La calidad del aire mejora en Granada en el 2019 pero sigue por encima del límite
Los expertos coinciden en las consecuencias negativas que tienen los altos niveles de polución en Granada sobre la salud de los habitantes
JOSÉ MENDOZA MAYO
Granada
Sábado, 4 de enero 2020, 00:47
La calidad del aire en Granada está entre las tres peores de toda España. La famosa 'boina' que cubre el cielo del Área Metropolitana ... de la capital es una muestra del problema de polución que vive al ciudad, tal y como señalaron en sus informes el grupo de Física de la Atmósfera en la Universidad de Granada o Ecologistas en Acción, que equipararon las cifras nazaríes en 2018 a las de ciudades como Madrid y Barcelona, grandes urbes con una mayor cantidad de población.
Durante 2019 los datos mostraron una leve mejoría, aunque siguen lejos de los objetivos marcados. Los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2), cuya fuente principal son las emisiones provocadas por los automóviles, se mantienen por encima de los límites legales establecidos en el Real Decreto 102/2011, situado en 40 microgramos por metro cuadrado, mientras que la estación de Norte registró 43. Un pequeño paso frente a los 46 con los que cerró el año anterior.
Otra de las sustancias problemáticas es el ozono. Su límite de 120 microgramos/m3 en media octohoraria no se debe superar más de 25 días al año, y ya se ha superado 32 veces en la estación de Armilla. Lo mismo ocurre con las partículas en suspensión, que pueden ser gruesas (PM10), como son el polvo o el polen; o finas (PM2,5), donde encontramos restos de combustión, vapores y metales. Estas moléculas no superan el tope legal estipulado por la normativa de la Unión Europea, vigente actualmente en España, pero están muy por encima de las recomendaciones que realiza en esta materia la Organización Mundial de la Salud al respecto.
La exposición a la contaminación puede agravar los síntomas de algunas enfermedades
Para Juan Andrés Casquero-Vera, investigador de la Universidad de Granada, la noticia es positiva dentro de lo negativo que supone volver a incumplir la normativa. «Es una mejora en general para el Área Metropolitana. Ha bajado con respecto a los últimos años. De hecho, las estaciones de Palacio de Congresos y de Armilla cierran con su mejor registro anual desde el año 2010», indica el investigador, que señala una propensión en buena dirección. «La tendencia va a la baja y de forma importante. En dióxido de nitrógeno hemos pasado de 51 microgramos por metro cuadrado en el 2017 a los 43 de este año. Eso es cerca de un 15%. Es una buena señal».
Entre las causas principales que resalta Casquero-Vera se encuentra la llegada del metro en 2017; las mejoras en los autobuses interurbanos; los coches Euro VI, que se introdujeron en 2016 y que reducen la emisión de gases y la meteorología . «No se puede señalar una causa única. Las mejoras en transporte público ayudan a reducir la cantidad de vehículos privados, la principal causa. Además, son contaminantes que dependen especialmente de las condiciones meteorológicas, no se puede predecir si bajaremos del límite legal en el 2020».
Un problema para la salud
«Por lo general, todas estas sustancias parece que causan daños a nivel pulmonar y a nivel cardiovascular», explica José M. González de Vega, médico experto en las enfermedades pulmonares, que sin embargo, tiene claro quiénes serán los más perjudicados: «Fundamentalmente, se verán afectados aquellos que tienen un daño previo. Por ejemplo, a nivel pulmonar, los que sufren de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o los asmáticos. Fuera del sistema respiratorio, los hipertensos o los que sufren enfermedades cardiovasculares también se verán más afectados», afirma el médico.
En opinión del neumólogo, la capital nazarí no es la ciudad más aconsejable para aquellos que sufren estas enfermedades, pero dentro de ella, existen recomendaciones para evitar el daño. «Hay que procurar exponerse lo menos posible en zonas urbanas muy polucionadas. Hay lugares y horas que es mejor evitar. Por ejemplo, es preferible circular por arterias paralelas para no transitar por las que tengan mayor contaminación. También hay que evitar el 'efecto cañón', que son calles con mucho transito y edificios altos que retienen las partículas. Es nocivo», asegura e ilustra su recomendación: «Siempre es mejor evitar Gran Vía y circular por Santa Paula o por el Zenete. Especialmente en las horas pico».
Recomendaciones
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Horas pico «Hay que evitar los momentos del día en los que hay mayor tráfico de coches en las calles de la ciudad».
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Arterias «Las calles paralelas a las avenidas principales son recomendables para evitar la exposición a la polución».
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Efecto cañón «Esto sucede en las calles estrechas, con tráfico y edificios altos, que retienen las partículas».
El gran obstáculo al que se exponen los profesionales de la salud al enfrentarse a las consecuencias de la contaminación atmosférica es la imposibilidad de hacer estudios epidemiológicos. «Nos basamos en estudios de estimación mediante soporte estadístico de exclusión. Es decir, se intenta, descartar que los enfermos no lo tengan por haber fumado, por haber bebido, por estar obeso. Es decir, intentamos excluir otros factores que inciden en la salud», aclara el doctor González de Vega. «No es posible tener certezas porque no se puede determinar la cantidad de aire que respira un individuo, sólo podemos hacer estimaciones estadísticas de probabilidad».
Conocedor del «sacrilegio» que comete con esta afirmación, la argumenta: «Japón y España son países cada vez más contaminados y, sin embargo, cada vez se vive más. No podemos afirmar que haya daño en pacientes sanos», explica. «Yo hablo a nivel científico, no a nivel divulgativo. No niego que hay muestras de daño pulmonar, pero no es evidencia científica absoluta, es una tendencia».
Y es que, aunque tiene claro que «los efectos no son positivos», asegura que no es justo señalar un problema de salud pública como culpable de las consecuencias de un problema individual: «Lo fácil es señalarlo como la causa. El 'bicho' gordo era y sigue siendo el tabaco. Estamos empeñados en buscar causas externas a nuestros males. La principal causa de estas enfermedades es fumar; la contaminación agrava, pero la causa es fumar», recuerda.
«Es nuestra responsabilidad tomar medidas para evitarla»
Su grupo de investigación trabaja a nivel nacional e internacional en intentar estimar el impacto sobre la salud de diversos contaminantes generados en la industria y otras actividades. Juan Pedro Arrebola, investigador en la Universidad de Granada y el Instituto de la Investigación Biosanitaria de Granada, tiene las cosas claras: hay que poner «énfasis en que la contaminación que producimos está afectando seriamente a nuestra salud».
Por ello, el investigador entiende que no hay que echar balones fueras y asumir la responsabilidad de tomar medidas: «Nosotros podemos hacer mucho al respecto. Teniendo en cuenta que el tráfico y las calefacciones con combustibles fósiles son las principales fuentes de contaminación, está claro que tenemos que priorizar siempre el uso del transporte público frente al privado», afirma, pues estas dos son las principales fuentes de contaminación. «Hay usar energías renovables».
Sin embargo, el investigador no quita carga a la administración pública, a quien marca el camino a seguir, medidas que señala como impopulares pero beneficiosas: «Las autoridades pueden y deben trabajar en este sentido, mediante la restricción del tráfico privado y mejora del transporte público, que necesita una flota de vehículos menos contaminantes».
Además, Arrebola resalta la importancia de promover otras opciones de movilidad en la ciudad. «La OMS recomienda promocionar el transporte activo, como caminar o ir en bici, y esto tiene que venir acompañado de medidas para proteger a sus usuarios, y que el hecho de moverte en bicicleta o a pie no suponga un peligro para tu integridad física o tu salud».
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