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Maqueda durante el partido.
Un gol deja a los Hispanos sin Juegos después de un largo camino
Balonmano

Un gol deja a los Hispanos sin Juegos después de un largo camino

Un penalti a favor de Suecia a menos de diez segundos impidió el pasaporte olímpico

Javier Bragado

Domingo, 10 de abril 2016, 18:15

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La selección española de balonmano no estará en los Juegos Olímpicos por una serie de catastróficas desdichas. La primera ocurrió a principios de año en Polonia en la final del Europeo. Los Hispanos perdieron la final contra Alemania y se quedaron sin la única plaza directa para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

Sin el laurel deseado y con un calendario sobrecargado los españoles esperaron a un torneo preolímpico que otorgaba dos plazas en un grupo de cuatro. La primera derrota ocurrió en los despachos porque la organización del evento se fue a Suecia por la mayor cantidad de euros ofrecida. A los Hispanos ya les había cambiado el pie tener que incluir un torneo más en su calendario. Que además fuera en terreno hostil y a todo o nada no hizo más que aumentar el molestar.

No viajó a Escania el guardameta Arpad Sterbik por una lesión en las rodillas. Tampoco Víctor Tomás, ya que permaneció en España para asistir al nacimiento de su hijo. Entre los presentes, referentes como Joan Cañellas llegaban muy castigados por la temporada.

Ya en Malmoe el primer paso fue un gran tropiezo. Los Hispanos perdieron el primer partido contra Eslovenia (21-24), su actual bestia negra porque también les hizo tropezar en la fase grupos del Europeo con un empate a pesar de ser teóricamente un rival inferior y un pie fuera de un campeonato en que los españoles terminaron como subcampeones. En el duelo contra la débil Irán los nervios atenazaron al equipo de inicio y tardó en alcanzar una victoria esperada pero con una renta de goles escasa (37-23) que obligaba a ganar por tres tantos a Suecia en el último partido en su propia casa para obtener el pasaporte a Río de Janeiro.

El duelo final resultó una tortura para la templanza de los españoles, cuartos del mundo. El choque transcurrió desde las ventajas de dos goles de España hasta los cambios en el marcador a favor de Suecia con fricciones, sudor y tensión al límite en la pista.

Descartada cualquier resolución definitiva, los de Manolo Cadenas contaron con varias oportunidades para apuntalar sus diferencias pero manejaron con desacierto algunas de sus situaciones en superioridad. En el otro bando también los escandinavos sufrían y se empequeñecían por la presión. Así, el cielo se abrió para los Hispanos en el mejor momento, con 20-24 a su favor a falta de cuatro minutos. La clasificación olímpica estaba a un paso con una ventaja mejor de lo esperado, los suecos se desesperaban, multiplicaban sus imprecisiones y España contaba con la posesión y superioridad numérica por una exclusión rival. Pero entonces se nubló la visión, se agarrotaron los músculos, se encogieron los brazos y se cortó la respiración. Perdidas de balón, nervios, malas defensas y una inercia negativa se conjuntaron para la desgracia.

A falta de menos de diez segundos Gedeón Guardiola impidió un ataque rival y el árbitro señaló siete metros. Los segundos se hicieron eternos en la pista de Malmoe con la clasificación olímpica como premio. El zurdo Niclas Ekberg ganó la partida a Gonzalo Pérez de Vargas y España se hundió como nunca -sólo había faltado en una ocasión a la cita olímpica-. Un gol después de cuatro años de éxito sentenció la tragedia: sólo a Montreal 1976 faltó la selección masculina de balonmano.

Dolor y lágrimas

Después de la derrota (23-25) el dolor invadió el vestuario español repleto de veteranos que conocían la importancia de la clasificación. «Duele porque tenemos una responsabilidad muy grande, representar a nuestro balonmano. Eso hace que el dolor sea mayor», explicó Manolo Cadenas, el seleccionador señalado por la falta de alternativas para el juego. «En la parte final no han influido los árbitros, pero durante el partido sí», recriminó. «Hemos tenido opciones claras, en el último minuto ellos más acertados. La clave no ha sido hoy, estuvo ante Eslovenia», reconoció el también entrenador del Wisla polaco.

«No hemos estado a la altura, eso es lo primero que hay que decir», reconoció el capitán Julen Aginagalde entre las lágrimas de impotencia de sus compañeros. Los subcampeones de Europa y cuartos del mundo no irán al gran evento deportivo universal, por lo que el irunés lanzó un mensaje a la Federación Internacional de Balonmano que clamaba por la injusticia: «Un equipo que ha hecho primero, segundo, tercero y cuartos en todos los campeonatos en el ciclo olímpico parece vergonzoso que tenga que jugar un torneo preolímpico».

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