El adiós de un 'embajador'
Como anunció antes de Río, Manuel Martín deja el deporte profesional para dedicarse a otros retos, como enseñar la boccia a las nuevas generaciones
CÉSAR GUISADO
Miércoles, 9 de noviembre 2016, 17:05
Hay pocos detalles de esta vida que Manolo, como lo llama cariñosamente todo el que lo conoce, no haya podido controlar. Apenas lanzó la ... primera bola allá en el '99 cuando ya decidió que iba a ser paralímpico. Y a fe que lo consiguió. Sin embargo, pocos saben que el «gran embajador» de Pórtugos, como lo ha descrito su alcalde, a punto estuvo de ganar medallas para Francia.
Corría el año 80. «Mis padres eran inmigrantes en Francia, donde se encontraban trabajando mientras que mis hermanos vivían con mis abuelos», cuenta el propio Martín. Un día, mi hermana se rompió la lengua cuando montaba en la 'bici', mi madre se enteró estando embarazada de mí, bajó a Granada y aquí nací. Por poco nazco francés», bromea.
Sea como fuere, a este lado o al otro de los Pirineos, hubiera dado igual porque Manuel Martín hubiera acabado por cumplir sus sueños del mismo modo: con tesón o 'cabezonería', como él mismo lo llama. Ahora tiene otros retos que seguro saldrán adelante; entre ellos la radio, enseñar la boccia a las generaciones venideras y conseguir que la iniciativa Granada Paralímpica acabe siendo una fundación. Lo conseguirá.
Por el camino, el portugueño ha hecho historia en el mundo del deporte paralímpico ganando dos medallas de bronce en unos Juegos y, más importante, dando visibilidad al deporte adaptado para personas con parálisis cerebral, derribando a bolazos tabúes y prejuicios.
Hace un año que decidió retirarse, que lo dejaba. Y fueron pocos quienes lo creyeron porque cuesta imaginarse unas paralimpiadas sin Manolo Martín siendo parte del equipo nacional de boccia, con el que debutó en Pekín y se despidió en Río, ocho años después. Por el camino mil anécdotas.
Cuenta con cariño cómo Álvaro Galán le dio la oportunidad de acudir como 'sparring' en 2005 para ganarse un puesto en la Selección Española. Y de quienes se han cruzado por su camino para ayudarlo a conseguir sus sueños. Aquí, hace un paréntesis para hablar de su Granada CF, el club que le dio el empujón económico y mediático que hizo posible su dedicación plena a la boccia. «Todo ha sumado», explica, «y por allá donde he ido he procurado ser agradecido y contar de dónde vengo, de un pueblo de la Alpujarra de trescientos habitantes muy acogedor y donde tenemos muy buen jamón», afirma.
Por esto, no es de extrañar que el sábado pasado Pórtugos se rindiera a los pies de Manuel Martín. El salón sociocultural Fuente Agria del municipio alpujarreño se quedó pequeño para celebrar el acto de homenaje que organizaron la Mancomunidad de Municipios de La Alpujarra y el Ayuntamiento de Pórtugos con la colaboración de La Ciudad Accesible, la iniciativa Granada Paralímpica y el CD Aspace.
Se repasaron los lauros más importantes del 'bocciero', como su subcampeonato de Europa individual en 2009 y del Mundo en 2007 o los más recientes de 2015. También sus tres participaciones paralímpicas con dos bronces en Pekín, individual y por equipos y un diploma olímpico de Londres.
El Ayuntamiento de Pórtugos, de las manos de su alcalde Javier Vázquez entregó, tras las intervenciones de autoridades y personalidades que han marcado la vida del atleta que anunciaba el fin de una época en lo más alto del deporte de alto nivel en España, un recuerdo de agradecimiento del pueblo de Pórtugos «por haber sido un gran embajador del municipio y de toda La Alpujarra». Después, Antonio Tejada como máximo representante de La Ciudad Accesible y Granada Paralímpica, hizo entrega del «primer reconocimiento 'Leyenda Paralímpica Granadina' a Manolo Martín por su trayectoria deportiva en la boccia a nivel nacional e internacional».
Lauros que acompañarán a tantas medallas y trofeos en la vitrina de este deportista que un día se soñó futbolista y acabó siendo mucho más. Reflejo de que el deporte paralímpico es algo más que una cita que se celebra cada cuatro años. Que es el motivo por el que personas como él han conseguido cumplir sus sueños y que muchos de sus vecinos se hayan visto reflejados. Decía su alcalde que ha sido un «gran embajador» de Pórtugos. Y quién le iba a decir hace no tanto tiempo a este regidor que una persona con parálisis cerebral iba a derribar tabúes con tanto ímpetu como lo ha hecho el bueno de Manolo. Y además, a bolazos, como él quiso hacerlo.
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