El temporal arrasa Playa Granada y saca el escalón en plena temporada turística

En plena temporada turística, con los apartamentos de segunda residencia llenos, los chiringuitos y restaurantes haciendo su agosto y el hotel de cuatro estrellas, el Impressive Playa Granada, al 87% de ocupación tras el regreso del turista internacional, la playa presentaba las pasarelas movidas y descolocadas por el fuerte oleaje y una arena repleta de obstáculos. Vecinos y visitantes tenían que sortear pedruscos y cables de instalaciones para llegar al agua, mientras que algunas zonas de la orilla estaban anegadas formando pequeñas piscinas.

Los residentes del área turística por excelencia de Motril ya están más que acostumbrado a la imagen de Playa Granada al desnudo. Pero los visitantes alemanes, franceses, polacos y belgas que alberga el hotel se sorprendieron al descubrir el estado de la orilla en lugar de las paradisiacas imágenes de arena fina con las que asocian las vacaciones en Andalucía. Una imagen que quiere dejar atrás cuanto antes el Ayuntamiento. El concejal de Turismo y Playas, José Lemos, puso en marcha ayer dos excavadoras para tratar de borrar la huella del temporal... en vano. El edil explica que el viento de Poniente ha asestado un gran bocado en la arena y, aunque las máquinas han tratado de nivelar la playa, hasta que no cambien las mareas y se reponga el sedimento «no hay nada más que se pueda hacer».

«Los daños dificultan el desarrollo normal de la actividad turística y exigimos al Gobierno central y a la Demarcación Provincial de Costas que acelere las obras de construcción del espigón y las considere de emergencia. Los temporales dañan mucho nuestras playas y llevamos con esta lucha muchos años. No puede esperar más», denuncia el edil.

Lemos apunta que cualquier trasvase de arena «queda descartado» y que Costas no había previsto actuaciones de regeneración en las playas de Motril, más allá del cierre al tráfico en la Playa de Poniente, de cara al verano. El último trasvase de arena se produjo en 2018. Se realizó en pleno mes de junio, estuvo marcado por la polémica, ya que obligó a prohibir el baño por seguridad, ante el continuo movimiento de camiones y maquinaria pesada que trasladaron la arena desde el extremo oriental de la playa de Motril, la zona de El Cable, hasta el límite con Salobreña.

Para el consistorio, añadir arena a la playa es «inútil» y una forma de que el mar «se trague 200.000 euros de una sentada», razón por la que exigen una solución definitiva con la construcción del espigón. En la misma línea, Francisco Trujillo, presidente de los chiringuiteros de la Costa Tropical, critica la situación en la que se encuentra el litoral motrileño y las consecuencias que traerá para el sector. «Esto pone de manifiesto la extrema urgencia del espigón. Nos quedamos con una playa destrozada, es lamentable, en plena temporada alta para hosteleros», dice. Por su parte, Alexandre Varela, director del hotel cuatro estrellas, explica que el acceso desde el establecimiento a la playa ha quedado «inaccesible» a personas mayores y niños, que deben saltar los obstáculos y la pendiente hasta la playa. El hotel tiene defensas en sus pista deportivas para evitar daños y afortunadamente no han tenido que lamentar incidencias. Sin embargo, la zona de hamacas y los jardines están desprotegidas. La dirección espera que los estragos del temporal desaparezcan pronto. Mantienen las habitaciones llenas cada fin de semana y para este mes de agosto esperan superar el 90% de ocupación media.

Por último, la Demarcación de Costas indica que el expediente de las actuaciones para estabilizar las playas con el espigón, «continua su tramitación administrativa ordinaria, encontrándose, actualmente, en su tramitación ambiental».