La caída de la tercera ola permitirá cerrar la UCI de la capilla y retomar las operaciones

Este final de febrero es un momento para la esperanza. Al menos eso es lo que transmite Sebastián Manzanares, director médico del centro hospitalario. «Nunca imaginábamos que podríamos llegar a las 3.000 altas de covid, pero porque nadie sabía hasta dónde llegaría esta pandemia. Esa es la cifra que nos reconforta y anima. Dentro de la situación de cansancio de nuestros sanitarios, nos agarramos a esas 3.000 curaciones», asegura el profesional.

El Hospital Universitario Virgen de las Nieves ha sido el que más pacientes de Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) ha atendido en toda Andalucía, y también está en los primeros puestos en cuanto a hospitalizaciones en general. De hecho, a principios de este mes de febrero la UCI ubicada en la capilla del centro empezó a atender pacientes, al ser necesarias más camas de este tipo para atender a los enfermos. Una dolorosa apertura que pronto será historia: «En 24 horas pretendemos tenerla cerrada, de cara al fin de semana, estamos ultimando los traslados de pacientes y reprogramando los turnos de los profesionales. La mantendremos 'en espera' hasta que confirmemos que realmente no hace falta y pueda retomar su uso religioso. Eso sí, los sistemas de climatización, de toma de gas y demás se mantendrán, aunque se esconderá todo para que quede estético», avanza Sebastián Manzanares. Así, el hospital pasará a tener un total de cinco unidades de UCI para pacientes covid, distribuidas entre el sótano y la primera planta.

El centro hospitalario pone ahora el foco en retomar toda la actividad demorada por la covid, sobre todo desde el punto de vista quirúrgico. La mejora de la situación epidemiológica en la provincia está permitiendo que ya se respire «cierta normalidad», así que el objetivo ahora es «recuperar el tiempo perdido». «Tuvimos que reprogramar todo demorable por culpa del coronavirus, pero el hospital ya está terminando de retomar su funcionamiento: estamos recuperando espacios y tenemos al personal dispuesto para ello. Queremos realizar todo lo que se haya quedado por hacer en el menor tiempo posible, la situación no es de normalidad absoluta, pero sí asumible», manifiesta el director médico.

Y es que Sebastián Manzanares asegura que el hospital «se ha puesto del revés, como un calcetín, y ha reorientado su actividad por la covid». Mientras que durante el confinamiento estricto en la primera ola «los pacientes con otras patologías apenas acudían al hospital», un año después hay que encontrar el equilibrio entre el coronavirus y el resto de enfermedades. «Hay que aprender a convivir con el virus y atender a todos los pacientes», insiste.

De cara a los próximos meses, confía en el buen hacer de los políticos, «que saben hacer balance entre la salud pública y la situación económica» y conocen «la gravedad de la situación». Sebastián Manzanares también cree en la población, «que ha demostrado sensatez en el cumplimiento de las medidas».

Por último, al director médico le faltan palabras para agradecerle a los profesionales del Virgen de las Nieves su esfuerzo este último año. A todos, desde médicos a enfermeros, pasando por el personal de mantenimiento o limpieza. «Es importantísimo que los médicos estén a la última en los tratamientos, pero también que se cambien los filtros del centro, se instale un sistema de climatización o se limpien las habitaciones. Es un trabajo en equipo, en una situación de estrés el hospital ha estado en su máximo rendimiento», asegura. Un engranaje perfecto que sigue luchando a diario por atender a todo aquel que acuda en busca de atención sanitaria. Sea por covid o no.