Un inmigrante de las dos últimas pateras llegadas este sábado a Motril a las puertas del CATE donde fueron internados. EFE

El Gobierno aprovechará el nuevo campamento para cerrar el centro de inmigrantes del puerto y reformarlo

Las instalaciones del CATE, sin saneamiento y con deficiencias graves,llevan años en el punto de mira de ONGs y hasta el Defensor del Pueblo ha pedido su cierre

Lunes, 27 de agosto 2018, 02:10

Luz artificial durante 72 horas, celdas con colchones en el suelo para los hombres y unas instalaciones insalubres que ni siquiera están conectadas a la ... red de saneamiento por lo que cuando llegan a alojar hasta más de cien personas colapsan y empiezan a verter aguas residuales. Las deficiencias del Centro de acogida temporal para inmigrantes del puerto de Motril las llevan denunciando desde hace años las distintas ONGs y aún con más beligerancia el sindicato policial SUP, que ha advertido que tampoco son seguras ni dignas para los propios agentes que custodian a estas personas que permanecen ahí retenidas durante 72 horas.

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Este centro para inmigrantes, ubicado en la zona del puerto pesquero de Motril, se abrió en el año 2004 para dar una respuesta a la llegada de pateras y también lleva años en el punto de mira del Defensor del Pueblo Español, que ha pedido en varias ocasiones al Gobierno que cierre estas instalaciones «insalubres».

En enero de este año eran los parlamentarios del grupo socialista, entonces en la oposición, los que pedían mejoras al Gobierno tras constatar que en la estancia había «celdas sin ventilación y un solo baño para 90 personas».

Finalmente estas demandadas mejoras las va a acometer el Gobierno de Pedro Sánchez, según confirmaron ayer fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Granada.

En el centro caben unas 90 personas, aunque cuando la llegada de pateras se sucede se llegan a meter más. Aún así, en este último año –y sobre todo en este triste verano de récord– su capacidad se ha visto muy superada por lo que desde el pasado mes de junio se estaba recurriendo también al pabellón deportivo de Motril. Uno de los grandes problemas que planteaba la reforma del CATE es que ante la falta de alternativas para meter a los inmigrantes no se podía cerrar para acometer las necesarias reformas. Pero ahora el handicap está resuelto con el nuevo campamento para la recepción de inmigrantes que la Unidad Militar de Emergencias levantó este pasado sábado también en terrenos del puerto de Motril y que tiene capacidad para 250 personas.

Un duro fin de semana

La Costa de Granada deja atrás otro intenso fin de semana de pateras con 71 personas rescatadas de tres embarcaciones y el dramático hallazgo del cuerpo de un hombre. Los últimos rescatados, en la madrugada de ayer domingo, fueron cuatro inmigrantes de origen magrebí que fueron localizados a bordo de una patera a 19 millas de la costa de Castell de Ferro por el Servicio Marítimo de la Guardia Civil, que los trasladó pasadas las cinco de la mañana al puerto motrileño. También bien entrada la noche, el pasado viernes, la Guardia Civil trasladaba a puerto el cadáver de un inmigrante subsahariano hallado en aguas cercanas a la Isla de Alborán. Desde entonces se mantiene la búsqueda de otro hombre desparecido en el mar de Alborán el mismo día.

Desde la Subdelegación del Gobierno en Granada expresaban su agradecimiento a la UME por el despliegue realizado en el puerto motrileño para dejar listo el campamento que supondrá «una mejora significativa con respecto a la recepción de inmigrantes desde una perspectiva humanitaria».

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No solo se amplía el espacio para alojar a estas personas, sino que se incluyen más baños –hasta 16– y duchas y una zona de comedor, entre otras mejoras, así como tiendas con literas en las que podrán distribuirse estas personas por grupos familiares. Las tiendas de alojamiento del campamento se quedaron listas este sábado pero aún falta dotar a las dos carpas que funcionarán como comisaría para la Policía Nacional con equipos informáticos.

En cuanto funcione plenamente este nuevo CATE el Gobierno podrá plantearse acometer el cierre del antiguo para reformarlo. Según las mismas fuentes, nada más tomar posesión de su cargo la subdelegada Inmaculada López Calahorro visitó las instalaciones del CATE de Motril, cuando estaba ocupadas y constató que no son adecuadas ni para los policías ni para los inmigrantes. Todas las deficiencias están contempladas en un informe que están evaluando en Madrid y que se traducirá, catorce años después, en una mejora integral del centro.

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