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La playa de las Azucenas ha sido analizada en este estudio sobre microplásticos. JAVIER MARTÍN

Microplásticos que casi no se ven, pero sí están en las Azucenas

La pasada primavera había 206 partículas de microplásticos por metro cuadrado en esta playa, los expertos apuntan que son valores medio altos

Domingo, 23 de junio 2019, 00:13

En la playa de las Azucenas había en la primavera de 2018 más de 206 partículas de microplástico por metro cuadrado. Son casi imperceptibles ... porque su tamaño es mayoritariamente menor de un milímetro. La cifra está por debajo de la media nacional (287) y muy lejos de la registrada en Cabo de Gata (1.972). Pero es la tercera más alta de las once playas analizadas dentro del Programa de Seguimiento de Micropartículas en Playas, elaborado por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex) para el Ministerio para la Transición Ecológica. La pregunta que surge ante estas cifras es si el dato es o no preocupante.

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El profesor del departamento de Biología de la Universidad de Cádiz y experto en el estudio de los microplásticos, Andrés Cózar Cabañas, explica que los datos registrados en esta playa motrileña son valores «medios altos». No obstante, aclara que hay playas en España con una concentración de microplásticos mucho mayor.

De cualquier modo, asegura el profesor e investigador, estos datos se deben analizar todavía con mucha cautela. Indica que, por el momento, el Ministerio ha realizado pocos muestreos para obtener conclusiones sólidas. «Las concentraciones de microplásticos en playas son muy variables en espacio, incluso dentro de una misma playa, y en el tiempo, a lo largo del año, dependiendo por ejemplo de las dirección y fuerza del oleaje en los días previos al muestreo», precisa.

De hecho, las datos del informe del Ministerio para la Transición Ecológica muestran que las cifras no son las mismas en primavera que en otoño. Si en este primer periodo del año la concentración llega a las 206 partículas, a partir de septiembre la cifra baja hasta las 94 en el caso de Motril, aunque la media nacional sube hasta 295. En Cabo de Gata, donde en primavera el dato llegaba hasta las 1.972, en otoño se reduce drásticamente, hasta los 31.

La playa de las Azucenas, además, ha entrado en este estudio por primera vez en 2018. En los dos ejercicios anteriores se había elegido Carchuna. En el estudio explican que esta playa presenta problemas importantes en el tipo de sedimento que hace que no resulte idónea para este tipo de seguimiento. Indica que ha ido sufriendo una pérdida de arena que hace que en la zona correspondiente al nivel del agua en las pleamares la composición del sustrato sea fundamentalmente grava fina. Las condiciones no permiten la deposición de partículas de arena y los investigadores deducen que menos aún se podrán quedar en el suelo del a playa las partículas plásticas, de menor densidad y tamaño. Por este motivo se optó como alternativa por las Azucenas.

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En cuanto al tamaño de las partículas encontradas en la playa estudiada en Motril, la mayoría son de menos de un milímetro (se considera microplástico hasta los 5 milímetros). Por su forma, son fragmentos granulares yen cuanto al color, predomina el incoloro o transparente.

Enrique Montero, profesor jubilado de la Universidad de Cádiz e impulsor del proyecto ambiental Ecopuertos, señala que el origen de estos microplásticos puede ser muy diversos. Indica que una de las opciones es que sean fragmentos de macroplásticos, que es el campo en el que él está especializado. Pero también pueden venir de cosméticos o incluso desprenderse al lavar alguna ropa de tejidos sintéticos.

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Estos macroplásticos pueden ser, por ejemplo, los que se usan para cultivos de invernadero. De hecho, en el informe del Ministerio se hace referencia a la singularidad de la demarcación del Estrecho y Alborán, tanto en lo que se refiere a recursos naturales como a la utilización masiva de plástico en la agricultura. Precisamente por esto consideraron oportuno incrementar el número de playas analizadas en la campaña de primavera de 2018.

No obstante, el profesor de la Universidad de Cádiz aclara que con este rango de tamaños (microplásticos de menos de 5 milímetros) es casi imposible saber cuál es el producto de origen. Algunas pistas se pueden obtener a partir del análisis de la composición polimérica del microplástico, es decir, sabiendo cuáles son los polímeros más abundantes que lo componen el microplástico y viendo qué productos usualmente están hechos de este polímero plástico. En general, indica que entre el microplástico suele abundar el polietileno y el polipropileno, ampliamente utilizados por ejemplo en los productos plásticos de vida corta.

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En cuanto a las consecuencias que tiene la presencia de estos plásticos, el profesor de la Universidad de Cádiz indica que aún es pronto para tener datos claros. «Realmente los científicos todavía no conocemos bien qué efectos tienen o pueden llegar a tener los microplásticos en el medio marino. De cualquier modo, las evidencias existentes sobre el incremento microplástico en el medio marino con solo unas pocas décadas usando plástico son más que suficientes para actuar basándonos en el principio de precaución», indica.

Por su parte, Enrique Montero señala que si estos microplásticos acaban siendo ingeridos por especies que viven en medio marino las consecuencias serán negativas tanto para los peces como para los seres humanos que después los puedan comer.

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Sobre el futuro, en el informe del Ministerio para la Transición Ecológica indican que aunque el volumen de datos existente es «absolutamente insuficiente» como para hacer un análisis de tendencias, del cálculo de las concentraciones medias para el conjunto de playas que integran este programa se deduce que existe «una cierta tendencia creciente». Tendrán que seguir realizando análisis y muestreos para obtener cifras que sean más concluyentes.

Mejorar la gestión de residuos para reducir los microplásticos

¿Qué se puede hacer para luchar contra estas partículas? El profesor del departamento de Biología de la Universidad de Cádiz, Andrés Cózar Cabañas, señala que una vez que se convierten en microplásticos su retirada es muy compleja y costosa. Sin embargo, se puede trabajar en prevención. Cózar indica que se debe actuar en origen, previniendo la entrada en la naturaleza de residuos y basuras. Lamenta que la mayoría de las basuras mal gestionadas en tierra, acaban en forma de microplásticos en el mar y considera que eso es lo que hay que mejorar precisamente, la gestión de esos residuos. El futuro del mar y de la naturaleza está en nuestras manos y por eso es imprescindible tomar conciencia para evitar que la situación empeore.

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