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Ambiente en la costa granadina este domingo. ALFREDO AGUILAR

Los granadinos no faltan a su otra cita en la costa

Las playas se llenan de visitantes en el final del Corpus y el día de las elecciones, con el compromiso de muchos de votar «más tarde»

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Domingo, 19 de junio 2022, 13:36

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Ni una cola en la A-44 como señal de que hoy es día de playa. Los coches se dejan guiar por el asfalto con ligereza y sin pausa. Pero al llegar al desvío de Playa Granada el ritmo cambia. Coches a borbotones, aparcamientos llenos y vehículos abandonados en doble fila por la desesperación de sus dueños.

Los granadinos no han faltado a su cita dominical del verano, aunque tenían otra con las urnas.

Los torrentes de sol sobre la arena chocan con el aire frío de Poniente que hace de la primera línea una experiencia agradable después de una ola de calor que ha quitado el sueño a más de un vecino, sueño que se recupera mejor junto a la orilla después de una semana de fiesta. Hay doble resaca: la del temporal de Poniente y la de los jóvenes que se tuestan al sol después del Corpus.

Los bañistas cambian el decorado usual de playa de Poniente por uno inmenso y más colorido que el ordinario casi monocromático que dejan el azul mar y el verde de los oasis. Este verano será diferente y normal, no cabe duda. Habrá lista de espera para pillar mesa en los chiringuitos.

En Playa de Poniente y Playa Granada han colgado su primer cartel de completo de la temporada. No hay hueco en la arena. Entre risas de complicidad y latas de cerveza, Lola y Curro disfrutan del espectáculo. El festival aéreo es una de las razones que ha hecho que las playas estén tan concurridas hoy. El matrimonio lleva 5 años afincado en el litoral. Sabían que hoy había que madrugar para poder extender las hamacas. «Nos hemos levantado a las nueve, nos encanta el festival», dice ella.

A la pregunta de si hoy acudirán al encuentro con las urnas apuntan que irán, «por supuesto», después de comer.

Un par de sombrillas más atrás Marisa y sus amigas no lo tienen tan claro. Desilusión e indecisión en este sector joven de playa. El baile está entre varios partidos y quizás se queden plantados.

«Sería la segunda vez que puedo votar y mis primeras andaluzas. Pero no lo tengo claro, he seguido la campaña y me ha desencantado. No ha despejado mi de lejos mis dudas», dice está estudiante de Derecho.

Junto al chiringuito el Espeto, Manuel, militar, y sus amigos han hecho los deberes antes de ir a bañarse. Abrieron los colegios, depositaron su voto en la urna e inauguraron el éxodo hasta la Costa Tropical. «Este año no ha habido feria tampoco. Muchos de nuestros amigos se presentaron a las oposiciones de maestro ayer y hoy hemos venido a celebrarlo», resumía.

Ajenos a la fiesta de la democracia, una pareja de extremeños sacaba fotos a lo aviones sin parar. «Hemos venido solo para esto. Somos amantes de la fotografía», destacaban.

Mientras tanto, en los restaurantes los camareros trabajan con frenesí. A mitad de semana ya tenían las mesas prácticamente reservadas.

En la bajada a la playa de Salobreña se repite la misma estampa. Las sombrillas dominan la arena desde el Peñón a Salomar. Ya llega la hora de comer y las familias abren sus tuper de tortilla de patatas, pollo empanado y sandía. Las neveras azules buscan la sombra y los veraneantes se embadurnan de crema para no pasar del moreno al rojo.

En Almuñécar, más de lo mismo. Las tablas de surf y pádel surf conquistan algunos espacios. Aparcar entre semana ya es un espanto en el municipio más turístico del litoral, pero los vecinos y los que viven del sector abrazan el fastidio de aparcar lejos de casa con gusto. El verano ha llegado para quedarse. Puede que no vaya a ser especial o diferente para la mayoria, pero por primera vez en dos años será normal y con eso basta.

Los hoteles han estado al 95% de ocupación en la costa.

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