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Sonia Mallorquín se entrena en el gimnasio bajo la tutela de Nuria Serra en la Escuela de Alhendín.
DEPORTE ADAPTADO

Una simbiosis sobre el tatami

Cinturón negro y primer dan, Sonia Mallorquín competirá el próximo 27 de mayo junto a deportistas sin discapacidad. Dice su mentora que las lecciones, las está dando su alumna

CÉSAR GUISADO

Sábado, 22 de abril 2017, 01:51

Cuentan los maestros de las artes marciales que cuando el aprendiz pisa por primera vez un tatami, enseguida comienza a impregnarse de valores tales como ... la disciplina, el respeto o la perseverancia. Pero hay algo más. Dentro de esta liturgia milenaria de saludos y preceptos que rozan lo divino y que acompañan a cada disciplina, el alumno es capaz de hallar su propio camino a través de la superación personal. Se fija en el instructor, observa sus movimientos, el color de su cinturón, y sueña con llegar a adquirir algún día sus mismas habilidades.

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