El Liverpool despierta del sueño al Villarreal

Ya lo avisó Marcelino en la previa del encuentro. Anfield sería una olla a presión en la que el Liverpool saldría a por todas desde el inicio, y ellos no podrían amilanarse. Una cita «muy diferente» a la disputada una semana antes en La Plana, donde el Villarreal sufrió demasiado en defensa, muy impreciso, descompuesto por momentos ante el enorme empuje del público que abarrotaba el estadio inglés, y la presión ejercida por los jugadores de Klopp sobre el campo.

El nerviosismo del cuadro amarillo pareció brotar desde los primeros compases de un espectacular Youll Never Walk Alone que los aficionados hace mucho adoptaron como suyo. Un estado que, con las estadísticas en la mano, estaba justificado. Antes de esta, habían disputado un total de nueve semifinales con la vuelta en Anfield, de las que lograron superar ocho.

La salida en tromba del cuadro red, con especial hincapié en la profundidad por bandas, hacía presagiar que algo pasaría rápido. Solo habían transcurrido siete minutos cuando la mala suerte se alió con el cuadro de Marcelino. Un centro al área acabó significando el primer tanto del encuentro, en un rebote que Bruno introdujo en la portería de su compañero Areola.

Con el Villarreal muy tocado, tuvo la opción el Liverpool de darle la puntilla con un remate que Milner estuvo muy cerca de acertar. Apenas supo cómo responder el cuadro español, desbordado por el ambiente y sin grandes opciones en ataque.

Una de las mejores versiones del Liverpool esta temporada y Anfield fueron demasiado rival, a pesar de que el Villarreal regresó del descanso mucho más metido en el partido. La poca contundencia defensiva permitió a Sturridge poner distancia en el marcador tras una jugada enmarañada. Pero no sería el último golpe.

Tras la expulsión por doble amarilla de Víctor Ruiz, Lallana volvió a aprovechar los errores de un submarino desconocido para sentenciar la eliminatoria tras una jugada en la que volvió a ser clave Firmino, el mejor jugador de un partido en el que el Liverpool fue ampliamente superior desde el inicio.

Tampoco logrará en esta ocasión alcanzar una final más que merecida por el excelente torneo disputado. Su cuarta semifinal europea volvió a dejar un mal sabor de boca, a pesar de que llegaba a Anfield con ventaja en la eliminatoria. En Inglaterra, el equipo naufragó y rindió muy por debajo de sus posibilidades. La decepción no empañará, sin embargo, una campaña en la ha logrado clasificarse para la Liga de Campeones. Aunque será el Liverpool de Klopp el que busque besar la gloria en Basilea.