El Palacio de Congresos plantea un gran anfiteatro cubierto por una cúpula de vidrio

El Palacio de Congresos de Granada está a punto de cumplir 29 años y su edificio reclama una reforma que lo sitúe en la vanguardia de este tipo de espacios, que no son más que un gancho para atraer visitantes a la ciudad. Además de los achaques propios del paso del tiempo, las instalaciones presentan limitaciones –algunas relacionadas con la seguridad– que impiden a la empresa concesionaria organizar los espectáculos a los que aspiraba cuando concursó para hacerse cargo de ellas.

Con una macrorreforma ya planteada y proyectada en planos, la dirección del Palacio vio en los fondos europeos para la recuperación una oportunidad para sacar adelante dos proyectos de modernización que suman 28 millones de euros y que tienen como telón de fondo la filosofía de estas subvenciones: que el edificio sea sostenible, menos dependiente del consumo energético y, en consecuencia, más rentable y competitivo.

Pero no es tan fácil que los fondos europeos cubran esta ambiciosa modernización que ya planteó la concesionaria del Palacio a la Junta, sin llegar a un acuerdo. Ni con subvenciones, parece fácil que llegue el dinero y todo por una cuestión burocrática de quién debe pedirlo, que no es la empresa que lo gestiona.

El informe con los proyectos está entregado ya a la Junta por la concesionaria. Pero los que deben presentar esta propuesta a Europa son los propietarios de las instalaciones que son la propia administración andaluza (con el 66%) y el Ayuntamiento. Previamente, tiene que dar el visto bueno a esta operación el consejo rector del consorcio del Palacio, un órgano que no se reúne desde el 13 de junio de 2019, antes incluso de que Luis Salvador fuese investido alcalde.

Los empresarios turísticos se han llevado las manos a la cabeza de ver que la subvención para modernizar el treintareño edificio depende de una reunión política que no se ha celebrado. La Federación Provincial de Hostelería ha exigido a las administraciones que convoquen de manera «inmediata» el consejo rector del Palacio, pues la reforma de 28 millones de euros que podría financiarse con fondos europeos está en el aire, mientras se agranda el pleito millonario que mantiene la concesionaria con las instituciones, mediante el que reclama esta necesaria y urgente transformción de las instalaciones, que no permiten ahora un uso amplio de este espacio. La Federación asegura que el Palacio de Congresos es uno de los tres motores de la economía local y que urge su reforma.

La gran transformación del edificio propone su mejora energética y sobre todo, que tenga medidas de seguridad acordes a las normativas actuales para poderle dar el uso que planeó la empresa concesionaria según el pliego del concurso.

Si se consigue el dinero de este proyecto se planteará una nueva envolvente energética del edificio y se harán cosas tan necesarias como comprobar los recorridos de evacuación, instalaciones de protección contra incendios, hacer resistentes techos, suelos y paredes contra el fuego o eliminar las barreras arquitectónicas actuales.

Además la dirección quiere aprovechar la reforma del edificio para instalar un gran espacio operístico en la Sala García Lorca, una infraestructura cultural muy demandada por la ciudad y que entra en los planes del alcalde Luis Salvador, que ve en este espacio una pieza clave para la candidatura de Granada a la Capitalidad Cultural.

«Al no contar la ciudad con este gran espacio operístico se ha convertido en un importante anhelo y por eso la dirección del Palacio propone la remodelación de la sala existente, que amplíe y mejore la oferta cultural granadina, para que el edificio sea más rentable», propone la empresa concesionaria en el dossier que recoge los proyectos.

El informe recoge cinco intervenciones que convertirían a la Sala García Lorca en un auditorio para acoger óperas: la ampliación de la caja escénica –tanto en altura como en profundidad–; la creación de un foso delante del escenario para que quepa una orquesta; ampliar el aforo con dos nuevos palcos laterales; acabar con los defectos de la sala y mejorar la ventilación, la protección contra incendios, la instalación eléctrica o sus telecomunicaciones.

El otro gran proyecto consiste en la creación de una cúpula en el techo, una envolvente retráctil del anfiteatro situado en la cubierta del edificio para mejorar su capacidad de servicio y su flexibilidad, para que puedan celebrarse espectáculos sin el perjuicio para los vecinos, que se produce en la actualidad al no tener cubierta este espacio. También conllevaría la instalación de placas fotovoltaicas y la creación de una cubierta verde sobre el edificio.

La instalación de las placas supondrá una producción anual estimada de 107.000 Khw de energía renovable, que podrá ser utilizada tanto por el propio edificio como por algunos espacios del entorno. Esta infraestructura evitará la emisión de CO2 a la atmósfera, una cantidad para la que se necesitarían más de 18.000 árboles para absorberla.

Además el Palacio de Congresos quiere convertirse en un espacio verde y propone la instalación de cubiertas vegetales, el ajardinamiento de los espacios libres como sus patios y esta red verde se apoyará en el río Genil, permitiendo la naturalización de su cauce.

La dirección del Palacio entiende que estas mejoras permitirán a Granada el posicionarse en el competitivo mercado de organización de eventos, en un mundo que valora «esta garantía de sostenibilidad» que pretende dar esta infraestructura si consigue realizar su reforma, para lo que necesita los fondos europeos.

Para aspirar a las ayudas de Europa, el Palacio necesita que se constituya el consejo rector del consorcio que lo gestiona. En el momento en que se constituya, el órgano tendrá constancia oficial de un conflicto porque el contrato de la concesión de finales de 2011 está en los tribunales. La empresa –una UTE donde está FCC– asumió unas instalaciones con una licencia original desfasada que no permite organizar los eventos para los está concebido el Palacio, porque sus instalaciones presentan defectos.

La sociedad mantiene un contencioso en el que reclama a las administraciones 5,5 millones de euros y puede sumarse un segundo pleito en breve. La reclamación se paró en los tribunales porque se abrió una vía de negociación con la Junta, pero no hubo acuerdo, por lo que vieron en los fondos europeos la oportunidad perfecta para realizar la macrorreforma que ya estaba planteada, también 'por las buenas'.-

El contrato firmado en su momento contemplaba una revisión en el caso de que se produjera una crisis. Con este argumento, la concesionaria reclama otros tres millones de euros para mantener el equilibrio económico después de apenas tener actividad durante la pandemia. Nuevamente, es el consorcio el que tiene que reunirse para revisar estas cantidades. Y no se reúne.