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Los estudiantes del IES La Contraviesa de Albuñol en la escala de Palma de Mallorca. IDEAL
Los estudiantes de Albuñol también denuncian su calvario a bordo del 'crucero del horror'

Los estudiantes de Albuñol también denuncian su calvario a bordo del 'crucero del horror'

Los alumnos del IES La Contraviesa tuvieron que ver Roma a la carrera porque se les iba el barco y se toparon con un servicio de cocina que no sabía ni qué come un celiaco

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Jueves, 19 de abril 2018, 10:21

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Un viaje de estudios siempre deja buenos recuerdos, pero sin duda a los estudiantes del IES La Contraviesa de Albuñol se los ha amargado su experiencia en el ya bautizado como 'crucero del horror'. Un grupo de sesenta estudiantes de cuarto de la ESO, de entre 15 y 16 años, de este instituto de la Costa oriental también ha experimentado en carne propia las penurias que han denunciado otros institutos de la provincia como el motrileño IES Julio Rodríguez y, por supuesto, han interpuesto la correspondiente reclamación ante la agencia de viajes motrileña que les vendió el viaje.

Los alumnos pagaron un pasaje a un precio de 760 euros con la promesa de un buen servicio, organización y comida de calidad y la decepción ha sido total, según informan en el instituto. Se toparon con falta de limpieza, comida repetitiva y mala y una tripulación que no hablaba ni una palabra de español «ni siquiera el médico».

Desayunos propios

«En nuestro caso viajaban dos alumnos con necesidades alimenticias específicas, como celiacos o alumnos con alergias y aunque se avisó con suficiente antelación estos chicos no pudieron realizar los dos primeros desayunos». Los profesores incluso se reunieron con los cocineros del barco para pedir soluciones «y nos llegaron a afirmar que desconocían qué desayuna un celiaco, es más nos dijeron que si los alumnos sufren este tipo de problemas ellos mismos tenían que llevar sus desayunos», señala la reclamación interpuesta por María José Navarro como representante del IES La Contraviesa.

Para los demás, no hubo servicio de bufet libre como habían contratado sino un menú cerrado que dejaba mucho que desear.

Las excursiones fueron otro chasco hasta el punto de que tuvieron que ver ciudades emblemáticas del recorrido por el Mediterráneo, como Roma, a la carrera porque se les iba el barco. Tuvieron apenas cuatro horas para disfrutar de la excursión por culpa de «una planificación nefasta». «Las excursiones complementarias se realizaron con prisa excesiva porque los embarques y desemarques estaban maal organizados», denuncia la representante del IES.

Ni yoga, ni zumba

Además, inciden en que los pluses que ofertaba el crucero fueron los que animaron al centro y a los alumnos a escoger este viaje. Les prometieron fitness center, pista de footing, biblioteca y actividades como pilates, yoga o zumba que no pudieron practicar. «La inmensa mayoría de las actividades no se llevaron a cabo, salvo la piscina y los jacuzzis que si estuvieron abiertos los dos primeros días», apuntan.

Capítulo aparte merecen la limpieza, como ya han denunciado otros grupos -«No se cambiaban ni las sábanas»-y la seguridad, con camarotes que se podían abrir «con un simple empujón». Tampoco se realizó simulacro de desalojo del barco, no había chalecos salvavidas en los camarotes y como toda recomendación de seguridad «nos proyectaron un vídeo en italiano».

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