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Rafael García Luján y Lidia López Jiménez, en el centro, acompañados por María José y Francisca García, de Santa Adela. Javier Martín

Poniente y Playa Granada unen fuerzas por primera vez para luchar por los espigones

Ambas asociaciones tendrán una reunión con Costas tras el verano para plantear que no aguantarán ni un trasvase de arena más

Laura Ubago

Granada

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Lunes, 16 de julio 2018, 01:11

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Lidia y Rafael se han propuesto eliminar barreras y sin embargo, construir escolleras juntos. Ambos quieren recuperar aquel concepto antiguo de que Motril tiene un gran playa sin divisiones: sin estilos ni intereses diferentes; una gran playa que relanzar, que cuidar y que convertirla en turística. Y, para empezar, necesita lo que le hace ser playa, la arena.

Lidia López Jiménez (37 años, trabajadora de una cooperativa) y Rafael García Luján (63, médico de Aprosmo) tienen algo en común. Ambos se han puesto al frente de una asociación de vecinos para pelear, para dejarse la piel y el tiempo libre y mejorar el territorio, ese que antes se dividía en dos y que ahora es uno.

Lidia es presidenta de la asociación de vecinos de Santa Adela (Poniente) y Rafael lo es de la resucitada asociación de vecinos de Playa Granada. A ambos se le ocurrió algo tan sencillo como... sentarse. Juntos. Y charlar de las necesidades de la playa de Motril, sin un mapa topográfico que separe una zona de otra.

Ella, Lidia López, sabe lo que es ponerse delante de un camión para intentar pararlo por su barrio. Fue en el trasvase de arena, que comenzó en el mes de mayo, y que se llevó 200.000 metros cúbicos de arena de Poniente a Playa Granada, donde los áridos se esfuman por no tener espigones.

Ambos, Rafael y Lidia, han entendido que tienen un problema común. Ella quiere que Playa Granada tenga arena y él no quiere que se la quiten ni una vez más a Poniente. Están en el mismo barco al que les ha llevado el sentido común: la playa de Motril es una y además debe ser algo que sientan todos los motrileños como suya.

«Ya se lo dije a los de Costas, que si quieren llevarse más arena de la playa de Poniente tendrá que ser por aire, porque por tierra no lo vamos a consentir», dice esta luchadora que ha tenido a su lado a un grupo amplio de vecinos que intentaron parar las máquinas que se llevaban sus áridos a Playa Granada. Lidia recuerda cómo, protestando, consiguieron que les dejaran la playa sin socavones después del expolio de arena.

Rafael García Luján calcula que, tras diez años de trasvases de arena, se han tirado al mar más de cinco millones de euros, con los que se podía haber hecho los espigones. «Tenemos que conseguir una solución definitiva. No podemos pedirle a los negocios que abran todo el año si no tenemos playa todo el año», expresa el presidente de los vecinos de Playa Granada, una zona que reclama mejoras y que ve cómo sin playa, y con 'medio' campo de golf pueden empezar a ponerse feas las cosas. «Ningún vecino de Playa Granada quiere un solo trasvase de arena más», dice rotundo.

Y Lidia lo agradece porque ahí estará la asociación de Poniente para pelear por los espigones de Playa Granada.

Ambos irán a Costas a una reunión en octubre y, a partir de ahí, diseñarán un calendario de movilizaciones, si son necesarias. «Los espigones no están ni se les esperan. Se han estado echando la pelota al tejado unos y otros. Ahora todos son del PSOE y esperemos que las escolleras se desbloqueen pronto porque todavía ni han sacado a concurso la redacción del proyecto», expresa la representante de Santa Adela. Lidia les propuso, que si había un trasvase más de arena, en 2019, un 10% de lo que se gastan en los camiones que transportan los áridos, revirtiese en Poniente «donde aún no tenemos las pasarelas colocadas desde San Juan o donde no hay socorristas en algunas zonas», cuenta preocupada.

«Llega el verano y todos los motrileños vienen a la playa», expone Lidia y remata Rafael solicitando el apoyo de asociaciones y entidades de Motril en esta lucha por los espigones que transformarán Playa Granada, que dejó de recibir arena hace más de una década, cuando se construyó la Presa de Rules.

«Tras muchos años con un sentimiento compartido de abandono por parte de los poderes públicos, las asociaciones de vecinos de Santa Adela y Playa Granada, han decidido ponerse a trabajar en los temas que son de interés conjunto», apunta Rafael García Luján, contento con la idea de unir fuerzas.

Los incidentes que se vienen sucediendo año tras año con motivo de los temporales que cada invierno azotan a las playas motrileñas, «los vecinos se han cansados de ser un sujeto pasivo y tras lo ocurrido este año, en lo que consideran que ha sido la gota que ha colmado el vaso, no quieren dejar pasar un año más sin que se dé una solución definitiva a sus playas», apunta el presidente de Playa Granada arropado por el asentimiento de Lidia a sus palabras. Ambos charlan animados en el 'puentecillo' –punto limítrofe entre ambas costas motrileñas– sin plantearse en qué playa están.

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