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Buena parte de los asistentes, encabezados por la alcaldesa, Flor Almón, que ayer asistieron al homenaje por el 'Día de los terremotos'.
Terremotos con poco ruido

Terremotos con poco ruido

Motril recuerda a las víctimas de los seísmos de 1804 y 1884 con mucha más afluencia al acto religioso que al civil

DAMIÁN RUIZ FÁJULA

Jueves, 14 de enero 2016, 01:33

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Fue un acto sencillo, tanto que apenas acudieron una veintena de personas, la gran mayoría integrantes del equipo de Gobierno y la oposición, técnicos de sonido y algún que otro periodista, suficientes por otro lado para honrar la memoria de las víctimas de los terremotos que padeció Motril en 1804 y 1884 . En el patio de armas, al pie de la torre de la Vela de la Iglesia Mayor de la Encarnación, se celebró ayer a media mañana un homenaje a quienes sufrieron la desdicha de la naturaleza, una efeméride que, como se vio, ha perdido fuelle en el calendario del motrileño.

Entre los asistentes se encontraba la alcaldesa del municipio, Flor Almón, maestra de ceremonias del envite. «Hace más de 200 años los habitantes de Motril se llevaron un buen 'sustico'», comenzó su alocución la regidora, quien recordó que, como cada 13 de enero, fecha del primer seísmo, «nos reunimos para celebrar uno de los hitos históricos de esta noble ciudad, y es labor del Ayuntamiento revivir y conmemorar este día para acordarnos de los motrileños que perdieron sus vidas y sus bienes en aquellas catástrofes, así como a los que sobrevivieron y ayudar a conformar el Motril de hoy».

Almón explicó que el lugar ideal para rendir homenaje a aquellas personas es precisamente la Iglesia Mayor, «uno de los edificios más importantes de la ciudad», y como parte de ella la torre de la Vela, «en cuyo interior descansas los restos de muchos vecinos». Además, la alcaldesa agradeció a las autoridades civiles y militares y a todas las personas que se sumaron al evento su asistencia, indicando que desde el Consistorio pretenden que ambas fechas históricas «sean recordadas y queden para siempre fijadas en la memoria de todos los vecinos de la ciudad, así hacer partícipes a las generaciones futuras de nuestro pasado».

Finalizada su intervención, Almón, junto con el teniente de alcalde Antonio Escámez, depositaron una corona de laurel como tributo a aquellas tragedias que supusieron que gran parte de Motril quedase arrasada tanto el 13 de enero de 1804 como el día de Navidad de 1884.

Procesión

A raíz de tales seísmos se dio lugar a que los motrileños hicieran voto de acción de gracias a sus Patrones, Nuestra Señora de la Cabeza y Nuestro Padre Jesús Nazareno por haber minimizado las tragedias. Así, como ya es tradición en el 'Día de los terremotos', como se conoce a la celebración, un buen número de motrileños procesionó a sus sagrados titulares desde la Iglesia Mayor, al filo de las 20.45 horas, una vez concluida la misa conmemorativa y el rosario celebrado para la ocasión.

Ante una gran expectación, los Patrones dieron su bendición a los presentes y regresaron al templo como cada año en un día en el que, más allá de la procesión, los motrileños parecen haber pasado página a una de sus fechas más trágicas.

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