Edición

Borrar
JAVIER MARTÍN
«Ni somos héroes por salvar su vida, ni fracasados si sale mal»

«Ni somos héroes por salvar su vida, ni fracasados si sale mal»

Los dos socorristas rescataron a un joven que estuvo a punto de ahogarse el domingo en la playa de 'El Farillo'

REBECA ALCÁNTARA

MOTRIL.

Jueves, 23 de agosto 2018, 01:24

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Francisco Prieto Puertas y Francisco Alonso Valverde son los nombres propios de los dos héroes que este domingo salvaron la vida a un joven de 19 años en la playa de 'El Farillo', aunque ellos prefieren decir que sólo estaban haciendo su trabajo. «Hay que tener clara una cosa. Ni somos héroes por salvar una vida, ni somos unos fracasados si la cosa sale mal», dice Prieto.

Los dos socorristas habían izado la bandera roja desde por la mañana porque el temporal hacía que meterse en el agua fuera un peligro. Se pasaron toda la jornada advirtiendo a los bañistas de que no debían meterse en el agua. Pero a última hora, cuando iban a cerrar el puesto, la voz de alarma de un chico los alertó. Alguien se estaba ahogando.

«Puso en peligro su vida y a la de todos los que trataron de salvarlo», afirma Prieto, que recuerda cómo en el momento en el que escucharon el grito de aviso, echaron a correr. Cuando llegaron, ya había otro hombre que ayudándose con la tabla de un niño pequeño estaba tratando de sacar del mar al chico, pero no podía solo. Fueron necesarias cinco personas. «Nos revolcaban las olas, hacía muy mal tiempo. Nadie tendría que haberse metido en el agua», señala el socorrista, que lamenta que la inconsciencia pueda causar daños mayores. «Tuvo suerte», asegura.

Mientras Prieto sacaba al joven del mar para ponerlo a salvo en la orilla, su compañero se encargaba de llamar a los efectivos sanitarios para que estuvieran en el lugar en el mismo momento en el que el chico hubiera sido llevado a tierra. El rescatado lo tuvo casi todo de cara. La ambulancia y la enfermera tardaron «un minuto» y en la playa había un médico del 061 de vacaciones que también colaboró en la reanimación. «Te sientes satisfecho por el trabajo bien hecho, porque todo ha salido bien», asegura Francisco Alonso Valverde.

Pero hasta lograr que el joven reaccionara, los socorristas pasaron momentos muy tensos. Francisco Prieto recuerda la cara del muchacho cuando aún estaba dentro del agua. «Parecía que lo estaban torturando. Ese rostro no se te olvida», asegura, al tiempo que explica que una vez que vio que el joven comenzaba a recuperarse, él también se tranquilizó.

Cuando los socorristas se lanzan al agua en una jornada como la del domingo, también se están arriesgando. «En esas condiciones, por mucha experiencia que tengas, estás poniendo en peligro tu vida», indica. Prieto insiste en que incluso sabiendo nadar bien no es suficiente, sino que es muy importante conocer el mar. Pero es más, afirma que muchas personas creen que tienen más conocimientos de natación de con los que realmente cuentan.

Tanto él como su compañero coinciden al afirmar que en momentos así la presión es mucha. No importan cuánto tiempo lleves desempeñando ese puesto, cuando se trata de salvar una vida, es imposible evitar el nudo en el estómago. A pesar de los nervios, precisamente en esas situaciones es cuando resulta imprescindible mantener la calma. Francisco Prieto asegura que una de las cosas más complicadas de su trabajo es mantener la concentración en todo momento. El domingo demostraron que es posible, después de ocho horas vigilando la playa, reaccionaron de forma inmediata ante la llamada de socorro. «Para ser un buen socorrista es necesario mantener la cabeza fría en momentos como este», asegura. Y así lo hicieron.

Francisco Alonso Valverde, por su parte, afirma que la prevención en su trabajo es la parte más importante, aunque en algunas ocasiones no surta efecto. Aún no termina de entender cómo el joven pudo arriesgarse a meterse en el agua. «Por la mañana había hecho otro rescate y me costó salir, incluso a mí que llevo años en esto», rememora.

Después de que los sanitarios atendieran al joven rescatado, con la oxigenoterapia reaccionó. Vomitó, porque había tragado mucha agua, pero comenzó a recuperar las constantes y se estabilizó. Fue trasladado al hospital de Motril, donde le dieron el alta unas horas después. Ya en la ambulancia, el muchacho rompió a llorar. Aún no era del todo consciente de que acaba de estar a punto de perder la vida por una imprudencia.

«A veces es muy complicado que la gente te haga caso»

El domingo la bandera roja ondeaba en el litoral granadino. En esta ocasión la razón no eran las medusas, sino el fuerte temporal de levante que hacía muy peligroso meterse en el agua. En jornadas así, los socorristas sólo pueden pedir a la gente que se quede fuera del mar, pero no tienen capacidad para prohibirles expresamente ninguna actuación. «A veces es complicado que la gente te haga caso», dice Francisco Alonso. Sin embargo, ese no hacer caso puede jugar una mala pasada al bañista que se arriesga, pero también a las personas que tratan de salvarlo.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios