El último sufrimiento de Contador

El madrileño, que no ha ganado ninguna etapa en este Giro, pagó sus esfuerzos en el Fineste, una ascensión monumental de 18,5 kilómetros con carreteras de tierra en su parte final. Esta carretera, digna de la época de los pioneros del ciclismo, vio a un Contador en peligro tras un ataque a falta de tres kilómetros para la cima del vitoriano Mikel Landa, el escalador más fuerte en la última semana de carrera.

«Rápidamente comprendí que no era un gran día, pero he conocido días peores», reconoció el líder, que no pudo seguir al grupo (Hesjedal, Aru, Kruijswijk y Urán) en el Finestre, el punto más alto de esta edición del Giro (2.178 metros de altitud). En la cima, Contador perdía cerca de un minuto y medio con Landa, que había atrapado al ruso Ilnur Zakarin, superviviente de una escapada anterior.

«Calculé mis esfuerzos», explicó el madrileño, que libró una contrarreloj hasta la línea de llegada. Por delante, Landa esperó a Aru, en el primer grupo, para después trabajar para él. «El equipo me lo pidió; yo me sacrifiqué», declaró el corredor vasco, visiblemente decepcionado después de la meta, ya que aspiraba a ganar la etapa y quizá llegar a la segunda posición de la general.

«Mikel hizo una gran acción, y el final ha estado grandioso», reconoció Aru, su jefe de filas en el equipo Astana, que se impuso en la etapa por segundo día consecutivo, después de pasar momentos difíciles al final de la semana pasada: «Pensé dos veces en volver a casa, pero no podía abandonar». «Realmente no pensé que podía remontar a Contador en el Finestre», añadió el sardo. «Alberto (Contador) es un campeón. Merece la victoria», reconoció el italiano.

Aru, de 24 años, se aseguró la etapa al atacar a dos kilómetros de meta. Precedió a los mismos corredores que en la víspera, en Cervinia, al canadiense Ryder Hesjedal y al colombiano Rigoberto Uran. «En Sestriere me siento como en casa», se felicitó Aru, que está habituado a entrenar en altitud, en la estación creada a iniciativa de la familia Agnelli (Fiat).

La última etapa de este domingo, una mera formalidad, de 178 kilómetros, une Turín con Milán, donde la carrera concluirá tras dar siete vueltas a un circuito urbano de 5,4 kilómetros.