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Borja Piedra muestra, en una finca de Salobreña, las cajas de mangos y aguacates que manda por toda España. JAVIER MARTÍN

El chico que manda mangos a Google desde Granada

Un joven asturiano, afincado en Motril, ha sido seleccionado para contar en un anuncio de la tele cómo vende fruta de la Costa online

Laura Ubago

SALOBREÑA

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Martes, 28 de noviembre 2017, 01:00

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Borja Piedra, un asturiano de 32 años con dos carreras y algunos cursos de marketing digital, se ha infiltrado entre los agricultores de la Costa Tropical para convertirse en uno más. De recorrerse el campo con su coche, con su chándal, con su proyecto de empresa bajo el brazo, sabe ya el argot de los labradores del litoral granadino, esos que en bancales, bajo un cielo celeste, y con el calorcito que proporciona el mar, alumbran la fruta más cotizada del mercado. El chaval ya sabe que los 'abortos' de chirimoya son «zocatillos» y que son feos, pero muy dulces. Sabe que un mango está en su punto cuando le ha salido hombro, que es una prominencia que indica que ya está dulce, pero no pasado. Sabe que un aguacate bueno debe explotar en la boca con regusto a avellana y con textura de crema y sabe hasta que ahora están investigando con guayaba para ver si puede ser la cura de la diabetes.

Este joven afincado en Motril tiene como concepto de fracaso tan solo aquello que no se intenta y su historia es una película de superación resumida en 20 segundos, algún golpe de suerte y muchas dosis de entusiasmo, esas que le hacían vivir en Oviedo sin paraguas. Borja Piedra, después de estudiar se vio en el paro y sin posibilidad de pagarse un caro máster de marketing. Y bicheando dio con unos cursos gratuitos de Google sobre cómo vender online que le entusiasmaron. Hizo uno presencial en Granada y allí se quedó a miles de kilómetros de casa y con una idea en la cabeza. «Me parece que fue mientras le preparaban una papilla de frutas a mi sobrino cuando me di cuenta de todo lo que teníamos en la Costa de Granada. ¿Cómo? ¿Qué tenemos toda esta fruta tropical aquí?» y ahí se puso manos a la obra para crear una web de venta de mangos, chirimoyas, aguacates y hasta fruta del dragón.

Borja, que cuenta que es de chuletón fácil y que invita a quien se le planta por delante, se vio solo en Motril con su idea de negocio y con muchas ganas de hacer saber al mundo lo que cuelga de los árboles en la comarca costera. «En mis flyers explico primero qué es la Costa Tropical y donde está, porque al principio se creían que estaba en Colombia», cuenta el señor Piedra que consiguió los conocimientos para crear la web de aquellos cursos de Google. En esta compañía gustó su idea, su manera de desenvolverse y de lanzarse. Y le dijeron que había sido seleccionado para grabar en Salobreña un spot sobre su modelo de negocio. «Lo que sale ahí es todo verdad menos la furgoneta que la trajeron ellos. Yo tengo solo mi coche que está lleno de la viruta con la que adorno las cajas. Lo hago todo yo, le dedico todo el día y pienso que puedo crecer», narra este joven apasionado que se metió en las subastas de frutas tropicales a aprender y a lanzarse, como si fuese un vendedor de oro, a ese agricultor mayor y experto que aparece solo con una cajilla de algo, criado con el mayor de los mimos.

Borja grabó su anuncio de Google y este gigante de internet le sigue llamando para que cuente su experiencia. «Me dijeron que me pagaban un avión para ir a un acto a Madrid y les dije que iba en mi coche y con mi perro (al que adora). Poco a poco he ido posicionando mi web y ahí está en un buen lugar, con mucho esfuerzo», cuenta este joven empresario refiriéndose a huertatropical.com.

Los comienzos fueron difíciles. Fue llamando a las puertas de todas las parcelas para conseguir agricultores que se sumaran a su proyecto. «Yo no les iba a comprar muchos kilos pero se los iba a pagar bien. A cambio necesito que se impliquen en mi proyecto, que me corten la fruta del árbol cuando yo les diga y que se apasionen con esto. Alguno me dice ahora: ¿Dónde has mandando mis aguacates? ¿Qué te ha dicho la muchacha? y eso les pone contentos y orgulloso», explica Borja.

Su primer pedido fue de dos chicas de Granada -en agosto del año pasado- que celebraban su aniversario y les subió él mismo una caja de 'abortos' de mango o 'mangos bombón' como él mismo ha rebautizado. «Una de ellas le mandó un mensaje a la otra a través de mí. Yo escribí la carta y se la subí a Granada junto con los mangos y es que ser tan pequeño te permite dar ese trato personalizado», expresa entusiasmado.

A Borja le llegan whastapp de una señora que le enseña un pelador que ha encontrado en el súper y que sirve para pelar mangos y otra persona le pregunta en qué punto exacto le mandará los aguacates, todo esto mientras graba un vídeo de cómo cortar la fruta más fácilmente y mientras que prepara una caja con bombones de la Costa para un pedido que se va a Galicia. Todo gracias a Google, a los que manda frecuentemente mangos de Motril.

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