El psicólogo malagueño Miguel Guerrero. M. Fernández

«Es crucial que las familias detecten las señales de alerta»

El psicólogo malagueño Miguel Guerrero es uno de los desarrolladores del Plan Nacional contra el Suicidio del Gobierno

Sábado, 6 de diciembre 2025, 23:49

Las familias juegan un papel fundamental en la prevención del suicidio en adolescentes y jóvenes. «Es crucial que detecten las señales de alerta, reduzcan el ... estigma y brinden apoyo emocional. No depende de medidas aisladas, sino de estrategias sostenidas, integrales y coordinadas». Son palabras del psicólogo clínico Miguel Guerrero, coordinador andaluz de prevención de la conducta suicida y miembro del grupo motor del Plan Nacional contra el Suicidio del Ministerio de Sanidad.

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Como padre y profesional, tiene claro el mensaje que mandar a los progenitores: «Lo más importante es estar presentes, querer y proteger a sus hijos, hablar con ellos, escuchar sin juzgar y validar lo que sienten». Según él, hay que permitir que los hijos cometan sus propios errores y también respetar sus «incoherencias propias de la edad» y cuidar el vínculo afectivo. «Mantengan la calma, eviten el dramatismo y no duden en pedir ayuda a profesionales cuando se sientan preocupados», aconseja.

Igualmente relevante es, según este experto en salud mental, asegurarse de que los hijos no se sientan solos ni aislados y fomentar las relaciones sanas con sus amigos, así como evitar que la tecnología sustituya estos vínculos. «Las redes sociales pueden ser tanto aliadas como enemigas. Ofrecen herramientas de apoyo, difusión de mensajes de prevención y espacios de contención para jóvenes que se sienten aislados, pero pueden amplificar conductas de riesgo, favorecer la exposición a contenidos dañinos o incluso facilitar casos de cibersuicidio, «donde la presión, el acoso o la viralización de conductas autolesivas incrementa la vulnerabilidad», aclara.

Cómo acompañarlos

Crear un entorno seguro, afectivo y cercano es «la mejor manera de acompañarlos y ayudarles a crecer con confianza y resiliencia». «Lo más importante es mantener una comunicación abierta y ofrecer un apoyo incondicional, además de fomentar hábitos de vida saludables: dormir bien, alimentarse de manera equilibrada, practicar deporte y dedicar tiempo a actividades compartidas que refuercen los vínculos», enumera. En su opinión, estos pequeños pilares ayudan a que los adolescentes se sientan seguros, respaldados y capaces de afrontar dificultades.

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A día de hoy, «es evidente que no estamos haciendo lo suficiente para proteger a nuestros hijos y es urgente reforzar políticas de seguridad digital, educación en el uso responsable de estas plataformas y estrategias de prevención que incluyan el entorno virtual», concluye.

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