Edición

Borrar
Imagen de la película de Ghibli 'Mi vecino Totoro'
¿El adiós de Ghibli?

¿El adiós de Ghibli?

Medios japoneses afirman que el estudio abandona la producción de dibujos animados para salvar las cuentas de la empresa

Encarni Hinojosa

Sábado, 2 de agosto 2014, 07:12

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Hace dos semanas se estrenó en Japón la que podría ser la última película de Ghibli. 'Omoide no Marnie' -'El recuerdo de Marnie'-, dirigida por Hiromasa Yonebayashi, tiene la responsabilidad de salvar las cuentas de uno de los estudios de animación más famosos del mundo. En el propio evento de presentación de la nueva cinta, algunos medios japoneses afirmaban haber hablado con fuentes de Ghibli que confirmaban el cambio de actividad de la empresa: dejar de producir películas para dedicarse en exclusividad a gestionar los derechos de autor de los títulos ya creados.

Cuando Hayao Miyazaki, cofundador y alma creativa del estudio, anunció su retirada el verano pasado, las sospechas sobre un declive de la marca fueron automáticas. El temor se acrecentó cuando, a principios de año, el productor y también cofundador de Ghibli Toshio Suzuki tomó la decisión de abandonar su faceta de productor y asumir con plena dedicación su cargo como director general.

El motivo de esta crisis se debe a los altos costes que soporta el estudio cada vez que crea un nuevo largometraje. Hasta ahora, y en parte gracias a la genialidad de Miyazaki, las ganancias en taquilla compensaban los gastos.

El mismo gasto, menos ganancias

En 2013, Ghibli recaudó con el largometraje 'Kaguya Hime no Monogatari' -'La historia de la princesa Kaguya'- 5.100 millones de yenes -unos 37 millones de euros-. Cifra para nada desdeñable pero insuficiente para cubrir lo que costó su producción. El estudio lo consideró un auténtico fracaso, sobre todo al comparar las cifras en taquilla de 'El viaje de Chihiro' (2001): 30.400 millones de yenes -220 millones de euros-.

El año pasado ni siquiera pudo salvarlo la que fue la última película de Miyazaki, 'El viento se levanta'. A pesar de que recaudó 11.600 millones de yenes -84 millones de euros-, en 2013 Ghibli acabó en números rojos por unos gastos de 10.000 millones de yenes sumados a lo que paga a sus empleados al año, 2.000 millones de yenes -14 millones y medio de euros-.

La extensa plantilla, necesaria para conseguir la calidad de las animaciones del estudio, parece ser uno de los principales motivos de las malas cifras de la marca. Es por eso que la solución a corto o a medio plazo parezca ser renunciar a la producción de películas y así prescindir de los servicios del gran número de animadores y otros trabajadores que dan vida a las preciosistas obras de Ghibli.

El resto de estudios de animación japoneses subcontrata parte de la producción de sus obras a empresas extranjeras, fundamentalmente de China o Corea, abaratando así los costes. Pero el sello que tiene como valedor a Hayao Miyazaki, considerado el Disney japonés, parece no querer renunciar a la perfección de sus creaciones que incluso se realizan casi en su totalidad a mano, descartando la velocidad y efectividad del ordenador.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios