El tiempo de Pablo Laso

Por eso sorprendió ver a Pablo Laso en la final de la Copa dirigir a sus jugadores unas instrucciones más propias del minibasket que de la flor y nata del baloncesto europeo. En una época en la que los entrenadores parecen desarrollar en la pizarra algunos de los teoremas epónimos de las ciencias matemáticas o físicas, Laso reactivó a sus pupilos con un tiempo muerto en el que solo dio dos instrucciones, eso sí, tan claras como las palabras que van a leer a continuación. No se puede corregir adelante lo que no estamos trabajando atrás. Trabajar en defensa y pasaos el balón. Defender y pasar el balón. Nada más y nada menos.

En ocasiones, las situaciones complicadas requieren soluciones sencillas que los árboles no nos dejan ver. Siempre he apostado por los entrenadores que insisten en el sentido común y en los fundamentos del deporte. No se puede estar inventando la rueda todas las semanas. Por eso, no deja de llamarme la atención el escaso crédito del que gozan Laso o Ancelotti, continuamente puestos en la picota, frente al gusto por los entrenadores charlatanes de verbo fluido y promesas de amaneceres dorados. Será porque, a pesar de milenios de evolución, al Homo sapiens le siguen fascinando las leyendas.