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Alhambra Nievas, en el campo de rugby de Fuentenueva.
La ingeniera del rugby
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La ingeniera del rugby

Alhambra Nievas. Mejor árbitra de rugby del mundo

Julio Piñero

Martes, 22 de noviembre 2016, 01:13

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Alhambra Nievas González (Beas de Granada, 1983) es una mujer sencilla. Durante estos días se ha sentido abrumada por tantas llamadas y multitud de felicitaciones tras ser designada como la mejor árbitra de rugby del mundo, pero ni mucho menos se le ha subido a la cabeza el éxito del momento. Si por algo se caracteriza es por su equilibrio emocional. Ni se rinde en los momentos de mayor dificultad, ni tampoco se cree la mejor ahora que está en lo más alto. Su propósito es mejorar en el día a día, no dejar nunca de progresar como persona y también en su profesión.

El deporte no le ha obstruido para formarse a nivel académico desde joven. Es ingeniera de Telecomunicaciones y está a la espera de leer el proyecto de fin de carrera. Jugó desde los 19 años en el equipo de rugby del Universidad de Málaga, cuando se encontraba en el segundo curso de la carrera que eligió. Pronto destacó y fue convocada por la selección española. Eso sucedió en 2005 y estuvo dos años compitiendo con el combinado nacional, en los que le dio tiempo a disputar el Seis Naciones. Debutó frente a Inglaterra y posteriormente intervino ante Francia y Escocia. Después, y casi por casualidad, se pasó al arbitraje.

Está abriendo un nuevo camino en el rugby. Va a ser este sábado la primera mujer que actúa como árbitro asistente en un Test Match, que enfrentará a Estados Unidos y Tonga en el estadio donostiarra de Anoeta. Será un partido de primer nivel. Eso supone romper una barrera y ella se lo toma de forma natural como «un voto de confianza hacia mí y hace que lo asuma como una gran oportunidad». Ha dirigido ya numerosos encuentros internacionales y también arbitra los fines de semana partidos en la División de Honor masculina, lo que le permite acumular mucha experiencia. Este pasado verano estuvo en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y dirigió la final femenina de rugby siete.

Está muy contenta por el momento dulce que le acompaña a nivel profesional, pero también tiene proyectos personales. Uno de ellos es ser madre, algo que quiere que ocurra en pocos años porque desea formar una familia. No hay un límite de edad para arbitrar. Eso depende del nivel físico y del rendimiento que se logre aportar. Se ha comprometido a estar dos temporadas más en rugby siete y en el quince, y ya después se planteará si es madre, lo que le haría interrumpir su carrera en el arbitraje, aunque trataría de volver después. No sería el primer caso.

Sus familiares y amigos la definen como una persona tranquila y que sabe tomar las decisiones correctas en cada momento. Eso no impide que sea una apasionada del rugby y de lo que le gusta en la vida. Es muy competitiva y siempre guarda una sonrisa para sobrellevar los momentos que exigen mayor esfuerzo. Le encanta sentirse rodeada de sus amistades y disfrutar de cada momento. La sencillez le caracteriza en general en su quehacer diario.

Presume de ser granadina, pese a que no reside en esta ciudad. Está afincada en Málaga desde hace quince años, cuando se fue a estudiar allí. Rafael Nievas, su padre, nació en Quéntar, y María Gracia González, su madre, es natural de Beas de Granada, como ella. Tiene un hermano que se llama Rafael. Desde pequeña siempre fue muy deportista. Antes del rugby pasó por el tenis, fútbol, baloncesto, voleibol o kárate, entre otros.

Asesora de imagen

Alhambra considera que haber estado este pasado verano en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro representa para ella «mi mayor éxito deportivo y lo recordaré para siempre». Este año le ha tocado viajar mucho, lo que le ha dejado poco tiempo libre. La vestimenta que luce en las galas para ser premiada la elige su madre. Dice con orgullo que es «mi asesora de imagen». Acierta siempre en los trajes que le recomienda ponerse en cada momento y también la felicitan por ello.

Sus padres eligieron que llevara un nombre que rápidamente se identifica con Granada. Eso se debió fundamentalmente a su madre, que es una apasionada de la Alhambra y también porque tenían cierta morriña de la tierra. Desde jóvenes se fueron a trabajar a Almería, viven en Aguadulce y trabajan los dos en el hospital Torrecárdenas. Su madre es enfermera y su padre ejerce como administrativo.

Siempre busca mejorar desde que comenzó en el mundo del arbitraje. Posee una gran capacidad para aprender y asimilar con facilidad todos los conceptos. Es receptiva a las críticas, porque piensa que eso no le va a perjudicar en ningún caso, sino que le van a valer como «ayuda a evolucionar más rápido en el desarrollo de tu profesión». También le pasaba eso como jugadora.

No se marca objetivos a medio o largo plazo en el rugby. Como popularizó el 'Cholo' Simeone en el mundo del fútbol, le gusta ir «partido a partido». Eso le facilita concentrarse bien para afrontar en buenas condiciones los objetivos más inmediatos. El siguiente fin de semana tendrá que arbitrar un encuentro entre Inglaterra y Canadá, considerado como otro gran encuentro en la categoría femenina. Lucha por ser consistente y en el horizonte está la Copa del Mundo en agosto de 2017, donde tratará de estar presente si acumula un buen rendimiento en los partidos que debe arbitrar antes.

Bicho raro

Se define como un bicho raro por estar en un deporte minoritario y de mucho contacto, al que habitualmente se le ponen clichés. Ella eligió arbitrar y en ese mundo se siente «feliz». Le encantaría que los medios de comunicación no estuvieron copados por tantas noticias y polémicas futboleras, y sí hubiera más espacio para el rugby. Estos últimos días han sido de locura para ella, pero no le importa si de lo que se trata es de difundir el deporte por el que siente devoción.

Ahora sobresale su éxito, pero no olvida las dificultades que le han acompañado para sobrevivir. Hace unos meses le denegaron una beca que solicitó en la Fundación Andalucía Olímpica. No vio claros los motivos que argumentaron para no prestarle esa ayuda, lo que le causó una gran decepción. Sus reclamaciones cayeron en saco roto. Cree que los árbitros se encuentran en un tercer o cuarto escalafón, algo que no comprende. Sus ingresos solo provienen de los partidos que dirige y del contrato profesional que mantiene con la World Rugby. Sí ha logrado encontrar últimamente dos patrocinadores que le ayudan y espera que se unan algunos más.

En el rugby no siente «ningún machismo». Se considera muy respetada en un deporte, donde no percibe diferencia entre hombres y mujeres. Hasta los quince o dieciséis años juegan juntos los chicos y las chicas. Cuando le toca estar en un terreno de juego percibe que la ven ante todo como árbitro, sin detenerse en diferenciar si es hombre o mujer.

En el extranjero cuesta pronunciar su nombre, por lo que han optado por llamarla 'Ali', que resulta más fácil. Su coach es José Manuel Pardal, director de la Escuela Nacional de Árbitros, mientras que su entrenador y preparador físico es Manuel García Sillero. Cuando está en Málaga acude a entrenar al centro Elcano Sport Clinic, donde también la cuidan a nivel de fisioterapia y de nutrición, además de ser uno de sus patrocinadores. Alhambra Nievas no quiere descuidar ningún detalle para seguir triunfando en el rugby.

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