El cortijo de Los Cipreses, okupado por cuatro personas y un perro grande

Ambos espacios están protegidos por Cultura por su valor histórico y los dos llevan años sufriendo los efectos perniciosos del paso del tiempo, que está siendo especialmente cruel con ellos. Deterioro, espolio, incendios... son la tónica general de las últimas décadas. Los episodios más recientes están ligados a la okupación. María del Carmen Muñoz es la presidenta de la asociación de vecinos de Albayda. En las últimas juntas de distrito de Beiro ha denunciado este asunto para ver si el Ayuntamiento hace acuse de recibo. Y parece que lo está haciendo.

Agentes de la Policía Local de Granada han girado varias inspecciones y lo que han visto confirma la presencia de okupas, que en el caso de la Casería de los Cipreses, directamente, es total. Según informaron representantes del Cuerpo en la última reunión que mantuvieron con los vecinos, en este lugar habitan hoy «cuatro personas y un perro grande», que se habrían establecido allí aprovechando la falta de vigilancia y las facilidades de acceso que otorga la casa, que en algunos puntos está casi en ruinas.

Desde el exterior apenas hay elementos que hagan pensar que en la casa hay vida. Sin embargo, en una ventana del segundo piso hay una cortina colorida que no encaja con el entorno. Las demás están vacías, oscuras, huecas... La Policía ha derivado el caso al área de Urbanismo, que es la que tiene competencias en esta materia. El inmueble es municipal, por lo que todos los trámites burocráticos son más sencillos. No solo hay que desalojar la casa, también volver a cerrar todas los posibles accesos para intentar que no vuelvan a entrar. Están en ello.

Desde fuera, la Casería de la Trinidad, o lo que queda de ella, da imagen de torre de castillo de cuento de segunda. Hay ladrillos en ventanas y puertas y la rodea un muro. Parece un sitio infranqueable. Sin embargo, en su último informe, la Local expone que en su interior ha habido gente recientemente. Lo saben porque se encontraron allí colchones y basura orgánica propia de una comilona. Los agentes creen que los okupas, que no están identificados, han abierto un hueco para entrar; «que están picando» algunos accesos y que eso significa que su intención es asegurarse un acceso estable. Por lo que también opinan que hay que actuar con la mayor celeridad.

Más que nada para volver a clausurar todas las estancias. Para ello también se va a activar a Urbanismo, que en los próximos días tendrá que desarrollar la actuación que vuelva a distanciar estas construcciones históricas de quienes tratan de asaltarlas. Pero los vecinos esperan eso y algo más. Quieren su recuperación y que, al menos Los Cipreses, forme parte del patrimonio activo de los vecinos. En Albayda no ven lógico que el Ayuntamiento haya instalado un parque-paseo junto a esta casa labriega con un indiscutible valor patrimonial y que permita que lo frecuente gente al margen de la ley.

Muñoz reconoce que pasar por allí les da respeto. Y pide que de una vez se haga algo para salvar este inmueble. No solo lo solicita ella o el distrito Beiro al que pertenece. También lo han hecho desde otros como Norte o Chana, donde incluso existe una plataforma en defensa de esta casería, a la que quieren hacer la piedra angular de un entorno por donde el Ayuntamiento proyecta un tramo del anillo verde. Por el momento, poco se sabe de los planes que tiene la Administración con un inmueble que es de su titularidad.