Carme Pinós, en la Escuela de Arquitectura de Granada. ramÓn l. pérez
Carme Pinós, Premio nacional de Arquitectura 2021

«Detrás de cada obra que nos horroriza hay un arquitecto cómplice»

La especialista catalana imparte la lección del acto central del patrón de la Escuela de Arquitectura de Granada y repasa la situación de la profesión

Jueves, 28 de abril 2022, 00:06

Arquitecta reconocida, Carme Pinós, premio nacional de Arquitectura 2021, participó ayer en el día del patrón de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de ... Granada (UGR) con la lección 'Desde el contexto'. La Academia Estadounidense de las Artes y las Letras acaba de reconocerla con el premio memorial Arnold W. Brunner 2022.

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–¿Cómo ve la situación actual de la arquitectura en España?

–España es un buen lugar de arquitectos. Yo tengo experiencia en muchas escuelas del mundo y las españolas son buenas; generan buenos arquitectos. El problema de la arquitectura hoy no es solo en España, es global. El mundo del mercado neoliberal, competitivo, se está comiendo la calidad. Los concursos cada vez van más a peso y no prima la calidad sino la capacidad financiera que se tiene. Piden cuánto has facturado el año anterior, o sea, están primando los grandes despachos. Esto es general no solo España. Antes era la Administración la que estaba haciendo concursos; ahora los privados también están haciendo. Lo hacen enmascarados en dar oportunidad a todo el mundo y se esconde una explotación al profesional indignante.

–¿Ha perdido prestigio el arquitecto?

–Sí. Ha perdido mucho prestigio. También nos lo hemos ganado un poquito a pulso.

–¿Por qué?

–Detrás de cada obra que nos horroriza hay un arquitecto cómplice; no 100% responsable, pero cómplice. Cuando vas a los crecimientos de las ciudades, ves cómo el mercado ha sido especulativo a tope y falta el respeto a la ciudad. Es la ciudad al servicio del mercado y no al servicio del ciudadano. Es el rendimiento a corto plazo.

–¿Cómo deben crecer las ciudades?

–Hemos de pensar en la gentrificación, esta cosa de que las ciudades están expulsando a la gente que la habita porque están comprando los edificios los especuladores. Explotarlo para el turismo limitado es más rentable que alquilarlo para todo el año. Pasa en las ciudades lindas con un peso de memoria fuerte, como es Granada, pero también en Mallorca, en Barcelona... Se tiene que poner límite porque si no la gente joven se va expulsando a la periferia. Los centros, que son los que tienen carácter y retienen la memoria del ciudadano, los están cogiendo para convertirlos en parques temáticos. Todo esto desde la política se tiene que controlar. No hemos de dejar la ciudad en manos del mercado, que parece que es lo que está ocurriendo.

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–¿Los centros de las ciudades deben ser para vivir?

–Evidente. ¿Quieres vivir en un parque temático? ¿Quieres que los restauren para ser consumidos con la mirada, con gente que confunde este hotel (señala al Alhambra Palace) con la Alhambra? Evidente que no. Hemos de proteger que el hijo del que ha vivido toda la vida no se vea obligado a marcharse a kilómetros, lejos, a una periferia, sino que pueda vivir también en el centro donde creció. Esta gentrificación, buscar rendimiento a corto plazo, venderlo al mejor postor, se debe frenar.

–¿De lo que conoce de Granada, qué le parece la arquitectura que se ha desarrollado?

–Como en todas las ciudades, las periferias son dudosas. Crecen las ciudades al servicio del mercado. Y en cambio la ciudad antigua, absolutamente exquisita. También es cuestión de proporción, de espacios generosos. De considerar el espacio público.

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–Las estaciones de trenes o autobuses, ¿es partidaria de que estén en la ciudad o fuera?

–Que estén en la ciudad es un privilegio, pero las vías no se pueden convertir en barrera, entonces tienen que ir subterráneas porque un tren es una agresión, unas vías s una barrera. La ciudad tiene que proporcionar fluidez.

–De lo que ha visto de la Escuela de Arquitectura de Granada, ¿qué le parece?

–Lo poco que he visto es delicioso. La restauración, con un cuidado exquisito y la estructura del edificio antiguo, maravillosa. Es un privilegio estar aquí.

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