P.G-T.

Un 'asistente' de cuatro patas para el pequeño Bruno en Molvízar

Una familia de la localidad lanza una campaña para recaudar 25.000 euros y adquirir un perro que ayude a su hijo, de dos años, diagnosticado con autismo

Viernes, 24 de diciembre 2021

En pleno apogeo de la pandemia, en octubre de 2020, Ani Prados (41 años) se dio cuenta de que el desarrollo de su hijo no ... era corriente. El pequeño solo tenía 14 meses, pero no emitía sonido ni respondía a su nombre. En ocasiones parecía no escuchar, no mantenía el contacto visual y era poco expresivo. Después de luchar cuatro meses por la escasez de citas médica, consiguió que un neuropediatra evaluara al pequeño Bruno y le diagnosticaron trastorno del espectro autista.

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Sus padres, Ani y Antonio Rodríguez (39 años) han estado investigando desde entonces qué pueden hacer para que el niño se desarrolle sin problemas y mejore su conducta. Desde que le diagnosticaron trastorno del espectro autista se han sucedido las citas médicas entre logopedas, terapeutas y psicólogos infantiles. A Ani le comentaron que un animal podría ayudar a Bruno, investigando por las redes sociales dio con una asociación, Dogpoint, que entrena perros de asistencia especialmente para personas con trastorno del espectro autista. Al pequeño le cuesta mucho dormirse y tranquilizarse, conforme crezca podría manifestar otras alteraciones en su comportamiento, pero un perro de asistencia mejoraría la conducta del niño.

Aproximadamente durante un año el cachorro se somete a un periodo de socialización, además de otro periodo de adiestramiento en general y finalmente pasa un tiempo con el niño al que acompañará, si todo sale según lo previsto, durante diez años. Cuando la etapa de asistencia de estos canes se acaba, suele adoptarlos la familia.

Una vez que la familia obtiene al perro asistente, tanto el niño como su guía de cuatro patas se hacen revisiones durante diez años, ya que las conductas de las personas con autismo pueden cambiar y así se ajustan los adiestramientos para responder a las necesidades del paciente.

Estos perros han demostrado ser muy eficaces. Impiden las fugas de los niños, calman sus crisis y mejoran las relaciones sociales de los pequeños. La familia fue en octubre a visitar la asociación y Bruno tuvo su primer contacto con un animal. Todo fue sobre ruedas. Al niño le encantaron los perros e incluso los acarició con curiosidad. Solo hay un problema, de varios ceros, para poder adquirir un perro de asistencia la familia de Molvízar debe desembolsar 25.000 euros.

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De momento, han logrado recaudar 3.000. Ani y Antonio han puesto en marcha, por su cuenta y con la asociación, distintas iniciativas para recaudar dinero para el pequeño: venta de calendarios, pulseras, mochilas... Incluso se ha organizado un concierto benéfico para poder costearle el tratamiento y piden solidaridad a los vecinos de la Costa Tropical. Esperan reunir el dinero suficiente para que en 2023 Bruno pueda tener su perro guía.

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