La madre de Rubiales, de la iglesia al hospital con un cura por portavoz y sin rastro de su hijo
Ángeles Béjar acaba en Urgencias por «una crisis tras sufrir mareos entre el calor, el estrés y el cansancio»
José Ignacio Cejudo
Miércoles, 30 de agosto 2023
Una «crisis» de salud acabó al tercer día con el encierro y la huelga de hambre que la madre de Luis Rubiales, Ángeles Béjar, mantenía ... en la iglesia Divina Pastora de Motril como medida de protesta por la «cacería inhumana y sangrienta» contra su hijo a partir del polémico beso a la futbolista Jenni Hermoso durante la celebración del Mundial femenino. La mujer, de 73 años, fue trasladada «de urgencia» al hospital Santa Ana de la localidad tras salir del templo por su propio pie a través de una de sus puertas laterales en un vehículo particular. Una vez estabilizada, permaneció unas horas en observación antes de recibir el alta.
Fue el párroco Antonio quien dio la noticia, a las seis y media de la tarde, una hora y cuarto después de anunciar que la madre de Luis Rubiales iba a comparecer ante los medios de comunicación en la entrada de la iglesia, hacia donde incluso acudieron tres agentes de la Policía Nacional. Su traslado se produjo diez minutos antes. «Sufrió una crisis y empeoró. Estaba muy mal, con mareos, es una mujer mayor… Decía que notaba algo raro al palpitar. Y entre el calor y el estrés, y que ya se puso muy nerviosa… Estaba muy cansada y le dolían los pies, los tenía hinchados, pero fue a más», explicó el cura, que aclaró que no era «portavoz de nadie» pese a ejercer como tal. Desde la mañana del lunes no había tenido más ingesta que agua y bebida isotónica.
Invasión de periodistas
La indisposición de Ángeles Béjar abortó la comparecencia de la que el propio párroco le había convencido con tal de evitar que se repitiese la escena del día anterior, cuando medio centenar de periodistas invadieron la iglesia buscándola hasta dar con ella, por «respeto a un lugar de culto» que abriría sus puertas desde las siete y media de la tarde para que los fieles pudiesen rezar el Rosario y participar en la misa de las ocho. El padre Antonio confirmó además que Luis Rubiales llamó a su madre antes de su traslado y que mantuvo un contacto permanente con ella. De hecho, cuando la expectación se desplazó hacia el hospital de Santa Ana, su posible aparición copó la atención mediática, con periodistas de Portugal e incluso Reino Unido siguiendo el caso en Motril.
A la iglesia Divina Pastora se acercaron hasta la salida de Ángeles Béjar distintos vecinos que quisieron brindarle su apoyo. Uno de ellos, Daniel, le dejó un ramo de flores junto a una cartulina con el mensaje 'Fuerza y ánimo, Ángeles. Motril está contigo'. «Esto es injusto y una lástima, un crimen. Va a terminar mal… con esta mujer en el hospital», anticipó. También acudieron desde Málaga para dejarle agua Víctor y su madre Yolanda: «Sentimos mucha impotencia por no poder ayudar a esta mujer de otra manera». A su juicio, en el caso «no se busca la verdad real tras la violencia de género». Una vez conocido el traslado de Ángeles, algunos jóvenes motorizados pasaron por allí a gritos de «¡Viva Rubiales!».
La concentración convocada a las ocho de la tarde ante la iglesia en apoyo a Luis Rubiales se mantuvo pese a no encontrarse ya su madre en el templo. Allí, una treintena de vecinos volvieron a compartir su indignación con la situación de la que su paisano es protagonista estos días.
El 95% de los motrileños
Paco, un vecino del Paseo de las Explanadas, compartió una opinión común «al 95% de los motrileños», bajo su punto de vista: «Se está haciendo una montaña de un puñado de arena. A Rubiales lo están crucificando en toda España como a Jesucristo en Jerusalén; en toda España, menos aquí, en Motril». Orgulloso de haberle impartido Religión en el colegio público San Antonio cuando este tenía once años, rememoró cómo le pedía «que le pusiera positivos si recitaba los diez mandamientos durante los recreos». «Esto lo tienen que resolver con un juez él y Jenni Hermoso… que es la que falló el penalti, ¿no?», cuestionó de paso sobre el infortunio de la futbolista en la final contra Inglaterra.
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