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En Almuñécar y La Herradura hay alrededor de una veintena de barcas de espetos JAVIER MARTÍN
Verano en Almuñécar | El arte del espeto peligra tras las quejas de algunos vecinos

Almuñécar busca una solución para que las barcas de espetos sigan, tras las quejas de algunos vecinos

Ayuntamiento y chiringuiteros trabajan para que no sea necesario que ninguno de estos negocios tenga que cesar su actividad

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Viernes, 2 de agosto 2019, 01:12

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Pedir un espeto de sardinas en las playas de Almuñécar o La Herradura es una de las tradiciones del verano en la Costa Tropical. Los chiringuiteros de la zona han luchado siempre para que este plato no se identifique exclusivamente con Málaga y de hecho en colaboración con el Ayuntamiento organizan una semana dedicada exclusivamente a ellos. Sin embargo, algunos de los que llevan toda la vida sirviendo sardinas espetadas se han encontrado con un escollo. Algunos vecinos del municipio sexitano han denunciado por las molestias que ocasionan los humos de las barcas en las que se cocinan y el consistorio no ha tenido más remedio que enviarles una notificación, que podría suponer el cese de la actividad, aunque por el momento no ha habido consecuencias.

El presidente de la asociación de chiringuitos, Francisco Trujillo, se mostraba ayer convencido de que se encontrará una solución. Trujillo afirmó que hay una disposición total por parte del Ayuntamiento sexitano de buscar una salida a este problema y dejó claro que cualquier turista que vaya estos días a las playas de Almuñécar y La Herradura podrá degustar un espeto igual que se ha hecho toda la vida.

El representante de los chiringuiteros apuntó que actualmente hay cerca de una veintena de barcas espeteras en el litoral granadino y que se trata de un importante atractivo turístico del municipio.

Por este motivo, dejó claro que no existe una preocupación excesiva por parte de los hosteleros, porque tienen claro que la administración va a trabajar de forma decidida para encontrar una vía de solución y cuentan con su respaldo.

En la misma línea se pronunció la propia alcaldesa, Trinidad Herrera, que dijo que están analizando la situación junto con los chiringuitos y la delegación de Medio Ambiente para ver cuál es la mejor forma de arreglarlo. Aseguró que por parte del Ayuntamiento quieren encontrar la fórmula para que los vecinos no tengan molestias, pero los espeteros puedan seguir con su tradicional negocio. «Nosotros vamos a ir de la mano de la asociación de chiringuitos», aseveró la alcaldesa.

Herrera indicó, asimismo, que por el momento ha sido algo «puntual» y que ni mucho menos afecta a todas las barcas que hay en el municipio. En cuanto a cuál podría ser la solución a este asunto, dijo que eso ya es una cuestión técnica que habrá que mirar de forma detenida.

Apuntó, en cualquier caso, que residentes en la costa y turistas van a poder seguir disfrutando de los espetos este verano igual que habían venido haciendo desde hace décadas.

Asimismo, el presidente de la asociación de chiringuitos aclaró que ellos no quieren ser una molestia para ningún vecino y que el objetivo es encontrar la forma de que este asunto no perjudique a nadie.

Fue Convergencia Andaluza, la formación liderada por Juan Carlos Benavides, la que denunció esta situación ayer públicamente. En una nota de prensa, indicaban que el Ayuntamiento estaba enviando a los chiringuitos «notificaciones ordenándoles el cese de actividad de las barcas donde se preparan los espetos». «Los argumentos utilizados para decretar este cese ponen en evidencia la irracionalidad de esta medida», indicó CA, que señaló que en el escrito se apunta que: «Las barcas-barbacoas al aire libre no limitan la producción de humos y mucho menos de olores, al no disponer de un recinto más o menos cerrado, que permita que se minimicen en lo posible las molestias que provocan. El funcionamiento de las barcas-barbacoa para la elaboración de espetos no puede desarrollarse sin las debidas medidas correctoras que impidan la emisión de humos y olores molestos».

La formación liderada por Benavides pedía a Herrera que desistiera de aplicar esta supuesta orden municipal.

No obstante, desde el Ayuntamiento aclararon que no se trata de una decisión del consistorio, sino que tuvieron que enviar la notificación a raíz de las denuncias de algunos vecinos. En cualquier caso, insistieron en que ni se ha prohibido ni la intención es que eso ocurra y en que van a trabajar para encontrar una solución a esta situación cuanto antes.

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