La Caleta de Salobreña tendrá una playa nueva de 200 metros frente a su azucarera

El ingenio de Nuestra Señora del Rosario fue construido en 1861 y es el último que sobrevivió en Europa. Junto al auge de la caña, un embarcadero dio una vida marinera a los primeros barrios instalados en la zona. La zafra y la pesca daban de comer a los vecinos. Pero el momento dulce de La Caleta pasó. La fábrica cerró en 2006 y las redes son ya una tradición anecdótica. Hoy esta pedanía tiene un techo amplio para crecer y busca ese desarrollo. El primer paso en su transformación será la regeneración completa de su playa.

Un frente de piedras delante de la azucarera sirvió de escudo hace años para el oleaje, pero supuso la separación en la franja litoral de La Villa. Los vecinos quieren caminar y ver unidas sus riberas tal y como estaban en la Salobreña en blanco y negro de las imágenes. El Gobierno inicia los trámites de un nuevo proyecto para devolver al lugar el ancho de arenal que tenía en el siglo XX.

De acuerdo con la Demarcación Provincial de Costas, esta playa, al igual que muchas otras de su entorno, sufre regresiones desde hace unas décadas por diversos factores, entre los que destacan la falta de aportación de áridos tras la construcción de las presas de Béznar-Rules y el cambio climático, que han alterado la dinámica litoral. Originalmente las instalaciones de la azucarera estaban alejadas de la línea de costa, pero el avance del mar obligó a la fábrica a defenderse con la escollera que sirve de límite del Dominio Público Marítimo-Terrestre.

Para recuperar el arenal, la actuación propuesta por el organismo gubernamental consistiría básicamente en retirar la defensa actual y retranquear la parcela hasta el límite de los edificios de la azucarera, catalogados como Bien de Interés Cultural, dejando una zona de servidumbre de paso de seis metros para dar continuidad peatonal. Esta actuación generará una playa de un ancho de 25 metros, la misma línea que el resto de las playas del municipio. Para lograrlo, además del cambio en la escollera, se harían trasvases de arena. En total, de acuerdo con el servicio provincial de Costas, que depende del Ministerio de Transición Ecológica, serán más de 4.000 metros cuadrados del área de la azucarera recuperados para el Dominio Público Marítimo-Terrestre. La nueva playa de La Caleta tendrá más de 200 metros que conectarán la Guardia con la Caletilla.

Los pliegos para la redacción del nuevo proyecto y estudio de impacto ambiental se han enviado a la Dirección General en Madrid con el fin de que inicie los trabajos. La aspiración no es nueva pero esta vez parece que es la definitiva. En 2020, tal y como adelantó este periódico, la aspiración del Ayuntamiento de Salobreña era crear en el entorno un 'minipuerto' deportivo. Se iniciaron los trámites pero el proyecto se tuvo que desechar porque no era compatible con la regeneración de la playa. Sin embargo, la creación de la playa sigue adelante.

La principal traba que debe salvar la recuperación del frente litoral de La Caleta es ambiental. Costas detectó en un plan preliminar la presencia de Patella ferrugínea en las rocas de la escollera, una especie protegida. El Gobierno estudia medidas preventivas y correctivas para no dañarla, entre las que pueden estar su traslado «roca a roca» a otra ubicación.

El desarrollo urbanístico de La Caleta va de la mano de la recuperación de su playa. El arquitecto municipal, Francisco Morejón, explica que los cambios no interceden con el planeamiento aprobado para la zona. Junto con los propietarios del suelo, conocido como el sector SUT 1, se pretende iniciar los proyectos para la reparcelacion y urbanización. Además, la azucarera pasará a ser un equipamiento municipal y este BIC, que se extiende a lo largo de 40.000 metros cuadrados, será a futuro un museo. El alcalde, Javier Ortega, destaca que está prevista la construcción de 444 nuevas viviendas en cuatro parcelas distintas que rodean el ingenio. «Queremos que el desarrollo de La Caleta se quede encaminado en este mandato. La intención es continuar la playa y en cuestión de muy poco tiempo la zona cambiará», manifiesta.

Por último, Joaquín Martín Montero, actual propietario de la azucarera, cuenta que a la familia le gustaría ver con vida y en marcha el ingenio, aunque sea reconvertido en museo. Este bien patrimonial tiene una máquina de vapor de 1930. Los Martín Montero, propietarios de una gran parte del sector a desarrollar, muestran su intención de impulsar el urbanismo de La Caleta, que suma 15 años sin avances, aunque piden a las administraciones que solventen la falta de infraestructura eléctrica.