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Johann Zarco, en el podio de Le Mans.
La revelación de MotoGP
MOTOCICLISMO

La revelación de MotoGP

Zarco mete los codos a los grandes tras dos títulos mundiales en Moto2

BORJA GONZÁLEZ

Martes, 23 de mayo 2017, 19:27

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Cuando la escudería francesa Tech3 anunció su formación para 2017 pocos dieron credibilidad a su proyecto deportivo. Durante el Gran Premio de Francia de 2016 anunció que iba a contar con el alemán Jonas Folger, un piloto con poco currículum en las categorías pequeñas o insuficiente para dar crédito al salto de cilindrada-; y meses después confirmó lo que era un secreto a voces, que iban a contar con el por entonces campeón en título de Moto2, Johann Zarco. Un piloto que confirmó su segundo cetro en la carrera de Malasia y que vivió la frustración de un rechazo por parte de Suzuki -fábrica con la que había rodado en verano en un test privado en Japón- para dar el salto a la clase reina.

Zarco encajó así en la estructura francesa después de que este no hubiese sido el plan A para ninguno de los dos, un matrimonio en parte de conveniencia que está dando unos resultados sorprendentes. Porque siendo cierto que el francés había dejado buenas sensaciones durante la pretemporada al nivel de Folger o incluso un poco por debajo de éste- nada hacía pensar que podría tener tanta presencia en 2017. Arrancó liderando las primeras seis vueltas de la cita inaugural en Catar, después de apostar por unos compuestos más blandos que el resto de la parrilla y salir como un disparo una vez que el semáforo se apagó. Al paso por ese sexto giro su ventaja superaba el segundo y medio respecto al segundo, por entonces Andrea Dovizioso. Aunque la moneda cayó por el lado de la cruz y Zarco terminó por los suelos.

«Al principio tuve un pequeño flashback de aquella carrera en mi mente, pero las condiciones de la pista eran mejores para mantenerme sobre la moto y marcar mi ritmo», confesó el domingo en Le Mans, después de firmar su primer podio en la clase de reina y de conseguir una parcela grande de protagonismo en un exitoso evento más de 100.000 personas el día de carreras- en el que el sábado ya había dejado su huella tras clasificarse tercero en la parrilla después de dos entrenamientos oficiales fantásticos. «Zarco, príncipe de Francia», rezaba el lunes el prestigioso LEquipe, un diario que no suele dar espacio al motociclismo en su portada y que colocó el éxito de su piloto justo por debajo del título liguero de Zinedine Zidane con el Real Madrid. «Al escuchar la Marsellesa antes de que comenzase la carrera no podía dejar de sonreír pensando: ¿Por qué no puedes conseguirlo?», confesó, tras un resultado que siguió a los dos quintos de Argentina y Estados Unidos y el cuarto de Jerez, en una carrera en la que rodó durante diez vueltas en los puestos de podio. Tras el segundo de Le Mans, Zarco se ha colocado en el quinto puesto de la general de MotoGP, a 30 puntos del líder Maverick Viñales y a sólo tres de Marc Márquez, que le antecede en la general. Un quinto justo por detrás de cuatro de los cinco fantásticos, un grupo en el que aún se incluye a Jorge Lorenzo a pesar de estar todavía muy lejos de su versión más competitiva.

Zarco ha sido un piloto de una evolución curiosa. Asomó ganando la Red Bull Rookies Cup de 2007, con Luis Salom como uno de sus máximos rivales. Vivió una transición hasta llegar al Mundial y empezar a asomar, en 125cc y en la pelea por el último título del octavo de litro en 2011, frente a Nico Terol. Un recorrido interesante pero que no llamó la atención. Moto2 le hizo llamar con fuerza a la puerta. Ganó el título en 2015 y asumió el difícil reto de intentar repetir corona después de no encontrar una oferta interesante para dar el salto a MotoGP. «Puedo ser bueno si encuentro el equipo adecuado», decía por entonces. «Tengo 25 años, cumplo 26, y no creo que sea demasiado viejo, Valentino (Rossi) ya ha demostrado que la edad no es tan importante. Así que puedo esperar un año más para encontrar mejores oportunidades». Con dos Mundiales de Moto2 bajo el brazo Zarco está empezando de verdad a demostrar su nivel en este deporte, teniendo enfrente a los grandes pilotos del mundo. Continúa siendo un personaje peculiar, con un método muy personal de entender la profesión, que rehúye de las modas de comunicación vía redes sociales y que ha aprendido como pocos la importancia del trabajo para triunfar. Aunque a partir de ahora le tocará lo más difícil: aguantar el ritmo e intentar mantener su actual nivel.

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