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Ángela Ortiz juega en el Hospital Materno Infantil.
El partido más importante de Ángela
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El partido más importante de Ángela

A sus doce años, la palista del CTM Vegas del Genil lucha para vencer al mayor adversario al que le ha enfrentado la vida, un tumor cerebral al que está apunto de derrotar

césar guisado

Jueves, 10 de septiembre 2015, 00:45

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Hasta no hace mucho, la vida de Ángela Ortiz era como la de cualquier niña de su edad que se divierte jugando a su deporte favorito. Cada tarde, después de dejar listas las tareas del colegio, acudía puntual a la sala multiusos de Belicena para agarrar una pala y pasarse horas lanzando pelotas a una cesta o midiéndose a sus compañeros.

Empezó con nueve años a practicar el tenis de mesa animada por su tío Agustín Guerra, que es el presidente del club de Vegas del Genil. Dice Agustín que su sobrina es una chica con una ambición extraordinaria, que las ganas por superarse en cada entrenamiento son admirables. Precisamente ha sido ese deseo de progresar cada día el que cimentó un talento que la ha llevado a jugar a su corta edad en la División de Honor, para recorrer España en dos ocasiones al lograr la clasificación para el Top Nacional de promesas, que se viene disputando cada año en Valladolid.

Allí, Ángela consiguió firmar muy buenas actuaciones. Demostró que sus aptitudes no conocen límites y que su meta no la va a trazar ningún rival. Y es que las ilusiones de la niña han quedado aparcadas, pero solo por el momento. No es que se haya desanimado por una derrota o que se vea incapaz de pelear en la mesa contra un adversario. Ha sido una enfermedad la que le ha puesto una piedra en el camino. Un obstáculo que, no cabe duda, va a terminar superando.

Fue en el albor de la primavera de este año, cuando la pequeña descubrió que tenía un bulto en la parte de atrás de su cabeza. Preocupada, acudió junto a sus padres al Hospital para que le dijeran de qué se trataba. Entonces recibió la peor noticia que podía esperar: tenía un tumor cerebral. Era maligno.

La noticia cayó como un jarro de agua fría en la familia. Como en tantas que, a día de hoy, continúan luchando contra el cáncer. Ángela se sometió a una operación que le costó 50 puntos en la cabeza. La cicatriz la cubre hoy con un pañuelo y la disimula con una sonrisa cálida que deslumbra a todo el que está a su alrededor.

Los primeros días después de la operación no fueron fáciles para ella. Su cuerpo no aguantó como debiera y las defensas le fallaron. Pero demostró ser una luchadora y peleó para reponerse lo antes posible. Puede decirse que han pasado apenas unas semanas de todo aquel tsunami que le tocó vivir a la familia y que la situación de Ángela ha cambiado como de la noche al día. Ahora se encuentra más animada, ha comenzado con las sesiones de radioterapia y, si todo sale bien, acabará pronto con la quimio.

Como no, sus compañeros de equipo siguen de cerca la evolución de la palista, quieren volver a verla presentando batalla en cada entrenamiento. Tenerla cerca. Por eso, con la intención de hacer algo más liviana la espera, se les ocurrió una idea que no han tardado en poner en práctica. Agarraron una mesa, una pala y un puñado de bolas y se marcharon a la séptima planta del Hospital Materno Infantil para compartir una mañana con Ángela y con los que han sido sus compañeros de planta durante estos meses de ingreso.

Este pasado lunes, los chicos del CTM Vegas del Genil enseñaron a los de la séptima cuál es su pasatiempo favorito. En Oncología Infantil se presentaron Pablo Guerra, Raúl Flores, los hermanos Darío y Hugo Martín y Joaquín Rivas. También Agustín Guerra, acompañado por los entrenadores, José María Guillén y Encarnación Henares. David Barrera, técnico de deportes del municipio acompañó a los asistentes en representación del Ayuntamiento de Vegas del Genil.

Resultó un rato súper agradable. Distinto, que rompe la rutina de unos niños y niñas que tendrían que estar en la calle, apurando los últimos días de verano antes de que vuelva a empezar en colegio. Lo pasaron en grande. Pablo, que es el más veterano del equipo, peloteó con todos los que quisieron ponerse a prueba con todo un campeón de España juvenil.

Enorme ovación

También, claro está, le tocó el turno a Ángela, que se notó que jugaba en casa ya que recibió el aplauso y la ovación de su público, el cuerpo de sanitarios que la han atendido «maravillosamente», dice ella, durante estos últimos meses.

«Ahora vamos poco a poco», cuenta Agustín Guerra, «últimamente se encuentra más animada, con más fuerza y viene los viernes a entrenar. Evidentemente no se le pide ningún esfuerzo, solo el que ella acepta pero claro, ella siempre da el máximo de sus posibilidades», asevera.

Y es que definitivamente esa ha sido la estrategia de Ángela en este partido, el más difícil que le ha tocado disputar hasta el momento. Está dando el máximo de sus posibilidades para terminar por derribar a su adversario. Seguro que lo conseguirá.

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