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Restos de plásticos en la playa en Albuñol. JAVIER MARTÍN
Plásticos de invernadero y futuras construcciones traen dos banderas negras a las playas de Granada

Plásticos de invernadero y futuras construcciones traen dos banderas negras al litoral de Granada

Ecologistas en Acción otorga esta distincióna la playa del Peñón de Salobreña, que repite un año más, y a la del Pozuelo en Albuñol

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Martes, 30 de junio 2020, 12:53

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Ecologistas en Acción ha publicado hoy su informe anual de banderas negras con el que desde hace ya 15 años da un toque de atención a algunas playas. En Granada se llevan este galardón negativo la playa del Peñón de Salobreña, que repite, y la del Pozuelo de Albuñol. Los motivos son distintos.

En el informe indica que playa del Pozuelo junto a la Rábita, en Albuñol, es «conocida internacionalmente como Playa de la Mugre» debido a los cientos de toneladas de residuos plásticos y tóxicos procedentes de los invernaderos de la zona. Este mismo fin de semana IDEAL publicaba una información al respecto. Según la entidad ecologista, la Dirección General de la Costa y el Mar inició hace un par de años la recuperación del dominio público marítimo terrestre, que estaba ocupado ilegalmente por cientos de invernaderos.

Sin embargo, Ecolgoistas en Acción afirma que tras la demolición de los mismos, falta la limpieza de la zona, incluida la capa de tierra más superficial, que está contaminada con restos de fitosanitarios, una limpieza que dejaría la parte más próxima al agua en condiciones de que se autorregenerara con la flora propia de la zona.

«Mientras tanto, la biodiversidad existente es mínima, con especies botánicas invasoras y oportunistas que han colonizado los derrubios de los invernaderos, a la espera de que las condiciones de suelo permitan el regreso de la flora propia de la zona : azucena de mar (Pancratium maritimum), alhelí de mar (Malcolmia littorea), amapola de mar (Glaucium flavum), cardo marítimo (Eryngium maritimum), hinojo marino o perejil de mar (Crithmum maritimum), estrella de mar (Asteriscus maritimus), barrilla pinchosa (Salsola kali) y otras más raras o con hábitats más despegados de la orilla como artos (Maytenus senegalensis), romero blanco (Rosmarinus tomentosus), etc.

La entidad está convencida de que el futuro de esta playa sería prometedor si la Administración cumpliera con sus compromisos de regeneración.

La otra playa granadina que se lleva esta negra distinción es la del Peñón de Salobreña, en este caso por el impacto urbanístico. La entidad ecologista indica que la urbanización de una de esta playa, una de las últimas vírgenes de Granada, ha destrozado uno de los paisajes sobresalientes de Andalucía, catalogado como tal por la Junta.

Ecologistas en Acción apunta que hace ya cuatro años el Ayuntamiento de Salobreña ejecutó las obras de urbanización de la zona, con la pretensión de construir cuatro grandes hoteles de lujo, «en una huida hacia adelante en el lugar y el momento equivocados y cuando se estaba tramitando el plan de protección del litoral andaluz». Desde entonces, indica la asociación, hay decenas de farolas iluminan todos los días las calles y avenidas desiertas y los solares abandonados y degradados han sido colonizados totalmente por especies invasoras como el plumero de las pampas.

«La biodiversidad existente en el rico y variado mosaico de cultivos y en las antiguas acequias o balates ha sido arrasada; la contaminación lumínica y acústica ha afectado a la fauna de los tajos y acantilados colindantes, especialmente a rapaces y murciélagos», precisan. Los ecologistas consideran que se traa de un gasto inútil tanto la urbanización como su mantenimiento. «Es un despilfarro de dinero y energías, cambiando terrenos productivos por un erial que solo genera gastos hasta el momento, y un paisaje excepcional reemplazado por otro degradado», critican.

Apuntan, asimismo, que «este desastre» se ha agravado por la llegada de la covid-19 y por la crisis económica. «Es bien sabido que uno de los sectores que más va a sufrir es el turismo y en especial el turismo masivo de playa. La era de los macro hoteles, de las piscinas masificadas, de las playas abarrotadas, ha pasado a la historia», apostillan. Ecologistas en Acción asegura que es difícil «que alguien en su sano juicio« vaya a construir en este terreno un solo hotel en mucho tiempo. «Es hora de comenzar a plantearse un cambio de rumbo y no de volver a cometer los errores que nos han conducido a esta situación», sentencian.

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