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Los vecinos dicen que hay muy pocos obreros en las zanjas de la calle Ancha.

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Los vecinos dicen que hay muy pocos obreros en las zanjas de la calle Ancha. Javier Martín

Los vecinos de la calle Ancha de Motril se quejan de que la obra va lenta porque «no hay más de seis obreros»

El Ayuntamiento mantendrá reuniones semanales para escuchar al barrio, que pide más agilidad por los negocios

Laura Ubago

Granada

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Viernes, 6 de julio 2018, 01:29

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Los vecinos de la calle Ancha los han contado y no suele haber más de seis. Se trata de los trabajadores que se emplean en las obras que levantarán por completo esta arteria, la segunda en importancia detrás de la Avenida de Salobreña. Y están enfadados. «A este ritmo nos podemos tirar toda la vida de obras, y los negocios sufriendo. Estoy que 'echo las muelas' de ver a un chico que se ha metido en un bar y que ahora no tiene clientela por la obra», expresa la presidenta de los vecinos Conchi Arquero, que quiere movilizar a los dueños de tiendas y bares para «ir a protestar al Ayuntamiento» o lo que haga falta.

La presidenta recoge el sentir de muchos de estos vecinos que ven cómo parte de la calle ya está abierta en canal y hay «pocos» trabajadores y, según ellos, a un ritmo lento. «Habría que meter más obreros, hacer más turnos... lo que sea... la calle no puede estar abierta tanto tiempo, les tiene que ir la vida en ello, en acelerar los trabajos», expresa Conchi Arquero que piensa en ir con «cacerolas» a la puerta del Consistorio o en pedir una reunión con la alcaldesa, Flor Almón. «Si quiere a la calle Ancha tanto como dice, que ponga a más gente a trabajar para ir más rápido», pide la representante de los vecinos de esta populosa calle, llena de negocios, que se destripará en tres fases para cambiar sus tuberías y su capa superior: acerado y calzada.

La obra estrella de este mandato, de unos dos millones de euros, se hace alalimón entre la Mancomunidad de Municipios –que renueva las tuberías–y el Ayuntamiento de Motril que pondrá la calle nueva gracias a los fondos EDUSI, que vienen de Europa.

El presidente de la Mancomunidad, Sergio García Alabarce, explica que esta fase de la obra es muy técnica y que consiste en abrir zanjas y meter tubos y que ahora mismo trabajan los obreros que son necesarios. «Además las obras hay que hacerlas bien, no rápido», manifiesta.

El teniente de alcalde de Urbanismo, Antonio Escámez, indica que todos los jueves por la mañana habrá una reunión con los vecinos de este barrio para informarles de cómo van las obras y para que estos les expongan los problemas y se intente buscar solución. Se trata de uno de los requisitos de las obras que se ejecutan con fondos europeos que el Ayuntamiento aprovechará para ir midiendo el pulso.

«Hay los trabajadores que tiene que haber. Esta parte de la obra tiene complejidad porque se están cambiando las tuberías que están muy pegadas a las fachadas de las casas y edificios. También se están acometiendo las bocacalles, no pueden estar ahora 20 obreros porque estarían mirándose las caras», apunta Escámez.

La obra se hará en tres fases, según cuenta el teniente de alcalde de Urbanismo y se irán haciendo la superficie mientras se cambian las tuberías en otro punto de la calle.

Escámez avanza que a finales de agosto ya se comenzará con la urbanización de la primera fase (parte de la calle de la zona del Santísimo) y que para septiembre u octubre ya se pondrán las aceras en esta parte de la calle Ancha.

Escámez explica que esta reunión –en el centro de mayores– sirve para ir puliendo aspectos como el permitir que se aparque en las paradas de autobús que ahora mismo están inservibles porque por allí no pasa, o el ir fumigando conforme se van abriendo las zanjas porque han aparecido cucarachas de estas tuberías viejas, algunas incluso de 1920.

«Esta obra va a ser muy efectiva para que llegue el agua con presión a los pisos altos y para que las alcantarillas no parezca un géiser cada vez que llueve», expresa el teniente de alcalde de Urbanismo.

En estas reuniones los vecinos podrán aportar ideas a los técnicos municipales y directores de obra, en temas que favorezcan la adaptación a las circunstancias de la propia obra, por ejemplo de personas mayores, personas con movilidad reducida, los comercios, bares,...etc., y así hacer más llevaderos los inconvenientes que durante la ejecución de la obra puedan ir apareciendo. «Vamos a ir teniendo en cuenta las entradas a las viviendas donde vive gente con problemas de movilidad para adaptárselas y que puedan entrar y salir con comodidad», anota Escámez que señala que todas las obras son molestas y «pide disculpas» por la lata que aguantarán los vecinos estos meses.

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