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La escritora argentina Liliana Díaz Mandurry.
«Lo realmente erótico es el lenguaje»

«Lo realmente erótico es el lenguaje»

Liliana Díaz Mindurry, escritora

Pablo Rodríguez

Jueves, 16 de febrero 2017, 16:08

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La librería Picasso acoge mañana a partir de las 19 horas la presentación de 'Pequeña música nocturna' (Huso Editorial, 2016), una novela escrita por la autora argentina Liliana Díaz Mindurry que reflexiona, entre otras cuestiones, sobre el despertar sexual y la mentira. La escritora, que también presentará un ensayo sobre el malditismo en la literatura, estará acompañada en el acto por José Acevedo.

¿Qué es 'Pequeña música nocturna'?

Es una novela imaginada sobre un cuadro de Dorothea Tanning llamado 'Eine Kleine Nachtmusik' (Pequeña música nocturna), a su vez pensado desde la famosa serenata de Mozart homónima. Es música porque tiene un ritmo, que entiendo que forma parte del cosmos literario que intento reflejar. Una música nocturna, es decir oscura, que se relaciona con el inconsciente, con los sueños, con el erotismo 'arcaico' y lo llamo arcaico porque es primitivo, se une con el origen, el origen del sexo en púberes y prepúberes, especialmente el mundo femenino, sus secretos miedos y pesadillas. Es pequeña, no sólo por la edad de las protagonistas sino por lo pequeño del mundo en que vivimos, que nos parece a cada uno tan gigantesco. Las últimas palabras del diario de Carmencita Bermejo hablan de la pobre música de la noche y que todo es pequeño, ínfimo.

¿Hasta qué punto es determinante el primer amor (refiriéndome al amor sexual), el primer contacto con el erotismo y el otro?

Como mujer, estoy segura de la relevancia del primer acercamiento con lo erótico y no dudo que tiene su importancia en el mundo masculino. La vieja esperanza de unión, aún meramente física, con su maravilla y su desencanto, en algunos casos, brutal, nos constituye como adultos.

En 'Pequeña música nocturna' hay una referencia a Dante, que pone en el segundo círculo del infierno a los lujuriosos. ¿Está hoy aún castigado el deseo y seguimos sin salir del anillo de Dante?

Nunca me guío por las apariencias. Da la sensación de que vivimos en un mundo donde el sexo es tan anodino como cualquier operación fisiológica. Pero todas las civilizaciones desde tiempos ancestrales marcan de alguna manera lo que atañe a la reproducción y desconfían del 'deseo' que ya sabemos que es muy vasto. Considero que hoy tenemos una sobresaturación de hablar del tema, y lo que se llena de palabras tiende a domesticar o volver anodino lo que uno intuye que no es. Seguimos moralizando en las redes sociales y con algunos temas que todos sabemos y no hace falta puntualizar, pero el deseo en sí, está lleno de disimuladas y no disimuladas limitaciones. Lo que se considera 'políticamente correcto' no tiene mucho que ver con lo que los mandatos llenan el cerebro social, especialmente en el mundo femenino, aunque nos pongamos la máscara de que está todo superado. Lo que sucede es que el erotismo se hunde en la mezcla de lo animal y de lo humano entre comillas y está en sus raíces la compleja relación con el otro. Las religiones monoteístas tradicionales desde siempre (y continúan) ponen el tema en el centro de las prohibiciones.

Uno de los espacios más interesantes del libro es el Hôtel du Pavot, un lugar donde la mentira está al servicio del contacto carnal. ¿Qué le dice ese escenario como autora?

Sí, la mentira, que está presente en todas las cosas del mundo humano y en este sentido, creo que Onetti lo puntualizó muy bien, yo diría que la mentira cumple el rol en Onetti que la náusea en el mundo de Sartre y el absurdo en el mundo de Camus), está especialmente, en mi visión, al servicio del sexo. El Hotel Du Pavot (de la Adormidera) es un poco el hotel de lo alucinógeno, del sueño, y también de la hipocresía.

A lo largo de la lectura, el lector acaba teniendo la sensación de transformarse en voyeur, en espía de los deseos ajenos. ¿Está de acuerdo con esa visión?

Es lo que quiero provocar y por eso, en el comienzo del libro Ángeles se sitúa como voyeur de un voyeur. El voyeur principal es el lector.

La palabra, a través de los diarios y la correspondencia, también tiene un peso relevante en 'Pequeña música nocturna'. ¿Puede la palabra encender el deseo a la manera de los Francesca y Paolo con los que Dante se para a hablar en el Canto V?

Lo realmente erótico es el lenguaje, y la unión de lo humano (lengua) y lo animal (sexo). Lo maldito y lo que es una llamarada es la lengua. Los actos son maquinales.

Tanto Pavot como la referencia musical con la que se juega en el título llevan a trabajos de Tanning, imágenes surrealistas, sorprendentes, al límite... ¿Cómo autora te sientes identificada con su mundo?

El surrealismo en general y sus leyes oníricas donde todo se conecta con todo, y donde la fantasía es ilimitada, es la base de esta novela.

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