La falta de agua hiere la rentabilidad de los cultivos subtropicales de la Costa
COAG dice que 1.000 agricultores dejan fincas en el litoral al no poder costear la construcción de embalses privados | Se pinchan acuíferos y se hacen pozos ilegales para regar las tierras a la espera de Rules
La crisis de precios empieza a tocar a los cultivos subtropicales en un año 'horribilis' para el campo. Han pasado temporadas indemnes en los que ... su valor se mantenía en el mercado –a pesar de que las producciones se enfrentaban a la escasez de recursos hídricos–, hasta ahora. Los cultivos de la Costa empiezan a verle las orejas al mismo lobo que ha arrastrado por los suelos el precio de las producciones hortícolas y ha cerrado invernaderos en todo el litoral granadino.
Para cultivos como el aguacate los precios son más bajos que en las pasadas campañas, a la vez que los países extracomunitarios como América del Sur o Marruecos pujan fuerte para desplazar a la Costa de Granada y Málaga en territorio europeo. En la campaña de 2017 el precio que percibía el agricultor por cada kilo de aguacate que vendía a las comercializadoras era de 2, 55 euros, de acuerdo con los datos recogidos por el observatorio de precios de la Junta de Andalucía, frente a los 2, 02 euros que percibieron por kilo de aguacate el pasado año.
El descenso puede no parecer muy significativo, teniendo en cuenta que en el año 2008 los agricultores apenas percibían 0, 7 kilogramos por kilo, según el Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD). El boom y la moda del aguacate empezó a revalorizar su precio en el mercado hasta esta nueva caída. Para los propietarios de las explotaciones el cambio es «sangrante». La sequía ahoga sus campos, mientras los costes de producción y las inversiones para conseguir agua se disparan. «El aguacate ha caído un 20% esta campaña. La competencia con países como Marruecos y sus bajos precios se empieza a notar. En Europa escogen cada vez más sus productos frente a los nuestros», explica Juan Camacho, vocal de Subtropicales de COAG.
Según la consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, Granada explota cerca de 5.9000 hectáreas de subtropicales. La mayoría están destinadas al cultivo del aguacate, que domina 2.600 hectáreas. La comunidad autónoma alberga 3.100 hectáreas de chirimoyo. Granada domina el 92% de la producción andaluza y genera en torno a 50.000 toneladas al año. La COAG advierte que el imperio del subtropical se agota. La confederación agraria mantiene que en el litoral se explotan en torno a 7.000 hectáreas de subtropicales, una diferencia de 2.000 hectáreas con respecto a las estimaciones de la administración andaluza, pero que la capacidad de implantación de estos cultivos podría ascender hasta las 19.000 hectáreas si llegan las canalizaciones de Rules.
«Construir un embalse privado para regar la finca puede costar cerca de 100.000 euros, una inversión que no todos los agricultores pueden desembolsar». «Los cultivos subtropicales consumen 6.000 metros cúbicos por hectárea de forma anual. Por cada metro cúbico pagamos un euro cuando en otras zonas reciben agua en buen estado de pantanos por 10 céntimos», lamenta. «Muchos de los agricultores se ven obligados a pinchar acuíferos o hacer pozos de forma ilegal para poder regar sus tierras», dice. El vocal destaca que los pozos reglados y los acuíferos se están salinizando y agotando por la sequía, a la espera del que el Gobierno empiece las canalizaciones de la presa de Rules que «sólo acumulan retrasos».
La organización agraria dice que cerca de 30 familias y 1.000 agricultores han dejado la explotación de subtropicales. «Alrededor de 5.000 familias dependen de los subtropicales. Es necesario que se solventen las carencias de las canalizaciones de Rules, el rendimiento es más bajo. Antes se producían de 10.00 a 12.000 kilos de productos por hectárea y ahora generamos 7.000», concluye.
En los invernaderos y las explotaciones hortícolas el mal, ya casi endémico, se enquista. La caída de los precios ha hecho que los labriegos reconviertan sus explotaciones y abandonen cultivos como el pimiento, el tomate, la berenjena, el calabacín o el pepino. Las habichuelas, que eran uno de los productos estrella, han «desaparecido», según mantiene Agricultura Viva en Acción. El precio medio de la judía verde fue de 1, 8 euros en 2019. Los picos de subida y bajada registraron incluso una diferencia de entre 0, 99 y 4, 14 euros por kilo de un mes a otro. Una montaña rusa que los que viven del campo no se pueden permitir. David Sánchez, vocal de la asociación, señala que son muchos los que ya no dejan las tierras en barbecho para no cosechar pérdidas. La asociación apunta que en los últimos años se han perdido 4.000 hectáreas de explotaciones e invernaderos hortícolas entre Granada y Almería.
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