La vacunación de la covid se frena y Salud abre la cuarta dosis a toda la población

El director general de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica, Jorge del Diego Salas, explica que los ciudadanos le han perdido el miedo al virus, pero insiste en que se trata de una enfermedad compleja que actúa «de forma distinta en cada cuerpo», por lo que debemos extremar la precaución. «Es fundamental que las personas vulnerables adquieran esta dosis de recuerdo», detalla. El porcentaje de inmunización más alto se registra en las residencias, con más del 90% de inoculados, pero disminuye a la par que la edad.

Y es que la situación actual de la pandemia es completamente distinta a la de los dos años anteriores. Por estas fechas, en 2021 la incidencia en Granada era de 827,9 casos por cada 100.000 habitantes, lo que provocó que toda la provincia pasase al nivel de alerta 1. Ahora, esos niveles y restricciones quedan en el olvido. Los datos lo avalan: la incidencia actual en Granada es de 53,50 casos por cada 100.000 habitantes en las personas de 60 años o más, la denominada población diana, en la que se centra ahora la Consejería de Salud y Consumo.

Para entender la eficacia de las vacunas, basta con comprobar los contagios en la Navidad pasada y la actual. En aquella época, los nuevos casos oscilaban entre los 1.300 y los 2.300 diarios, con más de un centenar de ingresados en los hospitales. Según los últimos datos de Salud, actualizados a 23 de diciembre, son 116 los nuevos contagios, con una veintena de hospitalizados. «Todo esto se debe a las vacunas», resalta Jorge del Diego Salas. De hecho, solo el 5% de las residencias de Andalucía presenta algún caso positivo entre sus usuarios.

Desde hace unos días esta cuarta dosis, que hasta ahora ha estado restringida a los mayores de 60 años y los vulnerables, es accesible para todo el mundo. Los colectivos diana han tenido tres meses para pedir su cita y, al haber vacunas suficientes, la Comisión de Salud Pública ha decidido ampliar la edad. «Se hace al estilo de la campaña de la gripe, cuando los que más la necesitan han podido recibirla se facilita a otros grupos si hay dosis suficientes. Pueden solicitarla los que quieran recibirla por motivos personales o porque tengan que viajar y se la exijan en algún país, por ejemplo. En este caso no hablamos de campaña masiva, sino de ponerla a disposición de quien quiera. Donde seguimos centrados es en que llegue a los más vulnerables», asegura el director general de Salud Pública.

Al margen de esta cuarta dosis, desde Salud Pública están muy satisfechos con una campaña de vacunación única que supuso un reto a todos los niveles. Muchos ciudadanos se han sentido decepcionados, ya que esperaban que las inoculaciones evitaran los contagios, pero no tienen en cuenta el objetivo final de las mismas: evitar casos graves y fallecimientos. La vacuna, asegura Jorge del Diego, ha cumplido de sobra. «Ha demostrado una altísima efectividad, permitiendo que en olas siguientes, pese a la alta incidencia, el sistema sanitario no se resintiera al mismo nivel. Con un 95% de la población con dos dosis se consiguió que no fuera necesario implantar nuevas restricciones», afirma.

El éxito de la campaña, asegura, reside en la confianza de la población, en la gestión de las administraciones públicas y en los excelentes científicos que desarrollaron las vacunas. Jorge del Diego aún recuerda los días previos a la llegada de las primeras, cuando había que decidir quiénes serían los primeros en recibirla, y la responsabilidad que aquello conllevó. «La gente tenía ansiedad por recibirla. El proceso finalmente fue maravillosamente bien, vivimos una campaña masiva a nivel mundial. Fue emocionante e impactante», recuerda.

Una vez que la campaña avanzó, más grupos de edad accedieron a la vacunación. En la provincia de Granada se han administrado más de 2,1 millones de dosis. Dada la amplia cobertura de la ciudadanía, en estos últimos meses se ha repetido un fenómeno en todas las comunidades autónomas. Miles de vacunas que no se han administrado han sobrado y, por tanto, han sido devueltas al Ministerio de Sanidad, que ha tratado de darles otro destino, como al mecanismo COVAX para donaciones a países en desarrollo. Sin embargo, cuando no se han aprovechado o directamente han caducado, han tenido que ser destruidas.