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'El Fandi' durante su faena al toro 'Limonero', que fue indultado en la plaza de San Cristóbal.
Indulto y lío gordo de El Fandi en Venezuela

Indulto y lío gordo de El Fandi en Venezuela

La prensa especializada alaba la «antológica faena» del diestro granadino al toro 'Limonero', que se ganó su vida

MARÍA DOLORES MARTÍNEZ

Lunes, 1 de febrero 2016, 01:46

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El diestro granadino David Fandila 'El Fandi' ha comenzado por todo lo alto la temporada 2016. El pasado viernes no sólo triunfaba con rotundidad en la plaza venezolana San Cristóbal, donde logró tres orejas, sino que sumaba el indulto trigésimo noveno en su trayectoria de la mano del segundo de sus oponentes, de nombre 'Limonero, número 506, negro mulato, de 470 kilos y perteneciente a la ganadería colombiana de El Capiro de Sonsón.

En el que era el tercer festejo de la Feria de San Sebastián David Fandila salió a hombros junto a Daniel Luque y el ganadero de El Capiro. El balance fue el siguiente: Erick Cortés, palmas tras aviso y palmas, 'El Fandi', oreja y dos orejas, y Daniel Luque, palmas y dos orejas. Con dos tercios de entrada se lidió un noble encierro de El Capiro de Sonsón, del que destacaron los toros primero, cuarto y quinto. Este último, fue indultado por El Fandi.

El semanario taurino Aplausos califica de antológica la faena de David Fandila con 'Limonero' «un toro que ofreció espectáculo, de esos que encumbran una feria. Tuvo la suerte de encontrarse con El Fandi, que ya en el tercio de rehiletes dejó ver las extraordinarias condiciones del astado, al que el granadino lució en cuatro pares de poder y veteranía», según el crítico taurino Rubén Darío Villafraz. «La muleta de Fandi -continúa- se convertiría en seda y látigo para dominar, templar, mandar, llevar y rebosarse en gozo la gran embestida de ejemplar. Inmaculado David Fandila, desde el arranque de labor, rodillas en tierra en plena boca de riego, en series en redondo, hasta cinco en serie de enorme calado. Labor pulcra, metódica, medida, de torero veterano, en plenitud. Hubo unanimidad y al toro se le perdonó la vida».

Por su parte, el periodista malagueño Juan Ramón Romero se hace eco en el portal Mundotoro.com del «terremoto de toreo que enloqueció la monumental plaza venezolana». «'Limonero' de El Capiro gustaba de galopar como un pura sangre y allí a larga distancia con las dos rodillas en tierra le esperaba El Fandi. Acontecimiento. Acometía el toro como locomotora de potente bravura y Fandi le condujo con las dos rodillas aún clavadas en el piso haciéndolo girar sobre el eje de su pecho en muchos muletazos templados y largos que fueron uno solo. A partir de ahí se desató una sinfonía de toreo con toro entregado y torero roto que se vació en todo género de trazos, incluidos los de la verticalidad de la figura y el gusto por la estética más clásica. Cuatro faenas en una a un gran 'Limonero', hijo y nieto de indultados, que continuará como semental la dinastía. Doble premio simbólico. El público quedó enloquecido. A su primero ya le había cortado trofeo por una faena medida en las alturas, distancias y tiempos, de un Fandi inspirado e implicado con sus devotos venezolanos».

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