Infantes de la Marina, en el rescate EFE

El rescate de un anciano y un niño por parte de militares de Motril en Turquía

Infantes de la Marina, entre los que se encuentra el joven Pablo Cuevas, ayudaron a los equipos turcos a salvar vidas en la madrugada del sábado | «Mi hijo está donde le necesitan. Siempre hay luz en lo más oscuro», dice su madre

Domingo, 12 de febrero 2023, 12:31

Varios motrileños, infantes españoles de la Marina, han participado en el rescate de un niño de 7 años y un anciano que ha tenido lugar ... entre la noche del viernes y la madrugada del sábado. Los militares, junto a un equipo turco, ayudaron a sacar de los escombros de uno de los edificios derruidos por el terremoto en Turquía a las víctimas.

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La infantería se encontraba ayudando en labores de limpieza y desescombro de uno de los edificios de la zona céntrica de Iskenderun cuando oyeron al pequeño, que llevaba cinco días sepultado, al igual que sucedió también con el hombre de avanzada edad. Entre los militares que participaron en la misión, se encuentra Pablo Cuevas Avellaneda, motrileño de 23 años, que se alistó a los veinte en la Marina. Su madre, Matilde Avellanedas, ha contado a IDEAL la participación de su hijo en la hazaña.

«Está muy contento. Estoy con el corazón en un puño, pero mi hijo está donde quiere estar y donde se le necesita. He hablado hace poco con él y, después de tantos días viendo la catástrofe, tenía los ánimos mejor por haber colaborado en salvar a un niño y un anciano. Siempre hay un poco de luz en lo más oscuro, me ha mandado un video de algunos niños jugando entre escombros, soy animadora infantil, y ha sido precioso», cuenta la madre, preocupada y orgullosa a partes iguales.

Granadinos desplazados

Pablo y sus compañeros llegaron hace 4 días a Turquía. Se encontraban de maniobras cuando los desviaron por el terremoto. Habían estado en España, Italia y Grecia y se dirigían a Egipto cuando ocurrió la tragedia. Hasta 500 hombres, entre los que figuran tres motrileños, entre ellos Moisés Carrasco, o un militar de Loja, trabajan 12 horas al día para desescombrar la ciudad y ayudar así a tanta gente a recobrar un poco de normalidad para que los supervivientes puedan continuar sus vidas. «Lo que hay allí es desolador, pero los ciudadanos se están volcando con ellos y les agradecen inmensamente su trabajo. Se acercan al puesto con galletas, caldos y kebabs», dice Matilde.

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Cuevas es infante de Marina en San Fernando (Cádiz) e hizo la instrucción en Cartagena. «En las maniobras se estaban preparando para desastres de estas magnitudes, pero en la práctica cambia. Les ha sorprendido el seísmo a mitad del viaje. Es la primera vez que se enfrenta a algo así. Mi única preocupación es saber qué pasará con el dolor y la barbarie que estará viviendo. Su familia, su hermana, su padre y toda la gente que le quiere estamos muy orgullosos de él y le apoyaremos en todo lo que haga. También quiero mostrar mi agradecimiento a todos sus compañeros y a los voluntarios que se han desplazado hasta allí», sentencia la madre.

El tiempo que los militares colaborarán en Turquía o Siria es indeterminado. La población de las zonas afectadas lucha por tener acceso a infraestructuras básicas y los infantes ponen su granito de arena para que lo consigan.

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