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Estudiantes y profesores del Julio Rodríguez en una de las excursiones del viaje. Ideal
Estudiantes motrileños del Julio Rodríguez cuentan su experiencia en el 'crucero de los horrores'

Estudiantes motrileños del Julio Rodríguez cuentan su experiencia en el 'crucero de los horrores'

El barco estaba sucio, la comidad era repetitiva y sin calidad y cada estudiante pagó 790 euros

Laura Ubago

Granada

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Miércoles, 18 de abril 2018, 12:03

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En el 'crucero de los horrores', un barco con servicios sin calidad, viajaban también estudiantes motrileños que habían pagado el pasaje con esfuerzo y se encontraron con comida repetitiva, suciedad y las piscinas vacías. Este chasco se está moviendo en redes sociales con la etiqueda #estafaraphody.

Del instituto Julio Rodríguez de Motril se embarcaron 47 alumnos y varios docentes entre los que se encontraba Francisco Bacas, el jefe de estudios. «El viaje las ha costado 790 euros, para conseguirlos han vendido mantecados, lotería, han pasado más estrecheces algunas familias y de repente, se encuentran con esa desilusión tremenda. La ilusión de todo un año tirada a la basura para que otros se llenen los bolsillos», dice este profesor indignado. Las familias de este centro ya han puesto el caso en manos de unos abogados que serán los que les asesoren en el caso de poner reclamaciones o en las acciones legales que haya que tomar.

A estos chavales motrileños de primero de Bachillerato, una conocida y «solvente» agencia de viajes, les vendió que irían a un crucero VIP, solo de estudiantes, porque en los cruceros 'estándar' los turistas se quejaban de compartir estancia con viajes de estudios. «Se creyeron que con ponerles música de bacalao todo el día iban a estar contentos», expresa Francisco Bacas que se queja de la calidad nefasta de la comida y del menú repetitivo sin fruta ni verdura. «Lo que más nos molestaba es que no hacían nada por mejorar la situación. En Mallorca intentamos denunciarlo en la Policía pero nos dijeron que no eran competentes en esta materia». Este profesor motrileño se juntaba todos los días con el resto de docentes de todos los centros que iban en el crucero. «Teníamos claustro para buscar soluciones, pero no nos hacían caso».

El jefe de estudios del Julio Rodríguez explica que los chavales estaban tan aburridos y tan asqueados en el barco, que un día la organización les dijo que las salida de la excursión a Pissa era a las 6 de la mañana «y a las 5.50 no faltaba ni uno en la cubierta del barco para salir», expresa este profesor que está muy decepcionado con todo lo que rodea a este crucero-estafa. «Las habitaciones no se las hicieron nunca, había que suplicar papel higiénico y hasta intentaron que limpiasen los niños poniendo una bolsa de basura grande en las puertas de los camarotes». «Aquello no era un crucero, era un ferry y hasta temimos por la seguridad porque no tenía los estabilizadores que tiene un crucero», resumen este profesor motrileño.

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