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Vázquez es manteado por sus hombres.
Fernando Vázquez cumplió su promesa: el Dépor es de Primera
FÚTBOL

Fernando Vázquez cumplió su promesa: el Dépor es de Primera

El entrenador se propuso conseguir un ascenso inmediato y la afición no ha dado la espalda al proyecto en ningún momento

MARCOS G. MERINO

Sábado, 31 de mayo 2014, 20:59

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Con su victoria por 1-0 ante el Jaén, el Deportivo de la Coruña vuelve a Primera División después de haber descendido a los infiernos de Segunda, en donde se ha visto obligado a jugar la última temporada. El conjunto gallego vive inmerso en una auténtica montaña rusa que ha provocado dos descensos combinados con otros tantos ascensos en las últimas cuatro campañas. Los blanquiazules se suman así al Eibar y volverán a convivir con su máximo rival, el Celta de Vigo, en la máxima categoría del fútbol español.

Fernando Vázquez es el artífice de un milagro que ha tardado un poco más de la cuenta en llegar. «Creo que volveremos. La afición ha sido impresionante, un apoyo constante, un respeto tremendo al final. Nos vamos a Segunda, pero tenemos una gran oportunidad para salir más fuertes, más unidos y más sanos», afirmó el técnico nada más certificarse la triste caída el pasado 2 de junio de 2013. Y ha cumplido su promesa.

El elogio a la afición no era fruto de la casualidad o de la emoción del momento. Riazor juega con el número 12 en sus gradas. Con unos 21.600 socios, su masa social ha sido la más importante de toda la Segunda y en ningún momento han perdido la fe en los suyos, a pesar de que el ascenso ha sido muy sufrido y la recta final del campeonato se ha convertido en una cuesta arriba muy empinada. Por suerte para el Dépor, el trayecto también ha sido demasiado duro para sus rivales directos, que no han sido capaces de aprovechar sus cinco pinchazos consecutivos antes de certificar el regreso a Primera.

En el terreno de juego, el Deportivo ha logrado la máxima rentabilidad numérica basándose en una férrea actitud defensiva y en Germán Lux, el meta que menos balones ha sacado de su portería, sólo por detrás del cancerbero eibarrés Xabi Irureta. Sus 33 goles encajados han provocado que los 47 tantos anotados por su equipo valgan su peso en oro. De hecho, el empate sin goles y las victorias por la mínima han sido los resultados que más se han repetido a lo largo de la temporada de los gallegos.

Sus buenos números en ese campo chocan con su efectividad ofensiva, relativamente escasa para ser uno de los grandes de la categoría. Es uno de los equipos que menos ha disparado a puerta y, además, de los que más lanzamientos ha precisado para anotar un tanto, por lo que se ha convertido en uno de los equipos menos anotadores de la categoría. Luisinho ha sido el puñal de la plantilla gallega y Toché, Salomao, Sissoko, Lopo e Ifrán, todos llegados en invierno, le han dado al equipo el refresco necesario para mantener el nivel. Juan Domínguez, por su parte, ha sido el alma del centro del campo y Borja Bastón, en punta, ha recuperado el olfato de gol que adquirió en la cantera del Atlético.

Ahora el Dépor vuelve a Primera con unos jugadores que se dejan la piel en el campo, un entrenador que saca lo mejor de los suyos y una legión de seguidores que no abandona ni en las malas ni en las peores. Lo hace, eso sí, sin Lendoiro, que dejó la presidencia a mitad de temporada, tras 25 años en los despachos en los que llevó al equipo a grandes éxitos y al borde del abismo económico. Vuelven los derbis gallegos a Primera, vuelve un club que es historia de la máxima categoría y quiere hacerlo para quedarse. El EuroDépor siempre puede volver.

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