Vistas desde el Castillo de Salobreña de la franja costera invadida por la 'Cortaderia selloana'. Javier Martín

La hierba de la pampa invade la Costa

La 'Cortaderia selloana' coloniza zonas degradadas y espacios naturales, desplaza a la flora autóctona, aumenta el riesgo de incendios y provoca alergias otoñales

Inés Gallastegui

Granada

Domingo, 2 de noviembre 2025, 23:54

La lenta pero decidida invasión de 'Cortaderia selloana', una planta ornamental originaria de Sudamérica importada a Europa en el siglo XVIII, ha llegado a Granada. ... También conocida como hierba o carrizo de la pampa, plumero o penacho –por el característico aspecto de sus hojas–, a mediados del siglo XX salió de los jardines y empezó a colonizar el medio natural. En la Costa granadina ha invadido ya toda la Vega de Motril y Salobreña. «Si no se hace algo ya va a ser un problema ambiental muy importante, porque es una especie muy difícil de erradicar», explica Julio Peñas de Giles, profesor de Botánica de la Universidad de Granada.

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El plumero está incluido en el Catálogo Nacional de Especies Exóticas Invasoras y gana terreno en todo el mundo, gracias a su capacidad de adaptarse a las condiciones más diversas: crece bien en suelos húmedos, pero aguanta la sequía, por lo que prolifera en dunas, márgenes de ríos y charcas, zonas degradadas y espacios de alto valor ecológico, y en márgenes de carreteras, líneas férreas o cultivos.

Eso sí, las plantas jóvenes soportan mal las heladas, por lo que la especie ha encontrado en el litoral su hábitat ideal. «Se ve puntualmente en otros lugares de la provincia, pero es más difícil que se extienda», señala el profesor Peñas, quien advierte, sin embargo, de que en el norte de España ya se ha adaptado a zonas de montaña.

Para saber más

  • Origen en América Esta especie herbácea tiene su origen en Sudamérica y fue importada a Europa en los siglos XVIII y XIX como planta ornamental. A mediados del siglo XX saltó al medio natural.

  • Oportunista Propia de zonas húmedas, se adapta a casi todo: coloniza áreas degradadas, urbanizaciones en obras y márgenes de carreteras y cultivos.

  • Semillas viajeras Una planta puede producir al año un millón de semillas que viajan grandes distancias con el viento, el agua y pegadas a los vehículos.

  • Bonita y peligrosa uBonita y peligrosa. De hasta 4 metros de alto, es bonita y llamativa, pero su venta y uso en jardines está prohibido por su gran capacidad invasora.

La ligereza de sus semillas, que viajan con el viento, y sus raíces profundas la hacen extremadamente prolífica y difícil de erradicar. La invasión en Andalucía no ha alcanzado las dimensiones del arco atlántico, donde instituciones, empresas y ONG de Portugal, Francia y España se han unido para luchar contra la 'Cortaderia' a través de un proyecto que aúna prevención, erradicación, investigación y educación ambiental financiado con fondos europeos del programa LIFE.

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Charca Suárez

La Junta la incluyó hace años en el Programa Andaluz para el Control de las Especies Exóticas Invasoras y la Dirección General de Política Forestal y Biodiversidad de la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente ha llevado a cabo varias actuaciones de control, pero en Granada se ha limitado a una intervención en la Charca Suárez hace casi veinte años. «El humedal está libre de plumero, pero los alrededores están llenos», señala el biólogo. Los últimos trabajos de control de esta especie se han realizado en Cádiz, en concreto en el pinar de Roche y en la desembocadura del río Salado, en Conil.

«Si no se hace algo, va a ser un problema ambiental grave», advierte el profesor de Botánica de la UGR Julio Peñas

El jefe de Servicio de Geodiversidad y Biodiversidad de la Junta, Juan Antonio Martín, reconoce que en estas actuaciones se prioriza la lucha contra las invasiones que afectan a entornos protegidos –como en el caso del humedal motrileño–, ya que el equipo de especies exóticas no da abasto para luchar contra todas las invasiones biológicas, que abarcan desde el alga asiática hasta el avispón oriental o el mejillón cebra, sin olvidar numerosas especies vegetales.

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«La hierba de la pampa es llamativa y bonita, pero se expande desde los jardines al medio natural y eliminarla es muy difícil, porque el cepellón es enorme y, aunque desbroces la parte de arriba, rebrota», explica Martín, quien destaca además la especial dificultad de erradicar el plumero en zonas húmedas, donde no se pueden emplear herbicidas para evitar la contaminación del agua. «Es muy costoso. Hace falta maquinaria pesada», señala.

Efectos negativos

Aparte de desplazar a especies autóctonas, la 'Cortaderia selloana' puede afectar a la rentabilidad de cultivos agrícolas y explotaciones forestales, dañar infraestructuras hidráulicas, taponar los cauces de ríos y favorecer la expansión de los incendios. En el norte de España se ha detectado además una prolongación de los síntomas en las personas alérgicas al polen de gramíneas: al periodo habitual de primavera se añaden los meses de polinización del carrizo de la pampa, que va de agosto a octubre.

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De ahí la importancia de frenar la invasión antes de que alcance dimensiones imposibles de controlar. La clave, afirma Martín, es la gestión municipal de las áreas ajardinadas públicas, rotondas y urbanizaciones privadas, de donde salta fácilmente al medio natural, ya que el empleo de especies exóticas invasoras está prohibido. «Es necesario trabajar de manera coordinada con los ayuntamientos y emprender acciones de educación ambiental. Es una asignatura pendiente», reconoce Martín.

Fuentes del Ayuntamiento de Almuñécar aseguran que en su municipio no hay hierba de la pampa. El de Salobreña, por su parte, admite que hasta ahora no ha hecho ninguna intervención para erradicarla.

El profesor Julio Peñas cree que hay que tomar medidas cuanto antes, especialmente en las zonas de la Vega del Guadalfeo ya afectadas. «En Almuñécar se ven mucho menos porque los cultivos están activos, pero en Motril y Salobreña, donde hay muchos campos abandonados, es un problema ambiental muy importante. Si algún día se quiere cultivar de nuevo ahí, va a ser muy difícil», subraya el profesor.

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Humedales de Cuchia (Cantabria) colonizados por plumero, antes de su recuperación. LIFE Stop Cortaderia

Casi 6 millones de Europa para eliminar la planta en el norte

El programa LIFE de la Unión Europea contra el cambio climático concedió 3,6 millones de euros en 2018 al proyecto Stop Cortadería, integrado por tres asociaciones cántabras de apoyo al empleo para personas con discapacidad, un ayuntamiento gallego, la ONG conservacionista SEOBirdlife y el Instituto Politécnico de Coimbra. Tras cuatro años de andadura, logró, entre otros objetivos, la restauración de 50 hectáreas de espacios invadidos por plumero y más de 2.000 focos aislados en 58 municipios de Cantabria; la plantación de 16.000 árboles y arbustos y 65 hectáreas de praderas silvestres sembradas; el empleo de 22 personas con discapacidad durante cuatro años; y la capacitación de 750 personas para el control de la planta invasora en España y Portugal.

En 2023 se inició su continuación, LIFE Coop Cortaderia, con 6,4 millones de euros, financiados fundamentalmente por la Unión Europea (60%), el Gobierno de Cantabria (23,5%), Vila Nova de Gaia (2,7%),la Diputación de Guipúzcoa (2,5%) y el Estado francés (2%), coordinados por SAEMA, de apoyo a la discapacidad, y con el respaldo de otras 160 entidades a la Estrategia Transnacional de Lucha contra la Cortaderia.

La experiencia de siete años de lucha contra la hierba de la pampa en el arco atlántico puede ser útil en el litoral mediterráneo. Para el jefe de Servicio de Biodiversidad de la Junta, Juan Antonio Martín, sería «muy interesante» que Andalucía pudiera colaborar con este proyecto LIFE para, en su caso, sumarse a una futura edición del proyecto y captar fondos europeos para luchar contra la invasora.

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