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El Consorcio de Transporte Metropolitano del Área de Granada calculará su huella de carbono

El Consorcio de Transporte Metropolitano del Área de Granada calculará su huella de carbono

Esta medida tiene como objetivo minimizar su impacto climático para ofrecer una mejora en la sostenibilidad sin disminuir la calidad de sus servicios prestados

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Viernes, 30 de octubre 2020, 01:34

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Durante los últimos años, las emisiones de gases de efecto invernadero debidas al calentamiento global y al cambio climático han ido ocupando un puesto importante en las preocupaciones sociales mundiales. En la actualidad, especialmente a partir de la COP21 de París, son uno de los temas claves para el desarrollo sostenible, hasta tal punto que en los objetivos Europa 2030 ocupa uno de los principales apartados. En este sentido, los gobiernos de todo el mundo están tomando medidas para conocer, reducir y compensar sus emisiones de gases de efecto invernadero, articulando planes y políticas que les permitan conseguirlo.

Estas políticas y planes están llevando a la necesidad de comprender los riesgos asociados a los gases de efecto invernadero, siendo necesario para esto diseñar estrategias de sostenibilidad basadas en el cálculo de la huella de carbono. Ésta se define como la totalidad de gases de efecto invernadero, medidos en masa de CO2 equivalente, emitidos de forma directa o indirecta por la actividad de un individuo, organización, evento o producto. Por estos motivos, la huella de carbono se ha convertido en uno de los principales indicadores de sostenibilidad para minimizar el denominado Impacto Climático.

Una estrategia imprescindible para combatir el cambio climático

Por este motivo, el Consorcio de Transporte Metropolitano del Área de Granada, concienciado y comprometido en la lucha contra el cambio climático, ha comenzado a desarrollar una estrategia de sostenibilidad basada en la huella de carbono. Con una apuesta decidida para conocer el impacto de sus actividades en un contexto europeo en el que el transporte supone aproximadamente un tercio de las emisiones de CO2, el Consorcio ha decidido dar un paso más en este reto de todos. Para ello ha calculará sus emisiones de CO2, con objeto de tener un punto de partida para así poder reducir su impacto climático.

Este compromiso que han adoptado supone una mejora en la sostenibilidad y, además, va a permitir actuar en contra del cambio climático, sin disminuir la calidad de los servicios prestados. El proyecto se plantea no solo como un cálculo, sino como una herramienta que mejore la gestión del sistemas de transporte y permita cumplir con los compromisos adoptados por la Agenda 2030 y el Green Deal Europeo. Según el último inventario de emisiones de gases de efecto invernadero nacional, el 29% de las emisiones son derivadas del transporte, el único sector que aumentó las emisiones respecto al 2018, debido principalmente al aumento de las emisiones por carretera y, especialmente, a las producidas por el transporte privado. Además, objetivo de la Comisión Europea es claro: a mitad de siglo, las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes del transporte tendrán que haberse situado, como mínimo, un 60 % por debajo de las de 1990 y estar claramente encaminadas a alcanzar el nivel de cero emisiones.

Con este cálculo de huella de carbono el Consorcio conocerá las emisiones por línea y por pasajero del servicio de transporte de viajeros. Además, los usuarios podrán conocer las emisiones evitadas si ese desplazamiento lo hiciesen en un turismo convencional. Los datos analizados serán los de 2019 con más de 100 vehículos operativos repartidos en las 19 concesiones afectadas, así como los kilómetros recorridos durante el año, pudiendo estimar las emisiones del servicio en CO2 por kilómetro recorrido, por línea, o por viajero. No obstante, estas emisiones no son las únicas del servicio ofrecido por el Consorcio de Transportes, también se tendrán en cuenta las emisiones derivadas del funcionamiento interno, oficinas y centros de trabajo, refrigeración, etcétera. Ya que todas las actividades relacionadas se deben tener en cuenta.

El transporte público, clave para la sostenibilidad

La principal fuente de emisión se localiza en la combustión interna de los vehículos, donde, dependiendo del combustible utilizado, se emiten los diferentes gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono, el dióxido de nitrógeno, así como otro tipo de emisiones como partículas, aerosoles y ruido, con efectos nocivos para la salud humana y el medio ambiente. Además, también influye la normativa aplicable a los vehículos pesados como los autobuses, relativo a la homologación de los vehículos de motor así como las emisiones de dióxido de carbono.

No obstante, no hay que olvidar que el transporte público eficiente y sostenible es clave para una ciudad sostenible. Tiene la capacidad de transportar con menor energía respecto a un vehículo privado a un gran número de personas, lo que aumenta la eficiencia energética en el transporte de viajeros. Además, de media, reduce emisiones cuanto mayor es el número de usuarios. Por lo tanto, una estrategia clara en los planes de reducción de emisiones en las ciudades y mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Conocer y medir la huella de carbono del servicio promueve una movilidad baja en carbono, ya que permite darnos cuenta del impacto en nuestras acciones cotidianas planteando, de esta forma, la posibilidad de evitar, reducir o compensar.

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