Estas son las 30 zonas de riesgo de inundación de la Costa de Granada
La Junta elabora un plan de seguridad para prevenir y poder alertar si se producen crecidas o el colapso de la presa de Rules
Aún hay mayores en Albuñol que se acongojan cuando llega el otoño y caen las primeras gotas de lluvia. Hace 49 años la rambla se ... desbordó y murieron más de 40 vecinos, algunos cuerpos ni se encontraron. En la historia reciente el litoral también ha vivido otros episodios críticos por la crecida de los cauces de los ríos. En Almuñécar, en el año 2007, las inundaciones se cobraron otra víctima y desde entones, pero sobre todo en los últimos años, la limpieza de ramblas y los cauces es vital y periódica, pero no suficiente. Por eso, la Junta de Andalucía renueva y crea nuevos planes de gestión del riesgo de inundación para poner en marcha sistemas de alerta temprana que «disminuyan de la peligrosidad para la salud humana, las actividades económicas, el patrimonio cultural y el medio ambiente», en las zonas inundables, especialmente ahora que hay que considerar los posibles efectos del cambio climático y sus episodios extremos.
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En total, en la Costa granadina se han identificado alrededor de una treintena de Áreas con Riesgo Potencial Significativo de Inundación (ARPS) de las 227, tanto fluviales como costeras, que hay en toda la comunidad autónoma.
El río Jate, la rambla de las Tejas, rambla del Espinar, rambla de Cotobro, río Seco, río Verde, río Guadalfeo –desde Lobres hasta la confluencia con la rambla de Molvízar y su desembocadura–, barranco de Las Golondrinas, rambla de los Álamos, rambla Villanueva, la rambla del Rejón, barranco Vizcorra, barranco de los Gualchos, barranco de Santa Catalina y la rambla de Albuñol, son algunas de las corrientes y torrenteras a las que hace seguimiento la delegación territorial de Agricultura. Además, la Junta presta especial atención a las playas de Almuñécar y Velilla, La charca, el Varadero, Torrenueva, la Chucha, Calahonda, Castillo de Baños, La Mamola, Melicena, La Rábita y El Pozuelo. Para estos territorios, además de la supervisión que realizan algunas localidades para evitar, por ejemplo, las construcciones cerca de los cauces, la Junta desarrolla un plan de evaluación ambiental estratégica y un plan de gestión del riesgo de inundación de 2021 a 2027, financiados con fondos europeos de desarrollo regional, ya que a raíz de una directiva europea y un Real Decreto del Gobierno la evaluación y gestión de los riesgos de inundación pasaron a ser objeto de evaluación.
A todo el listado de zonas inundables, hay que añadirle una infraestructura imprescindible que, en caso de colapso o avenida causaría un daño incalculable a los municipios costeros y sus vecinos: el embalse de Rules. Según ha podido saber este medio por fuentes de la Junta, se lleva a cabo un nuevo programa de Seguridad de Presas y Embalses, relacionado con las medidas de prevención de inundaciones, que tienen en cuenta planes de emergencia de la presa y embalse.
La realización de esta norma responde a que hasta la fecha no se había priorizado el mantenimiento de las presas y embalses, así como la seguridad de estas infraestructuras, lo que se pone de manifiesto en aspectos tales como que de las 50 infraestructuras hidráulicas andaluza que deben cumplir la normativa básica de seguridad ninguna contaba hasta 2020 con documentos técnicos aprobados y se ha cambiado la normativa de vigilancia tras la constatación de incumplimientos.
Deslizamientos de Rules
Estos primeros pasos para que el entorno de los embalses sea seguro se aprecian ya en Vélez de Benaudalla, donde se han comenzado a instalar sirenas de evacuación. El estudio del Instituto Geológico y Minero ha detectado con una técnica novedosa, que consiste en un radar satélite tres deslizamientos que amenazan a la presa de Rules.
El objetivo de esta investigación científica es controlar estos desplazamientos del terreno que, sobre tanta cantidad de agua, podrían causar una catástrofe si colapsaran. Cuando se construyó la presa de Rules (se terminó en el año 2003) se sabía de la inestabilidad del terreno pero no había herramientas para monotorizarlo. El mayor riesgo del desprendimiento que pueda inundar con consecuencias desastrosas las poblaciones está en una de las laderas, en la zona conocida como 'El Arrecife'. Esta masa, de deslizarse en el embalse, tendría consecuencias devastadoras para embalse y alrededores. Cabe recordar que el encauzamiento de agua alcanza una superficie de 345 hectáreas.
Este estudio no quiere alarmar a la población, pero sí animar a tomar medidas de contención para que no se repliquen tragedias como la de Vajont (Italia) cuando en 1963 un gigantesco deslizamiento produjo una ola de 250 metros de alto que dejó más de mil muertos.
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