Mucho Ángel
Ha sido una persona absolutamente generosa, en la búsqueda permanente de la felicidad de quienes le han rodeado en su vida pero también y al mismo tiempo en pos de una sociedad más justa
Eduardo Peralta
Granada
Viernes, 26 de febrero 2021, 01:23
Escribo estas líneas desde el profundo dolor que me produce saber que un gran amigo, Ángel Gijón Díaz, se nos ha ido. Desde mediados de ... los noventa, él como decano del Colegio de Arquitectos, he tenido la gran suerte de que me honrara permanentemente con su amistad. A partir de entonces han sido muchos los ratos de convivencia, viajes, interminables pero amenas tertulias, solos o en compañía de otros buenos amigos, y hasta he disfrutado escuchándole tocar la guitarra y hemos cantado juntos. Su afición por la música nos ha deleitado en los últimos años gracias a su exitosa participación en un proyecto empresarial de calidad que ha dado lustre y prestigio a la Costa Tropical. Ángel ha tocado con acierto muchos palos gracias a su bonhomía, amor a los demás, profesionalidad y defensa de su tierra.
Ha sido una persona absolutamente generosa, en la búsqueda permanente de la felicidad de quienes le han rodeado en su vida pero también y al mismo tiempo en pos de una sociedad más justa, más habitable, vanguardista, mejor construida, gracias a su brillante carrera como arquitecto. Su entrega a los demás podía empezar por Motril, al frente de su Cámara de Comercio, institución que prestigió y a la que dedicó cantidad de horas. Supo emplear el necesario sentido de la reivindicación, cuando se puso al frente de las manifestaciones en demanda de infraestructuras para nuestro litoral, pero siempre remaba a favor de los consensos. Su dinámica labor ha sido encomiable desde todos los puntos de vista, como la consecución de foros, encuentros, establecer contactos, abrir puertas y presentar propuestas para el progreso y desarrollo económico del litoral. Pero más allá de su Motril, Ángel llevaba también en su corazón a toda Granada y lo expandía por todo el mundo. Me consta su relación por ejemplo con Rafael Moneo, a quien consideraba su gran maestro, y compartir pensamientos ambos sobre la Alhambra o el entorno urbanístico de la capital.
Su esposa Manuela, persona también admirable, me decía en un mensaje durante este largo tiempo en el que hemos compartido sentimientos y esperanza desde que cayó enfermo lo siguiente: «Ángel es un catedrático de la amistad, siempre repartió bondad y cariño a raudales, ahora todos le estáis devolviendo el amor incondicional que él sembró en vosotros. Os siento cerca, sois una legión de amigos los que cada día nos lleváis en volandas a Teresa y a mí hasta los pies de su cama». Le digo a Manuela y su hija que es verdad, Ángel ha sido mucho y lo será para todos los que le queremos y no le olvidaremos. Descanse en paz.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión