Bouhanni gana el primer sprint

Estamos en una Vuelta a España en la que los corredores, los de Movistar, se están encontrando con el maillot rojo de líderes sin buscarlo, por pura inercia, por sus méritos, ciertamente, en la primera etapa, una contrarreloj por equipos en la que realizaron una exhibición. Una crono que les puede permitir vivir de ella durante muchas etapas y quien sabe si les conducirá hasta la victoria final en Santiago.

Y en la segunda, porque el puestómetro, Valverde entró muy por delante de Castroviejo, le colocó de líder al murciano. Eso pasaba en la general porque en la etapa sucedió lo que estaba previsto. No parecía que nadie pudiese hacer frente a Nacer Bouhanni en una llegada masiva a pesar de que la meta picaba un poco hacia arriba. Dominó con una gran autoridad.

No hay muchas oportunidades para los hombres rápidos en la carrera y Bouhanni no dejó pasar la primera que se le presentó, por si acaso. Ganador de tres etapas y del maillot rojo de la regularidad en el Giro, se impuso por k.o. técnico, sin discusión. Su hermano Rayane logró el pasado sábado el título de campeón de Francia juvenil.

En 2012 finalizó segundo en una etapa que terminó en Sanxenso. Estuvo trece días en la Vuelta con el maillot de campeón de Francia de fondo en carretera.

Ni John Degenkolb, ni Roberto Ferrari pudieron ni siquiera intentarlo. Sagan se despistó a trescientos metros de la llegada.

Movistar tuvo una etapa tranquila, sin muchas complicaciones, en la que controló con comodidad una escapada que no iba a ningún lado. Bouhanni le ha asestado otro k.o., este moral, al máximo responsable de su equipo, FDJ, Marc Madiot que le dejó sin plaza en el Tour de Francia, una carrera en la que tenía especial ilusión después de un Giro de matrícula.

Madiot, que ya intuía que Bouhanni, que sólo tiene 24 años, cambiaría de formación la próxima temporada prefirió apostar por Arnaud Démare, que encima le pasó a Bouhanni en el campeonato francés en línea, en la misma llegada y le dejó si título La cohabitación, esa palabra que arroja tantos matices, entre dos esprinters con mucho talento, era imposible. Por si le faltase algo llegó Cofidis con una oferta de esas que se llaman irrechazables: un millón doscientos mil euros por temporada durante dos años.

A Bouhanni le enseñaron la puerta de salida en la FDJ y le abrieron otra que conduce a una jaula de oro.

Más tranquilo y sereno

Cuando le sucedió lo del Campeonato de Francia comentó que «aquello fue muy duro de vivir. Estuve diez días después de los campeonatos sin tocar la bicicleta. Después decidí olvidarme de todo aquello». A Bouhanni, Démare le acusaba de ser un ciclista muy egoísta, que sólo pensaba en él y al que nunca ayudaría en una llegada.

Que es un tipo curioso, que no pasa ni pasará desapercibido en el mundo profesional este ciclista de origen argelino, su padre y su abuelo nacieron en ese país y acabaron emigrando a Francia, se explica con su afición al boxeo, que suele practicar durante el invierno, con un entrenamiento que le sirve para mantener en buena forma física, en un deporte que adora.

Sobre su futuro comentó que «fichar por Cofidis me ha aportado tranquilidad, serenidad. Abordo esta Vuelta a España de forma muy diferente a como lo hice hace dos años. He venido a ganar etapas, cuantas más, mejor. Cuando volví a correr en el Eneco Tour estaba sólo al 80% de mi condición física y no conseguí más que ser segundo».

Nombres como los de Degenkolb, Sagan, Boonen y Matthews no le impresionan: «La pena es que no está Mark Cavendish en la salida. El espectáculo sería todavía mayor».

No descarta tampoco luchar por conseguir el maillot verde de la regularidad: «Tengo un equipo a mi entera disposición y prefiero ir día a día». En una Vuelta a España en la que las oportunidades para los hombres rápidos son escasas, Bouhanni ha preferido no esperar mucho.

En el Giro de Italia, Claudio Chiapucci le compara con Djamolidine Abdoujaparov, aquel manojo de músculos uzbeko que terminó como criador de pájaros. Tienen un cierto parecido físico, aunque el uzbeko era más exhuberante físicamente.

Alejado de los líderes, de los aspirantes a la victoria final, Bouhanni podría convertirse en otro de los nombres propios de la prueba y despedirse a lo grande de su actual formación, en la que lleva cuatro años. Por victorias no quedará.