La playa de Salobreña se tiñe de azul sin polémica

«Salobreña, una isla de accesibilidad». Así reza el nuevo folleto que el Ayuntamiento salobreñero y la empresa concesionaria de la zona azul distribuyeron este domingo con el estreno del aparcamiento regulado. Lo que resulta curioso -no es más que una anécdota- es que en la portada del tríptico aparezca una foto de arena fina y amarilla más propia de la costa gaditana. El paseo marítimo de la Villa no tenía este domingo aspecto de estar estrenando un nuevo sistema de aparcamiento. Todo transcurrió con fluidez y con tranquilidad, sin polémicas y sin voces demasiado discordantes. «Nos ha extrañado mucho que hubiese tanto aparcamiento libre y no nos hemos dado cuenta de que había zona azul, nos lo han dicho en el chiringuito», expresaba un matrimonio granadino, Agustín y Mari, mientras ponían su ticket. El tener que pagar no gusta a nadie y tampoco a estos visitantes que calcularon que tendrán que invertir más de tres euros cada vez que vengan a la playa: «no dejaremos de venir pero buscaremos un menú más barato o nos traeremos un bocadillo», aseguraron entre risas.

Los controladores de la empresa concesionaria daban vueltas este domingo e informaban a los usuarios de la necesidad de poner el ticket aunque, según reconoció la teniente de alcalde Mari Carmen Callejón, la primera semana será informativa y serán más flexibles a la hora de sancionar.

A Basilio, un salobreñero que ha tenido un restaurante cerca de la playa pero que ya está jubilado, la llegada de la zona azul le parece «perfecto». Este vecino argumenta que antes había quien aparcaba todo el verano o quien abría una furgoneta y se ponían a cocinar en ella. «Me parece que así va a haber rotación y que no tiene que haber aparcamiento gratuito en primera línea de playa. Ahora está en manos de los empresarios hosteleros saber ofrecer ofertas atractivas jugando con lo que a los clientes les cuesta aparcar», sugirió este vecino.

De un pueblo de Jaén llegaron este domingo Jesús y Eva que viajaron a Salobreña con su bebé y que mientras abonaban la zona azul dijeron tener opiniones contrapuestas. «Por un lado nos parece que lo han hecho para sacar el dinero pero por otro es verdad que hay más aparcamientos y más rotación». Además, la mayoría de los usuarios señalaron que los precios son económicos y la ventaja de poder pagar cinco horas seguidas.

Como este domingo el tiempo no acompañaba, en la mitad de la Avenida del Mediterráneo -que también se ha vuelto azul- estaban casi todos los aparcamientos libres y también había hueco en el vial, calle paralela al paseo, donde el estacionamiento seguirá siendo gratuito. Algunos coches mal aparcados intentaban esquivar la zona azul, pero el paisaje era completamente diferente a otros domingos de verano donde los vehículos estaban subidos a las aceras o afectando a la circulación.

Desde el Ayuntamiento insisten en que la zona azul ayudará a ordenar el tráfico en la playa y que, por ahora, es una experiencia piloto de la que están dispuestos a modificar o rectificar lo que haga falta.

Además esta zona azul es tan moderna que se podrá controlar desde una aplicación de móvil, un sistema que permite pagar la tasa de estacionamiento sin necesidad de acudir al parquímetro. Tanto esta aplicación como los bonos de residentes empezarán a funcionar en unos días. «La regulación de la playa pretende crear una zona preferente de accesibilidad», con estas palabras resume el folleto informativo lo que se persigue con la zona azul del paseo de Salobreña que habrá que ver cómo evoluciona.