a un eventual contagio. «Poderes de personas mayores que están encerradas y que no quieren salir por miedo a la situación sí que se están incrementando», revela la vicedecana, en cuyas oficinas «casi» se han duplicado.

Para hacer posible la firma, en algunos casos son los notarios los que se desplazan a las casas, extremando todas las medidas (acuden con guantes, mascarillas y respetando la distancia de seguridad establecida por las autoridades sanitarias). En otros, son los interesados los que acuden con todas las precauciones a la notaría, que se encarga de espaciar los actos para que no coincidan varias personas en las oficinas.

Lo que se espera en los próximos días es «un aluvión» de firmas de pólizas de crédito «amparadas en las líneas ICO que ha habilitado el Gobierno a autónomos y empresarios». Ahora mismo esas firmas son vitales, porque la gente que paga autónomos o tiene negocios está «angustiada» con la paralización de la actividad y la incertidumbre imperante.

Salvador Torres también es notario en la capital. En sus oficinas se han establecido turnos rotatorios y se suministraron guantes en su momento para el personal. No obstante, no hay prácticamente estos días trato con el público, y el teléfono y el ordenador se usan más si cabe.

Al igual que Barea, Torres confirma ese aumento de poderes. Muchos de ellos son «poderes preventivos», que son aquellos que se hacen para tomar decisiones cuando una persona no se pueda valer por sí misma. «Hay gente, sobre todo mayor, que tiene miedo de contagiarse, de ir a la UCI, ser intubado, estar inconsciente y que puedan tomar decisiones por ellos; para eso se da ese poder, para que otra persona pueda tomar ese tipo de decisiones», explica Torres. En su despacho, se ha pasado de firmar uno o dos poderes preventivos al mes a diez en quince días.

En cuanto a los testamentos y el impacto del coronavirus en sus cifras, lo que en la provincia se producido es un aumento de consultas. «Hay consultas telefónicas y por correo electrónico hay muchas preguntas. Luego, a la hora de autorizar testamentos, la verdad es que no se están firmando en las notarías, por lo menos en la mía, porque la gente no sale de casa, y es lógico, por estar confinada y por su salud», explica Torres. En caso de que se trate de una persona que tenga factores de riesgo y un peligro cierto de que le pueda ocurrir algo, previa autorización del colegio, un notario podría acudir a su domicilio para que otorgase testamento.

Lo cierto es que la Covid-19 ha supuesto un frenazo también en la actividad de los fedatarios públicos, pues aunque en la primera semana hubo actuaciones que no se podían aplazar, el ritmo de trabajo a partir de la segunda semana bajó mucho. Aparte del incremento en los poderes, en la notaría de Torres también se está notando ya el aumento de pólizas bancarias de empresas que necesitan la línea de crédito.