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«Si quitan la ESO acaban con la vida de tres pueblos»

«Si quitan la ESO acaban con la vida de tres pueblos»

Las familias de los 135 alumnos del colegio público rural de Valle Verde presionan a la Junta para que dé marcha atrás y no suprima «ni ahora ni nunca» los módulos de secundaria

Pilar garcía-trevijano

Otívar

Martes, 14 de enero 2020, 16:48

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13 kilómetros separan Almuñécar de Otívar por el sinuoso trazado de la carretera de La Cabra. Distancia que las familias de Otívar, Jete y Lentegí no están dispuestas a que sus hijos recorran a diario para recibir clases en otros pueblos si la Junta de Andalucía «desmantela» la escuela rural. Los padres de los 135 alumnos que forman el Colegio Público Rural de Valle Verde han protestado en las tres escuelas para impedir que «ni ahora ni nunca» se supriman las clases de la ESO.

La presión de los centros ha provocado que el delegado de Educación, Antonio Jesús Castillo, se replanteé las posibilidades y el futuro de estos pequeños centros. En Jete (45 alumnos), Otívar (80 alumnos) y Lentegí (14 alumnos) no darán ni un paso atrás. Las familias están convencidas de que la intención de la administración es suprimir módulos hasta acabar con la vida de los tres pueblos. Juancho Palomo y Montaña Carrascosa, padres de dos menores de la escuela de Otívar, han movilizado a los alumnos de Valle Verde. Los padres han puesto el grito en el cielo para que Darío y Candela, sus hijos, puedan seguir estudiando en su localidad. Incluso han iniciado una campaña de firmas para que la Junta mantenga operativo sus servicios y no condenar a los localidades: «Un pueblo sin niños es un pueblo en vías de desaparición», mantienen. Los afectados aseguran que ya han dado demasiadas concesiones a las administraciones y que se trasladan de forma constante a otros municipios del litoral granadino para poder recibir atención básica, pero que renunciar a la escuela vaciará sus localidades por completo.

«Sabemos que va a ser muy difícil parar esto y la cuestión detrás de todo es el desmantelamiento de los servicios de la escuela pública. Es cuestión de tiempo a que se supriman todas las clases. Somos 52 pueblos afectados y, desde Otívar, Lentegí y Jete, hemos promovido la incoativa a nivel local para que se vea nuestra postura porque no se nos ha consultado. Por separado no somos nada, pero juntos no hay forma de callarnos», asegura Juancho. «Tenemos que bajar a Almuñécar para recibir atención sanitaria y si renunciamos a que nuestros hijos reciban la educación en nuestro pueblo, al final tendremos que mudarnos a centros urbanos más grandes», manifiesta.

Reducir la plantilla

«Candela tiene nueve años y Darío seis. Están en clases agrupadas y nos horroriza ver que de aquí a dos años se tengan que ir a otro centro. No es lo mismo levantarte a las 7 y 30 que tener que levantarte a las 6 para ir a otro centro. Influirá en el rendimiento de los escolares. Si nos quitan las escuelas, ¿qué le quedará al pueblo? Los están condenando por completo», concluye.

Para Anaví Fernández, secretaría del CPR, mantiene que la supresión de las clases de secundaría obligará a los centros a reducir la plantilla. «Soy funcionaria y trabajaré donde me digan, pero un pueblo que sólo ofrece clases hasta los 11 años es un pueblo en el que te planteas vivir», dice. La docente manifiesta que la comunicación con la Junta no ha sido la esperada: «Nos enteramos de que se planteaban cerrar la ESO por los niños. Me dijeron: «Seño, el año que viene ya no eres nuestra profesores, nos tenemos que ir a Almuñécar«, narra. La profesora manifiesta que apoyará a los familiares en una »lucha que les pertenece».

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