Cinturón negro en superación
Asociación Deportiva Purísima Concepción | Parataekwondo
CÉSAR GUISADO
Martes, 13 de diciembre 2016, 00:32
Cada tarde en la que hay entrenamiento, los chicos y chicas del Club Deportivo Purísima Concepción esperan con impaciencia a que llegue Rubén para impartir ... la clase de taekwondo. En esta residencia ubicada en la Zona Norte de la capital conviven y se forman personas con distintas capacidades intelectuales. Desde La Purísima, se encargan de ofrecer a los usuarios una formación completa a través de talleres así como una amplia oferta deportiva. Aquí es muy popular el fútbol sala, pero también la natación o el atletismo y, desde hace tan solo unas semanas, también el taekwondo. Hace unos días que han recibido por parte de la Federación Andaluza el dobok -lo que tradicionalmente ha sido el kimono en el acervo popular- y enfundárselo significa empaparse de los valores milenarios de este arte marcial.
Pasos cortos pero seguros
Sin embargo aquí, en las instalaciones de la calle Pedro Machuca, se trabaja poco a poco. Se trata de dar pasos cortos pero seguros. Cualquier arte marcial es idónea para incrementar la capacidad de agilidad, equilibrio y seguridad sobre el cuerpo. Carmen Gutiérrez, que es la psicomotricista de este grupo y dice que después de tres meses practicándola, el éxito de esta actividad está más que consolidado.
«Están deseando que llegue Rubén porque durante la hora y media que se alarga el entrenamiento, se lo pasan pipa», explica. Rubén Hita, que es entrenador en el club Kumgang de Huétor Vega, es uno de los seis profesores titulados en parataekwondo que existen en toda España. Viene cada tarde a la residencia y «trabaja con los deportistas mediante juegos, haciéndolo muy lúdico», dibuja Gutiérrez, mientras Hita no se separa de sus alumnos. «Es un deporte muy seguro, sin ninguna complicación o problema por el contacto. Creo que, sobre todo, es algo muy divertido», dice la técnico del Purísima Concepción.
La devoción de los deportistas se desprende en cada mirada que intercambian con su entrenador. Mediante movimientos sencillos, consiguen que cada día lleguen un poco más arriba con la pierna. O que concluyan más rápido el circuito de habilidades. Él, además, es un ejemplo para ellos. Quieren imitar sus gestos. Sus movimientos imposibles.
Todas las ventajas
«Este deporte supone un nuevo aliciente para ellos... ¿Ventajas? Todas. Tanto emocionales como en el aspecto psicológico... resulta una motivación enorme para ellos poder levantar la pierna cada día un poco más... mejoran el equilibrio y las chicas cogen seguridad en si mismas», asegura Gutiérrez.
Durante esta primera experiencia en la residencia, la clase cuenta con ocho taekwondistas, pero adelantan desde el club que si sigue tan bien como hasta ahora, seguro que el grupo crecerá. Dicen Rubén, que para él también está siendo importante trabajar con personas con discapacidad intelectual en cuanto lo que supone a su formación profesional, aunque también en el plano personal, «después del entrenamiento, llego cada día a mi casa riéndome. Estos chicos son capaces de ofrecer momentos únicos, que te ayudan a mejorar cada día como entrenador y como persona», asevera.
Orientado al incipiente campo del parataekwondo, Rubén Hita entrena ya a deportistas con discapacidad visual, auditiva y ahora también intelectual. Los objetivos son los mismos, aunque esto le exigen un estudio previo para cada sesión de trabajo.
En este caso, los chicos del Purísima Concepción se preparan para, a corto plazo, salir a competir. Viajar y obtener resultados al esfuerzo diario qué, al final, es lo que busca cualquier deportista sea cual sea su disciplina y sea cual sea su capacidad.
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