Federer alcanza las semifinales con remontada frente a Monfils

Federer, campeón cinco veces consecutivas en el US Open entre 2004 y 2008, buscará el sábado un lugar en la final del lunes frente el croata Mario Cilic (N.14), que venció por sorpresa al checo Tomas Berdych (N.6) en tres sets por 6-2, 6-4, 7-6 (7/4), sin dar opción al número 7 del mundo. En la otra parte del cuadro, el serbio Novak Djokovic (N.1) y el japonés Kei Nishikori (N.10) disputarán la otra semifinal en el complejo de Flushing Meadows en Nueva York.

En un partido disputado en el estadio principal Arthur Ashe, el francés Monfils, de 28 años, jugó sin complejos ante Federer y con su estilo imprevisible y poco ortodoxo se puso dos sets arriba en una hora y 20 minutos. Sin embargo, el suizo, de 33 años, reaccionó a partir del tercer parcial, levantó dos 'match-points' en un electrizante cuarto set y liquidó el pleito con contundencia en el quinto provocando el delirio de un público completamente volcado a su favor.

«El público fue increíble para ambos. Gael luchó con todo y jugó un partido espectacular», dijo un Federer sonriente y visiblemente feliz al final del duelo, que se extendió tres horas y 20 minutos. «Cuando estaba dos sets abajo y en las dos bolas de partido, no me sentía nada bien. En las bolas de partido me dije que era el último punto. Pero seguí peleando, saqué bien y me mantuve en el partido», explicó. Federer ha ganado tres torneos en lo que va del año, además de llegar a la final de Wimbledon y otros cuatro certámenes. Con el triunfo del jueves, 'Fed' amplió su ventaja 8-2 en el historial frente a Monfils.

El suizo no entró en la cancha en su mejor día y Monfils lo aprovechó con una rotura de saque tempranera (3-2) que le adelantó en el tanteador y le permitió embolsarse el primer set 6-4. Inseguro (con 13 errores no forzados en cada uno de los dos primeros parciales), Federer no encontraba respuestas ante la elasticidad de su rival, vestido con una llamativa camiseta verde, en contraste con el riguroso y elegante negro del 'maestro'.

La historia del partido la siguió escribiendo Monfils durante todo el segundo parcial, con un 'break' al inicio y otro al final que le dio el tramo 6-3 y puso las cosas cuesta arriba para Federer. El suizo abrió el tercer capítulo con más energía y logró finalmente romper el servicio del galo en el primer juego para irse adelante 2-0 y, a pesar de una reacción de su rival, imponerse 6-4 con muestras de recuperación al cometer un solo error no forzado.

El cuarto capítulo fue una lucha encarnizada con quiebres y oportunidades para ambos lados no apto para cardíacos. Federer rompió el servicio del francés para irse 2-1, pero Monfils se recuperó de inmediato, lideró hasta 5-4 y ahí dispuso de dos bolas de partido con el saque de su rival, que el suizo levantó con inmensa sangre fría en un estadio en llamas.

Monfils sintió el impacto psicológico y a continuación cometió dos dobles faltas para entregarle el juego a su rival, que no tembló con su servicio y selló el 7-5, cuando el reloj marcada dos horas y 53 minutos de duelo. El quinto set fue un monólogo de Federer que demolió al francés en poco más de 25 minutos para ganar 6-2.